Entró una llamada a mi teléfono que no vacilé en responder. Era una voz femenina que me preguntaba si hablaba conmigo, mencionando mi nombre y apellidos. Le dije que sí, y se identificó:
—Mi nombre es… Tal y tal. Soy Enfermera Profesional de Salud Total EPS.
Me puse a sus órdenes. Me explicó que su llamada obedecía a una consulta de control programada para pacientes con hipertensión. (La verdad, no recuerdo haberla solicitado, pero me llamó la atención). Añadió que deseaba reprogramarla, esta vez para realizarla de manera virtual.
—¿Está usted de acuerdo?
Antes de responder, pensé si realmente estoy de acuerdo en que una voz femenina me llame nuevamente, esta vez para indagar sobre la evolución de mi tratamiento para mejorar la presión arterial.
Entonces recordé cómo un gran amigo, que por entonces estudiaba Medicina, me comentó que lo más importante en el diagnóstico es la historia clínica. Que un médico debe interesarse, ante todo, en conocer la vida del paciente. Que si no sabe de sus antecedentes clínicos, su entorno, sus enfermedades pasadas, sus parientes vivos y muertos, etc., muy probablemente no alcanzará un buen diagnóstico, y mucho menos podrá recetar adecuadamente.
A eso súmele los signos vitales que se pueden leer con los instrumentos adecuados y un buen manejo: El estetoscopio, el laringoscopio, el fonendoscopio… además de la báscula y el metro. Todo ello forma parte de la dotación de un consultorio.
Y en mi caso, una persona a quien el corazón ya le lanzó alertas tempranas, se me ocurre que la entidad promotora de salud —o quien haga sus veces— debería tomarse todas las precauciones para orientarlo de la mejor forma, evitando que por acción u omisión se eleven en su interior las posibles causas de un infarto cardíaco.
Así que, con el debido respeto pero con la curiosidad de quien ejerce el legítimo derecho de dudar, le pregunté:
—Doctora, ¿y usted sí cree que con una llamada telefónica puede hacer un buen control de un paciente hipertenso?
La voz al otro lado de la línea se encolerizó.
—Le está hablando una profesional de la salud —dijo, cambiando el tono—. Si le doy la cita para una consulta telefónica es porque estoy en condiciones de hacerlo.
Tanto he escuchado sobre Inteligencia Artificial que me puse a dudar si tal vez no era un ser humano, sino un robot que quería diagnosticarme simplemente respondiendo a mis preguntas, como cualquier chat GPT. Pero entonces recordé que la I.A. responde rápidamente, con textos muy elaborados. Nada iracunda.
No obstante, mi interlocutora me descalificaba a priori. Según sus palabras, es una profesional de la salud que sabe lo que hace, y por tanto tiene la facultad de auscultarme… aún sin verme, sin tomarme los signos vitales, y seguramente sin escucharme ni conocer mi historia.
Qué miedo el que me asalta. Nos invade la tecnología. Ya no nos ve el médico, sino la enfermera. Y tampoco ella nos ve: solamente nos llama por teléfono para hacernos la consulta. Mucho menos escucha los signos vitales, y ni imaginar siquiera que va a conversarnos para conocer detalladamente nuestra historia clínica.
Pero lo que sí es seguro es que le ahorrará mucho dinero a la EPS. Dinero por el cual esa entidad le cobra juiciosamente al gobierno, de lo que nos recaudan en el pago mensual de la nómina.
Buenas tardes Don Luis Fernando.
Cada quien es dueño de sus miedos, se está pagando y es en vivo y en directo que se puede solucionar lo detectado y descubrir si es del caso las famosas fallas silenciosas.
El profesional de la salud debe y tiene que aprender a tratar a la gente ya que no está interactuando con personas aliviado sino con personas enfermas y esta condición hace que el paciente por instinto de supervivencia sea curioso, pregunte y duda ya que él es el enfermo .
Así es este país, jodido. Acá todo es así en muchas ocasiones.
Feliz día Don Luis Fernando
Gracias don Isdaén, ojalá no nos cambien la atención médica presencial por virtual, porque ahí sí apague y vámonos.
RESPETADO DIRECTOR:
Importante su disertación sobre la consulta médica virtual, lo que genera en el paciente y en en el profesional de la salud : desconfianza
La pregunta problemica en su conclusión:
_ «Abrir un giro poético o simbólico?
Bien interesante, tomar postura desde el sentir del profesional de la salud, del paciente , en esa forma de relación virtual,
_ Es más ético o menos ético elevar la relación medico_ paciente a ese nivel?
Y como bien lo expresa usted: » Soy un paciente hipertenso» cómo es posible hacer valoración sino lo ausculta?
Señor Director: validez en su propuesta de debate, que abre enfoques desde lo humano y la aplicación de nuevas tecnologías.