A fines del siglo XIX en el viejo oeste estadounidense, los pistoleros se conocieron como hombres armados y tiradores que tenían reputación de ser peligrosos con las armas de fuego y estaban envueltos en duelos y tiroteos. Los pistoleros podían ser: agentes del orden público, forajidos, vaqueros o tiradores de exhibición; pero, todos eran pistoleros bajo contrato.
Estos personajes eran mostrados como agentes del orden local: rancheros, oficiales del ejército, vaqueros que demuestran integridad y principios. Hombres varoniles, valientes, éticos, rudos, autosuficientes poseedores de una actitud independiente y honorable. No disparaban para desarmar o impresionar, disparaban para matar.
En las películas del oeste (western) eran comunes los duelos. Uno de los duelos más famosos fue entre Luke Short y Jim Coutright. Más que las habilidades de los pistoleros, importaba la reputación. Las historias se agrandaban con el voz a voz, y con ellas se marcaba la reputación del pistolero. Así era el viejo oeste americano; pistoleros, duelos, recompensas.
La figura de los caza recompensas siguió en Estados Unidos, y hoy es uno de los componentes y estímulos más atractivos para los pistoleros (mercenarios) de la nueva generación. El cartel donde se ofrecen US 25 millones por Maduro y US 25 millones por Diosdado Cabello, ha captado la atención de mercenarios y/o caza recompensas a nivel mundial. Una vez posesionado Maduro en la presidencia de Venezuela, el expresidente Uribe realizó una cumbre de su partido Centro Democrático, donde participaron sus principales dirigentes, en la frontera entre Colombia y Venezuela. Siendo fiel a sus principios, propuso: la solución para Venezuela es el derrocamiento de Maduro y su gobierno por las armas. Por supuesto: no deja de ser otro falso positivo.
Con esta propuesta, el expresidente Uribe, no solo quedó como el llanero solitario, que para luchar contra la injusticia siempre estaba proponiendo acciones inviables, si no fuera de su comité de áulicos, nadie tomó en serio semejante disparate. Tan fuera de contexto histórico temporal fue la propuesta, que el mismo Maduro le aceptó el reto; dijo Maduro: Reto a Uribe a una confrontación armada. Es decir lo reto a un duelo. En el caso hipotético que Uribe le acepte el duelo a Maduro, lo importante es que, como en la época de los caballeros medievales, podría significar el fin del conflicto con Venezuela y la transición pacífica a un gobierno democrático y pacífico. Pero esto no va a suceder porque el sueño de Uribe, no incluye exponer su integridad física, sino darles aliento (coba) a otros despistados guerreristas para que formen un grupo de asalto de mercenarios, tal como lo hicieron en Haiti. Como el expresidente Uribe apenas lanzó la idea, sería bueno que nos contara sobre la estrategia y la forma de desarrollarla; por ejemplo: ¿quiénes integrarían el grupo de asalto?, ¿el mismo lo va a dirigir?, ¿Quiénes financiarían tan intrépida misión?, etc. Mientras tanto el expresidente Uribe sigue su periplo por Colombia, como el judío errante, cada vez más ermitaño, alimentando su sueño de pistolero del oeste.
JAIRO ARANGO GAVIRIA
Enero 2025