En la sala de exposición Carlos Drews Castro se vienen realizando una serie de actividades que tienen características muy poco vista en la ciudad, con respecto a las artes visuales y, sobre todo, en los espacios que están habilitados para estas prácticas estéticas en Pereira.
Los museos y las salas de exposición desde sus inicios, han sido de acoplamientos convencionales y muy poco de intervenciones In Situ, quiero decir, que son más los montajes curatoriales del dibujo, pinturas colgadas o esculturas sobre modelos, que tienen mecánicamente un determinado lenguaje de articulación técnico por ejemplo: distancia del piso o altura, una espacialidad entre cuadro y cuadro, distribución con un mapa del primero al último, son el ABC de estos espacios, empero, la Sala en mención, de la secretaria de cultura de la ciudad, se viene transformando, en un taller del quehacer del artista o colectivo, con intervenciones por parte de los creadores, desde dibujos y pinturas directamente en las paredes y asimismo, con intervenciones que son más de las visión con herramientas de la construcción o del taller, nada convencional, aparecen: agujas, pegamentos, papeles, engrudo, madera, la carpintería, la plomada, hilos, empaste de cementos, arcillas y otros materiales, parece un taller nuclear de escuela o taller de artista, que exigen tiempos diferentes en su montaje, con lenguajes de la arquitectura, la ebanistería, la cocina y la costura, entre otros expresiones.
Pues bien, para este mes tenemos el Colectivo Descarrilados de Cali, un grupo con más de 15 años de trabajo imparable, que hoy visita la ciudad del Bolívar desnudo, con una propuesta maravillosa, de corte social, de los intríngulis mutuos, de las contradicciones del ser humano. Ya no les vasto la sala, sino que se tomaron el espacio público, el andén para generar un dialogo desde el afuera hacia dentro, con una performance de la gastronomía. Dos mujeres emprendedoras de la culinaria callejera: chorizos y arepas, realizadas en el lugar expositivo, el olor al carbón, el asado para que, los asistentes realizaran un recorrido con este elemento digerible, que conectara con una parte del ADN de la muestra que, muy sabiamente estos jóvenes instalaron, con elementos suspendidos, lianas sobre la pared, una cartografía agrimensora, trazando el territorio recorrido; adicional se dispusieron unos (materiales, insumos de la práctica estética, para el dialogo a partir de la creación en el lugar), seguir construyendo la ruralidad, es un principio motor de la exposición, realizada en 23 municipios, de 42 del Valle del Cauca. Según los Descarrilados, proponen que los pereiranos, se junten, en un convite histórico en la ciudad cafetera y realicen, a manera extensiva y colaborativa, una acción que cuente a través de la sensibilidad, sentidos, vivencias e identidad del campo templado y mohíno, sus propias reflexiones, unidas con el clima tórrido, frio y húmedo del Valle del Cauca, en un solo lenguaje.
A continuación, describen su exposición de manera clara con un texto que recoge lo esencial de esta investigación, auspiciada por el WWB, Banco de la Mujer y acompañada desde la academia, por la universidad Javeriana sede Cali.
Los invito a que visiten esta bella obra, muestra que no solo trae intervenciones realizadas por las manos extensoras del cerebro de estas dueñas de la mitad del cielo, sino que tienen, el toque con amor, la ternura y el trabajo colectivo, oficios y saberes de la Mujeres Campesinas del departamento de los cañaduzales, el Valle de los Calima, los Wounaan y el mar pacifico, que impregna al espectador, para evocar las damas jóvenes, adultas y adultas mayores olvidadas, por el mundo contemporáneo, ellas, habitan las veredas, espacios verdes, los litorales, las montañas y planicies y, que día a día hacen parte del desarrollo de la vida social, económica, cultural, artística y ambiental del mundo.
«TRABAJO DE CAMPO
OFICIOS Y SABERES DE LAS MUJERES CAMPESINAS
DEL VALLE DEL CAUCA»
Los oficios y los saberes del campo develan aspectos cruciales de los pueblos, que construyen día a día su economía, sus maneras de relacionarse afectivamente, en una arqueología de intercambios. Tejedoras, artesanas, sembradoras, recolectoras, maestras, cuidadoras, productoras asalariadas, curanderas, parteras, pescadoras, consejeras, cocineras, apicultoras avicultoras, caficultoras, productoras de alimentos, productoras de medicinas ancestrales, coordinadoras de huertas y patios productivos, cuidadoras del agua, cuidadoras de semillas, promotoras de salud, entre otras, conforman una geografía humana colorida y diversa.
