Sumo cuidado

«Sabemos que ninguna persona es una isla, nos necesitamos para vivir» Stacey Park Milbern* 

Inminente crisis global del cuidado en la nueva realidad

Por HERNANDO AYALA M Periodista Proceso Sociedad para Todos 30DS.

Una cuarta parte del trabajo que realiza la humanidad no es remunerado y la mayoría de ocupación está en el hogar a cargo de mujeres en la realidad tradicional de la inequidad de género traducida en vocación maternal, donde los derechos de quienes realizan la misión de cuidar la familia, han sido omitidos y negados en múltiples formas.

Datos proyectados por la Organización Internacional del Trabajo en el informe «Trabajo y empleo en el sector de la prestación de cuidados para el futuro del trabajo», refieren que 16.400 millones de horas anuales abarcan los cuidados a personas que dependen de los mismos, cifra que se traduce en trabajo no remunerado de dos mil millones de personas ocho horas diarias. Anota el mismo informe que con el salario mínimo por hora, este cuidado no remunerado equivale al 9 por ciento del PIB mundial, tasado en unos 11 billones (once mil millones) de dólares. 

Para cerrar cifras sobre la magnitud de esta realidad, el informe sostiene que 2.100 millones de personas necesitaban cuidados en 2015, de ellos 1.900 millones de niños menores de 15 años y 200 millones de personas en edad de vejez. En 2030, la población dependiente de cuidado no remunerado llegará a 2.300 millones, sumados 200 millones de ancianos y de niños nuevos.

Entre la ética del cuidado y la economía del cuidado los derechos de las personas cuidadoras familiares están hoy en el centro de un debate social, académico, político y legislativo con el trámite de al menos tres proyectos de norma legal que ordenan garantizar goce efectivo de derechos con mínimos vitales en remuneración, seguridad social e inclusión para las personas cuidadoras en Colombia.

Es la era de los derechos que en Colombia fue trazada hace treinta años durante el proceso constituyente que nos llevó hasta el pacto social garantista de derechos y democracia participativa escrita en la Constitución Política de 1991, Asamblea Nacional Constituyente elegida por los colombianos en diciembre 9 de 1990, para dejar atrás un Estado feudal y crear una democracia plural que sigue aún en el papel. Todos los grupos poblacionales, étnicos, de género, por discapacidad y hoy los colombianos cuya vida está al cuidado de personas dependientes en el hogar, han levantado su determinación de exigir derechos reales.

Las tensiones polarizantes por la multicausalidad de conflictos e intereses, abarcan contradicciones desde quienes defienden ese estado feudal excluyente anterior al año 90 en el papel, hoy vivo en la realidad, donde la queja es que debemos retornar al pasado para abolir el exceso de derechos a tantos, hasta la discusión ética, filosófica, jurídica y académica de cuales derechos prevalecen si los de las personas más vulnerables como el caso de la discapacidad o los derechos de sus cuidadores que estarían quitando prioridad y visibilidad a los de quienes son objeto del cuidado.

La nueva realidad arroja mayor vulnerabilidad y exclusión social sobre los sujetos de derechos más vulnerables y plantea nuevas contradicciones inéditas entre grupos que no habían advertido tal rivalidad ante la cuestión «tus derechos aplazan o debilitan la posibilidad efectiva de mis derechos», en espacio donde la coexistencia de esta causa es una ironía jamás imaginada entre quienes han recibido cuidado y ahora exigen autonomía sin alcanzarla en todos los casos  y quienes han estado al pie del cuidado. El camino de la humanidad con derechos para todos, exige mayor capacidad, comprensión, conocimiento, estudio y conciliación. Ya son más de cuatro las generaciones de derechos y nadie tiene la última palabra sobre nuevas causas y colectivos en la diversidad que exigirán derechos efectivos. Por ahora la exigencia es sumo cuidado con los derechos de los cuidadores que también son reales.  

* Stacey Park Milbern, activista estadounidense por los derechos de la persona con discapacidad. 

Escrito por Hernando Ayala M Periodista Proceso Sociedad para Todos 30DS.