- Un ministerio comodín irrelevante en la alta política, usado siempre en las cuentas del ajedrez burocrático clientelar a costa de un derecho negocio privatizado y excluyente.
- Una ministra manizalita del deporte negocio, cuota azul mermelada. Profesional con formación en gestión deportiva y trayectoria en las mañas y turbulencias del establecimiento deportivo privado. Tres ministras en dieciocho meses.
El mandato del cambio atrapado en el averno autoinmune de la política venal establecimiento forjado durante los 66 años del miti miti ancestral, frente nacional origen del CVY código de coimas en contratación estatal, realidad fáctica de la Res pública colombiana. El mandatario más insultado, irrespetado por redes sociales y medios industriales, – único que le disputa ese lugar en el tiempo al exmandatario imputado, omnipresente, implicado en los primeros veinte años del siglo – el actual primer empleado consiguió el puesto con el componente de política venal de los políticos que lo enredaron incluido su vástago primogénito. Realidad política imposible de tapar. Mácula incurable. Sin ese concurso de actores políticos electorales mañosos, hoy la corrupción estaría desbordada bajo el manto del segundo en votos de aquella elección sin antecedentes en junio de 2022. Rodolfo se llamaría el «Calígula» colombiano hoy.
Ése mapa de realidad turbia, imposible de tapar, hace que el cambio elegido por once millones doscientos mil colombianos, esté seriamente embolatado, asfixiado, veinte meses después de aquella épica elección esperanzadora, un giro en democracia nunca antes vivido. Un gobierno de la única orilla que no había asumido el timón del Estado por mandato del país nacional de Gaitán. La mayoría soñó con ésa ilusión. En dieciocho meses el sabotaje propio y enemigo tiene a la nación en una crispación e inseguridad insoportable e invivible. Anarquía es una idea en la cabeza de muchos. Fragmentación y autocracia en cada órgano del Estado. Todos contra el cambio. Mejor devolverse, es el relato que palpita en el ruido de políticos venales mediocres con poses de sabihondez salvadora presidenciable. Como el corrupto ex gobernador que dice ser engendro de «Milei Bukele sin miedo». Volver a lo mismo.
El romanticismo del mandatario Estadista líder global de la retórica contestataria visionaria del deber ser, se está ahogando con la ilusión de cambio en la parroquia. Se está quedando sólo en el territorio así las tribunas globales le copien en sus mejores intenciones. En casa la tormenta aumenta. El sabotaje sigue expandiendo la onda del retorno a lo malo conocido. Las demás ramas del Estado no le caminan al cambio y ponen todos sus palos en las ruedas.
El saldo político del gobernante sigue a la baja y no se ve cambio en su procedimiento. Su comunicación masiva no surte efecto. Se igualó y se mantiene en la playa del twitter a trompada retórica limpia sin cuartel y ése desgaste se propaga por los parlantes del perifoneo opositor. Como si el mandatario estuviera decidido a batirse sólo contra el que sea y también con todos a la vez. Si no se detiene, terminará actuando como sus enemigos quieren. Agotamiento en solitario.
Ante semejante realidad el presidente ha tenido que volver al realismo político con que se hizo elegir. Tiene que ceder y entregar pedazos de poder burocrático y espacio a aliados con votos legislativos para sumar por salvar algunas de las 35 reformas que quiso abarcar.
Botón de muestra es un sector social de política pública por un derecho esencial de todos, que se había reservado para su autonomía y en el cual puso dos ministras que no se salieran del marco que quiere manejar. Las dos fueron víctimas de la zancadilla del establecimiento repulsivo al cambio y refractario a dejarse quitar privilegios y negocios privados con erario. El aparato deporte tan masivo, mediático y movilizador de emociones, instrumento favorito de políticos para mostrarse campeones benefactores y condescendientes con los genuinos triunfadores en la gloria deportiva. Los políticos sueñan con la foto por encima de los apoteósicos deportistas campeones a quienes reciben como súbditos suyos subordinados con sus trofeos a sus dádivas, halagos y recompensas.
El reversazo del cambio se materializa en la devolución burocrática y del detal presupuestal a la insaciable voracidad de los políticos tradicionales del miti miti y el cvy el famoso “cómo voy yo ahí”. La herencia Lleras pasa ahora en manos godas costeñas, el pastel deporte. Otra vez comodín burocrático. Un ministerio menor donde las cuentas y movidas pasan de agache y si se pueden tapar con medallas y con discapacidad, nadie pregunta. De ahí procede la nueva cuota burocrática. Ahí llega una ficha del establecimiento donde había una buena profesional autónoma con integridad.
