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LUIS FERNANDO CARDONA
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ActualidadTeoría de la deriva continental: aparición de continentes y Colombia; fósiles

Teoría de la deriva continental: aparición de continentes y Colombia; fósiles

Todos hemos sentido que el piso se mueve… en casos de temblores de tierra o terremotos, pero estos son momentos especiales, porque, aunque no lo notemos los continentes se mueven constantemente, alejándose o acercándose entre ellos. “La teoría de la deriva continental surgió gracias al geofísico y meteorólogo alemán, Alfred Wegener, que estudió las diferentes propiedades de la atmósfera y pasó su vida observando la Tierra para saber cómo se había creado y cuál era el origen del mundo. Su más famosa teoría fue desarrollada desde 1912 a través de un modo de observación a nivel empírico. Esta teoría de Wegener sobre la deriva continental hablaba sobre el desplazamiento de las masas continentales unas respecto de otras. La teoría propuesta se basaba en la forma que parecen tener los continentes a ambos lados del Atlántico y su encaje perfecto según las observaciones del propio científico. Esta observación le llevó a hacer conjeturas sobre la disposición de los continentes actuales pensando en que, hace miles de millones de años, solo había un continente y la tierra del planeta estaba unida en un territorio llamado Pangea” (okdiario.com/curiosidades 07/08/2021).

A partir de 1960 la teoría de Wegener recibió el impulso de varios científicos entre ellos Robert Dietz, Bruce C. Heezen, Harry Hess o Tuzo Wilson y se convirtió en la “Teoría de la tectónica de placas”, dicha teoría sostiene que el desplazamiento de las placas sucede desde hace miles de años haciendo que la litosfera se reconfigure constantemente a lo largo del tiempo.

La litosfera, la capa más externa de la tierra está formada por una veintena de placas o trozos esféricos, algo así como la cáscara partida de un huevo cocido. Las placas litosferas no tienen más de 100 kilómetros de espesor y flotan sobre materiales que se comportan como un fluido viscoso. Las placas se mueven, llevando sobre sí la corteza continental más ligera, lo que permite que sobresalga y se formen los continentes.

En algunos lugares, la corteza oceánica es tragada bajo un continente, debido a que los trozos de litosfera con densidades diferentes chocan entre sí, a este fenómeno se le llama subducción; la corteza oceánica al hundirse, se recalienta por efecto combinado de la fuerte fricción y el aumento de las temperaturas en las profundidades del planeta, y empieza a fundirse formando gigantescas bolsas de magma (rocas derretidas, o lava), que salen a la superficie originando los volcanes. “Colombia, como todo el occidente suramericano, está sometida al incesante empuje de la placa americana que se monta sobre la placa de Nazca de naturaleza oceánica. Esto genera los sismos de la región andina, además de las tristemente célebres erupciones volcánicas” (Colombia: caprichoso rompecabezas, Guillermo Franco,” El Tiempo” domingo 6 de enero de 1991, página ilegible).

En el periodo geológico llamado jurásico: “todos los continentes estaban unidos en un gran supercontinente llamado Pangea (Foto 1), rodeado por un gigantesco océano llamado Pantalasa. Muchos sectores de este supercontinente eran mares someros repletos de vida. Un dinosaurio podía viajar de Europa a Suramérica por muchas vías sin mojarse las patas y en cierto sentido eso pasó, ya que parece que ningún continente estuvo libre de su presencia” (Colombia: caprichoso rompecabezas, Guillermo Franco,” El Tiempo” domingo 6 de enero de 1991, página ilegible).

