A propósito de la polémica insulsa sobre la reforma a la salud presentada por el gobierno nacional, arbitraria y mesiánicamente hundida en el senado de la república, entender el comportamiento de las masas siempre ha sido tema de estudio de las ciencias sociales y como tal de difícil consenso entre psicólogos y académicos. Sin embargo, a lo largo de la historia, la psicología de masas ha desempeñado un papel crucial en el entendimiento de las sociedades, movimientos políticos, comportamientos sociales y hasta en la forma en la que consumimos información y las relaciones con otras personas en la era digital. Un ejemplo de este comportamiento de masas lo podemos registrar en el caso de la reforma a la salud (hasta la presentación en el congreso), y una de las propuestas pilares en campaña que llevó a la presidencia al presidente Gustavo Petro, fue precisamente la necesidad de una reforma a la salud, dada las miles de tutelas, derechos de petición, quejas por la falta de oportunidad en los servicios de salud; malos manejos de los recursos, que dieron como resultado, en el pasado gobierno, la intervención y cierre de varias de las EPS y el traslado traumático de los usuarios a otras EPS, ha sido arremetida con la vehemencia del odio por todos los frentes de la oposición, voceros, medios de comunicación, redes sociales.
Bastó que el gobierno del presidente Petro presentara en el Congreso la reforma a la salud, para que todos esos usuarios indignados con las EPS, dejaran atrás todas las críticas y pasaran a defender el actual sistema de salud y a corear la consigna de la oposición: Petro va a acabar con la salud de los colombianos. Nada más hay que saber: Si lo dijo Petro está mal, sin importar la salud de los usuarios.
Otro ejemplo; En el senado de la república, los “líderes” de la oposición, que lograron conseguir los votos de los grupos de centro, para hundir la reforma; lo cierto es que esta ya estaba hundida desde la misma campaña electoral. La estrategia funcionó para hundir la reforma: “Cuando sea necesario nos retiramos del recinto y dañamos el quorum; si por el contrario, vemos condiciones para hundirla, permanecemos adentro y votamos en contra” En efecto, la oposición logró mayorías en el senado y la reforma a la salud se hundió. Todo el asunto es que el gobierno de Petro la presentó, entonces no va; porque esto ayuda a tumbar el gobierno, dado que es su único propósito; aquí no importa el daño que se le cause al país.
Aunque para los senadores de la oposición no interesaban los argumentos, y en últimas no se tomaron la molestia de estudiar la reforma que negaron, es bueno recordar que uno de los propósitos más destacados de la reforma es el de acabar con la intermediación financiera: hoy el gobierno le gira a las EPS, y estas en un acto de “caridad y compromiso con el país” le retienen un “tiempito” los giros a los verdaderos prestadores directos de la salud: Clínicas y hospitales. Cambiar el procedimiento de giro a las clínicas y hospitales por uno más expedito y eficiente, evitando sobrecostos financieros innecesarios, es la propuesta y una solución para mejorar la prestación de los servicios de salud en Colombia.
La exministra de salud, Carolina Corcho, desvirtuó que la reforma acabaría con la salud privada: “El sistema de salud no será: estatizado. El sistema de salud es de financiación pública y siempre lo ha sido, eso no es de este gobierno… la clínica privada que a usted lo atiende, seguirá atendiéndolo. La reforma protege la atención privada” lo claro es que no importa si hoy las EPS están creadas como un negocio, donde la prestación del servicio no sea lo fundamental. Para la oposición es dejar las cosas como están, porque el objetivo no es reformar y mejorar la salud, sino tumbar a Petro. Recordemos siempre, al que le pisan un callo, brinca.
JAIRO ARANGO GAVIRIA
Abril 2024