Deporte Derecho negocio privatizado
Tres ministras en 18 meses nombró para el deporte el jefe de gobierno. La primera la echó por twitter a los seis meses. La señora Urrutia se enredó con los contratos de transferencias al deporte federado porque les tocó los monopolios acostumbrados y repartió más a las federaciones. El establecimiento al que le dió el primer oro olímpico de la historia criolla colombiana, le pasó factura política implacable. La acusaron y la justicia aún no ha dicho.
La ministra Astrid Bibiana Rodriguez, renunció acosada en su dignidad, defenestrada por el ajuste de cuentas de los entusados socios de un frustrado negocio privado con erario. Ella fue la más indicada e idónea para hacer el cambio en la política pública de Estado para el derecho al deporte de cincuenta y dos millones de colombianos misión esencial del Estado, asunto sobre el cual investiga en toda su trayectoria académica, que ejercía en coherencia en esa cartera. No las tuvo todas consigo y la arrasó la gavilla de la política venal encabezada por la alharaca chinchosa del partido que se declaró heredero del erario deporte porque su abuelo Lleras creó Coldeportes hace 56 años en 1968. El jefe de gobierno entregó esa cabeza para aplacar la ira de esa clientela. Cedió. Pudo ser víctima de infamia con la primera destitución por censura ministerial.
La nombrada ministra manizalita Luz Cristina López Trejos, conservadora por postulación, debe estar bajo la lupa sus treinta meses de leche y miel burocrática si no cae antes del crepúsculo político terminal de su nominador, porque la realidad política de la funcionaria es cero margen de autonomía, todo controlado por los dueños de ése nombramiento, los más avezados exprimidores de erario y burocracia azul.
Ojalá hubiera llegado esta «ministra florero de llorente» como lo hizo su antecesora intachable, por mérito y luz propia, pero al final sacrificada como instrumento de una jugada política del jefe de gobierno que les dañó un negocio privado de dos billones COP de erario y todas las ganancias por explotación de derechos de ésa franquicia para aquel círculo de mega negocios deportivos de erario.
Mega negocios multinacionales con presupuesto de Estado, sin licitación y bajo presión política como cualquier Odebrecht, comportamiento demostrado por Andrew Jennins en «El señor de los anillos» 1992 y luego todos esos señores como Carlos Nuzman en Río 2016 o Blatter, Leoz, Bedoya y otros en el FIFA Gate USA. Todo un tratado sobre plagas del deporte para documentar.
La tercera ministra del deporte colombiano, ojalá llegara a algo importante y estructural de cambio para este derecho de todos los colombianos y así demostrar que quienes no esperamos mucho de su gestión en ésa dimensión, estuvimos equivocados. Lo diría en mayúsculas. Sus méritos bien puede hacerlos valer con esta oportunidad que debe atormentar a más de uno en el rastro apasionado que ha marcado. Esta funcionaria tiene todo el mapa completo para saber como cumplir el mandato del cambio de este gobierno en deporte derecho de todos.
Si no marca ésa ruta con hitos trascendentes caerá en un ostracismo más triste que el de Andrés Botero Phillipsbourne en 2015 gobierno Santos dos, el mayor linaje de lord del deporte miembro COI que se ahogó en su megalomania motonáutica (siendo director de Coldeportes se hizo un «campeonato mundial» para ser Campeón anónimo irrelevante) y el desastre de Ibagué 2015. Tanto como lo que se esperó de Botero con frustración total, mucho más debe ser capaz de hacer esta ministra sin los pergaminos del prócer mencionado.
Que no vaya a parecerse en el discurso a «Barbosita», el narciso indelicado «más preparado de su época» y más independiente según su pose, para llegar al ostracismo y viudez de poder más triste.
En treinta meses si se gana la confianza y permanencia del establecimiento deporte y política, algo respetable es posible. Siempre y cuando deje de creer que la audiencia es estúpida y engañable con mentiras como aquella de «soy la más independiente política y la más académica», después de haber puesto su hoja de vida a través de un político conservador lentejo, el vallenato Ape. Así no hay confianza respetable merecida. Hay que tener seriedad para ser fiable.
El cambio en el deporte derecho de todos por ahora y mientras no se demuestre lo contrario entra en reversa, embolatado.
Opinión Acto Editorial escrito por Hernando Ayala M Periodista
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