¿Cómo era Colombia en ese entonces? “Si hace cien millones de años usted hubiera tenido el privilegio de mirar el planeta Tierra desde el espacio, no habría podido reconocerlo. Ni siquiera estando en su superficie. Sí hubiera tratado de ubicar el territorio de Colombia tal como se conoce hoy, tampoco habría podido hacerlo. La mayor parte de lo que hoy es la región andina estaría cubierta por el mar. Sus altivas cordilleras estarían representadas, a duras penas, por uno que otro lomerío situado en lo que hoy son la Cordillera Central y el departamento de Santander. Las zonas habitables del país estarían en lo que hoy son los Llanos Orientales y los territorios amazónicos. Allí, los dinosaurios retozarían bajo el sol tropical. Este modelo, que ha sido hallado por generaciones completas de geólogos después de muchos años de investigación, corresponde tan solo a “unos minutos” en la evolución de la tierra, en particular de Colombia” (Colombia: caprichoso rompecabezas, Guillermo Franco,” El Tiempo” domingo 6 de enero de 1991, página ilegible). (Foto 2).

Del estudio de las rocas los científicos han logrado armar parcialmente un rompecabezas de la geología colombiana, por ejemplo, saben qué hace doscientos millones de años no existía el valle del Cauca, sospechan que alguna parte de Centroamérica ocupaba este lugar; el artículo reseñado asegura: “Pero tal vez lo más interesante que se ha encontrado -dice el geólogo Mario Moreno, profesor de la Universidad de Caldas-es que donde hoy está el valle del Magdalena había una cadena de humeantes conos que periódicamente oscurecían el cielo y arrasaban el suelo con infernales avalanchas de materiales a elevadas temperaturas”. Estas erupciones volcánicas (como la del Ruiz, que destruyó Armero), no fueron vistas por ojos humanos, sino seguramente por los dinosaurios, que habitaron nuestros antiguos territorios, suposición basada en que se han encontrado sus restos en toda Suramérica (aunque no hemos encontrado sus fósiles en el país).

“El estudio de los fósiles o restos de formas de vida existentes en Colombia hace trescientos noventa millones de años les han indicado a los geólogos una procedencia sorprendentemente lejana: vienen de Nuevo México en Estados Unidos. Durante este período, llamado Devónico, existió en la primitiva Norteamérica, un mar que cubría parte de su territorio. En sus aguas cálidas, por estar en latitud ecuatorial, prosperaban los corales, los briozoos, trilobites, y braquiópodos. Hoy se sabe que la parte sur del continente norteamericano, con esa rica fauna tropical, es nada más y nada menos que la gran parte de la región andina oriental colombiana. Es decir, lo que hoy corresponde a los departamentos de Santander, Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Huila, dice Moreno. Mientras que los Llanos y la Amazonia formaban parte de otro gran continente llamado Gondwana, y estaban muy al sur, tan al sur que el polo climático se encontraba en la región amazónica brasileña. Los glaciares se extendían como los dedos de una gran mano desde allí y producían aglomeraciones desordenadas de guijarros llamadas tilitas, que pulían y rasguñaban las rocas a su paso” (Colombia: caprichoso rompecabezas, Guillermo Franco,” El Tiempo” domingo 6 de enero de 1991, página ilegible). En otras regiones de América, como la Patagonia argentina, todavía se puede ver la acción erosiva de los grandes bloques de hielo llamados glaciares, actuando sobre el paisaje y las rocas.

Continúa diciendo el artículo referenciado, que la conclusión a la que han llegado los científicos es que la parte oriental de la región andina es un territorio extraño (o alóctono), y solo gran parte del oriente ha permanecido unido a Suramérica, siendo este el bloque nativo (o autóctono) colombiano; y parte de la Amazonia y de los Llanos Orientales forman un bloque en continuidad con el supercontinente Gondwana.

La vida marina de los periodos geológicos antiguos, está evidenciada en fósiles, los más conocidos son los braquiópodos y las amonitas; en San gil, como docente del Colegio Guanentá, fundado en 1824 por el General Santander, tuve la fortuna de que mi compañero Siervo Toloza, me contara de manera coloquial, que lo que hoy es Santander había estado bajo las aguas del mar, y que las rocas del fondo del mar ahora eran montañas.

