El Índice de Seguimiento Económico (ISE) que es una medida del Dane para mostrar el transcurrir o evolución de corto plazo, se confronta con el mismo mes del año anterior que para mayo, “en su cierre original”, se ubicó en 121,69 lo que significa un crecimiento de 2,45 por ciento frente al de 2023 que fue de 118,78. Este dato que celebra el Gobierno no es tan representativo como en años pasados, y más bien ha estado cerca de traspasar el umbral de una recesión. Además, avizoran expertos que, sin reactivación, la vigencia fiscal del 2025 no es halagadora y en especial en las finanzas públicas, llenas de compromisos populistas y subsidios que afectan el ascenso productivo y el empleo. El pronóstico del Banco de la República (BR) expande el PIB a 1,4 al término anual. Se nubla a futuro corto, en expresión de la Andi, sin “la principal acción necesaria [que] es la generación de confianza”, agregando la calificación de Moody’s ya que se crece a la mitad del potencial por falla en su proyección. El oscuro de la economía se encuentra, al decir de R. Dávila, “Lejos de ser satisfactorio”. “La incertidumbre de Colombia está hundiendo la inversión”, expresa Fedesarrollo, con implicaciones graves para la producción y el empleo, mientras que la OCDE ha pedido acción inmediata. De todas maneras, se espera que en la reunión que se inició esta semana entre gremios y autoridades llegue a algo concreto, pues, tal lo manifestó un observador, el desorden pareciera ser de un perfil ideal de crisis para empujar un cambio en el modelo institucional con ribetes que ha ahogado a los mismos Estados socialistas.
En medio de un gran escándalo de corrupción sobre el cual el doctor Petro pidió perdón el 20 de julio, el minhacienda anuncia una nueva reforma tributaria que eufemísticamente llama “ley de financiamiento”, presionando con fuerza a los contribuyentes frente a los déficits fiscales, los gastos y hurtos a chuspa abierta, lo que también se estrellará en la colocación de medios aplicables a inyectar recursos propios y foráneos.
Al paso de la problemática, el Departamento de Estado de Estados Unidos en su informe anual del ambiente de negocios en el país, hizo un análisis preocupante para la inversión directa extranjera, indicando que “la administración Petro ha impulsado el concepto de soberanía interna en sectores económicos claves, lo que ha creado altos niveles de incertidumbre dentro del sector privado”. El documento asevera que, si bien es cierto el desplome de varias normas de la industria y el comercio, la administración pública compensó con “gastos operativos”. Subrayó que los inversionistas estadounidenses y otros “se quejan de las barreras no arancelarias, regulatorias y burocráticas al comercio, la inserción y el acceso a los mercados (…)”.
El BR muestra el decrecimiento de divisas en el primer semestre 2024, en el cual al territorio llegó la suma de mil doscientos veinte millones de dólares menos en este campo, lo que equivale a una caída del 16,2 por ciento y en ingresos corresponden a seis mil trescientos cuatro millones de dólares, teniendo el sexto mes un bajón del 52 por ciento.
El soporte empresarial confía en que aún la causa nacional de progreso económico y social es posible concertando. ¿Será que sí?
Jaime Cortés Díaz