A través de un recorrido histórico-geográfico, por tres subregiones del departamento del Valle del Cauca: el litoral, la montaña y la zona plana, que asume el viaje como símbolo, se busca indagar un sueño antiguo, un sueño colectivo ligado a la niñez de cada uno: ver en cada pueblo y en cada cultura campesina un vivir distinto; buscar en los mercados, las plazas, las iglesias, los pueblos, una historia íntima rural en el contexto específico de las ciudades y departamentos.
Esta propuesta declara la importancia de la oralidad como voz autorizada, como discurso histórico que se construye a partir de relaciones de confianza y solidaridad, entre quienes comparten día a día la cultura campesina, valioso patrimonio inmaterial, forjador de territorio, en la región vallecaucana y en el resto de Colombia. La oralidad ajustada a su objeto (el oficio) es un discurso que produce efectos, pues es a partir de relaciones de confianza y solidaridad, que la gente se busca, ya que quien realiza un oficio, es portador/portadora, de un legado cultural que muestra una historia local, fruto de mil conversaciones nacidas en el intercambio.
La mujer rural, representa el vínculo primigenio con la tierra y es ella, la mujer, la gran gestora de la vida familiar y colectiva; no obstante, la alta presencia del monocultivo en el Valle del Cauca, la explotación comercial agrícola y pecuaria a gran escala, la extracción de minerales y madera y la globalización, aún persisten economías campesinas gestadas por mujeres, en arraigo con la tierra y los modos de vida colectiva.
Después de todo, la palabra campesino/campesina evoca no solo lo que expresa en su etimología (quien vive y trabaja de forma habitual en el campo), sino que refiere un actuar político “que permite hacer visibles saberes, prácticas, y relaciones sociales contra hegemónicas surgidas en un contexto de agudización de los conflictos por la tierra” (Jara, 2016).
El proyecto es y ha sido un irse-haciendo- en las veredas, corregimientos y municipios, mediante interacciones pedagógicas y artísticas. Las reuniones colectivas, las visitas casa a casa, los talleres de narrativa y dibujo, las reuniones formales con las asociaciones campesinas, los encuentros de mujeres campesinas, la horizontalidad presente en el afecto, el respeto y la escucha, parecen ser la clave para potenciar los saberes, los oficios, la acción cultural y política.
Este TRABAJO DE CAMPO, permite resaltar las siguientes premisas:
- Las mujeres son protagonistas importantes de procesos sociales; en comunidad y al interior de sus familias, asumen distintos y diversos roles.
- Las mujeres son productoras y/o gestoras de procesos productivos; sus actividades económicas se enfocan al mejoramiento de la calidad de vida, no solo al interior de sus familias, sino en la comunidad a la que están inscritas.
- En tiempos de guerra y de conflicto, las mujeres resisten: afrontan, cuidan, concilian, proponen escenarios distintos para persistir y mantener la vida.
Redacción
Colectivo Descarrilados
Un buen artículo que refleja el avance de la plástica en esta zona del departamento . Un trabajo minucioso de los gestores culturales que se ha propuesto dar un lugar relevante a la pintura en todas sus manifestaciones.
De destacar el acercamiento a poblaciones diversas en especial a niños y jóvenes motivandolos a asumír el arte como una posibilidad de vida.
Maestro James Llanos felicitaciones por su artículo y también por su gestión cultural.
todos los convencionalismos se dejan atrás en la sala Drews y nos brinda una experiencia verdaderamente única en la ciudad de Pereira.
El Colectivo Descarrilados de Cali ha creado un ambiente extraordinario de creatividad.
Es interesante como la muestra involucra a las mujeres y les da un espacio para ser reconocidas y valoradas, espero pronto ir a verla.
Es una obra maravillosa, la mirada a los saberes construidos en la ruralidad, leída con sensibilidad y respeto