Toloza intentó explicarme que las placas de la litosfera al empujarse entre sí originan las montañas: “Los movimientos orogénicos son los que se producen en forma muy lenta para formar cordilleras. Los movimientos orogénicos son producidos por fuerzas que provienen del interior de la corteza terrestre” (lageografia.com).

“Son movimientos con sentido horizontal de compresión y distensión que provocan plegamientos, fracturas y fallas. Su efecto en el relieve terrestre es la formación de montañas y depresiones” (www.cursosinea.conevyt.org.mx).

Cuando inicié mi trabajo docente, era fácil encontrar fósiles en San Gil, sus alrededores y pueblos aledaños, por esos días, muchas casas tenían una roca (un fósil), usada como tranca en las puertas, para evitar que las abriera o cerrara bruscamente el viento; fósiles poco conocidos, y  poco apreciados por los parroquianos.

Los braquiópodos son: “invertebrados marinos, provistos de valvas desiguales, una ventral y otra dorsal, pero de organización interna muy distinta a los lamelibranquios, tiene vida sedentaria o fija en estado adulto, y es conocido en numerosas especies fósiles y algunas vivientes menos numerosas” (Rae) (Foto 3).

Los primeros fósiles que logré identificar (incrustados en rocas de la quebrada Curití o rocas del antiguo Camino Real San Gil-Barichara), y sacar con martillo y punzón, eran amonitas: “Los ammonoideos, o más conocidos como amonites, son una subclase de moluscos cefalópodos extintos que existieron en los mares desde el Devónico medio hasta finales del Cretácico” (Wikipedia) (Foto 4).

Los cefalópodos fueron llamados así porque literalmente sus “pies” salen de la cabeza: “Los cefalópodos, son una clase de invertebrados marinos pertenecientes al filo de los moluscos. Existen más de 800 especies actuales, comúnmente llamados pulpos, calamares, sepias y Nautilus” (es.m.wikipedia.org).

En la foto 5, enseño algunos de mis fósiles (braquiópodos y amonitas) para mayor ilustración.

Danilo Salazar Ríos.  

5 COMENTARIOS

  1. Buen día Danilo. Artículo muy intersante.

    La deriva continental es la hipótesis que describía el desplazamiento de las masas continentales unas respecto a otras, desarrollada en 1912 por el alemán Alfred Wegener a partir de diversas observaciones empírico-racionales. La Deriva Continental de ese supercontinente Pangea, comenzó hace aproximadamente 230 millones de años, iniciando un proceso de fragmentación que derivó en placas continentales que se desplazaban unas con respecto a otras, hasta llegar a la disposición actual de los continentes y masa oceánicas. Lo anteriormente presentado es de Google.

    Esto ya no es de Google, je je je. La tierra está en constante movimiento para su acomodación . Me sorprende el ser humano como hace para explicar este tipo de temáticas tan complejas por el tamaño macro del objeto de estudio a observar. Es una muestra de la capacidad del ser humano para lograr lo que logra y que no se le escapa absolutamente nada.

    Alguna vez escuché en un programa que los continentes se volverían a unir. Seremos testigos de ello, je je je, creo que no pero este documento me dio mucha sabiduría.

    Feliz día Danilo.

  2. Muy interesante artículo.
    Nuestro planeta siempre en continuo movimiento.
    Después de la lluvia de meteoritos (bombardeo pesado) nuestro globo a tenido diferentes formaciones.
    En éste continuó vaivén la Tierra se a fragmentado, se a separado y se a vuelto a juntar,hasta lo que es hoy
    Gracias por tan interesante artículo

  3. Que importante este bello artículo. Ojo, lo que hoy es Santander, era un mar y sus rocas, hoy son las montañas de Sder… Me gustó muchisimo esta lectura.

    • Don Héctor: mis años en la hermosa región santandereana me hicieron enamorar de ella, este artículo es mi testimonio de amor por esa mi tierra adoptiva, además me gusta enseñar sus bellezas naturales,incluidos lis fósiles que traje como recuerdo.Mil saludos y bendiciones.

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