Quien mira hacia afuera sueña, quien mira hacia adentro despierta; implica algo muy particular en la vida de cada cual ya que, cuando se mira hacia afuera es relativamente simple pues se le da juego a la imaginación lo cual no es descartable pues es muy lindo pensar y vivenciar lo que puede pasar con un proyecto o con uno mismo.
Sin embargo, cuando miramos hacia adentro, estamos alcanzando una proyección mucho más real, lo que implica que nos mantenemos despiertos y alertas ante una realidad, esto es la del Aquí y el Ahora.
El tiempo futuro no podrá existir si antes no nos enfocamos en el tiempo presente, ya que el pasado es equivalente a un cheque ya pagado que sirve como referencia y el futuro a uno aun por cobrar.
Nadie puede lavar y luego secar la ropa con el sol de ayer o el eventual del mañana, puesto que el único sol y viento del que se dispone en el presente es el día de hoy. Introspección resulta entonces mucho mejor que la mera fantasía, y la anterior solo se consigue cuando miramos hacia adentro en un plano emocional ubicado en el presente.