En el corazón del Eje Cafetero, Pereira no solo cultiva café. También cultiva conocimiento, forma talentos y proyecta futuros. Cada mañana, miles de jóvenes cruzan la ciudad con un cuaderno bajo el brazo y un sueño en la mochila. Van a clases en colegios históricos, en universidades con trayectoria, en institutos técnicos, en centros de innovación. Y todo eso hace parte de lo que somos: una ciudad educadora, una ciudad que apuesta por el saber.
La Universidad Tecnológica de Pereira es el buque insignia. De sus aulas han salido ingenieros, licenciados, diseñadores, investigadores, emprendedores. Con su campus vivo, diverso y conectado con el mundo, la UTP no solo es una institución académica: es un motor de ciudad. A su lado, la Universidad Libre ha sido baluarte de pensamiento crítico, formación jurídica y compromiso social.
Pero el ecosistema educativo crece. La llegada de universidades como la Católica de Pereira, la Fundación Universitaria de las Américas y otras sedes universitarias demuestra que la ciudad es atractiva para la inversión en educación superior. Pereira ya no solo forma a sus propios jóvenes, sino que atrae a estudiantes de otros departamentos e incluso de países vecinos.
Y antes de llegar a la universidad, hay cimientos sólidos. Colegios como el INEM Felipe Pérez y el Deogracias Cardona han formado generaciones enteras con vocación técnica y académica. Instituciones como La Salle y el Calasanz han marcado una huella en la educación privada de calidad. El Liceo Los Andes, de larga tradición, sigue siendo referencia. Y no podemos olvidar a los colegios internacionales como el inglés y el francés, que aportan a una visión global de la educación desde Pereira.
Cada maestro que enseña en estas aulas, cada estudiante que se forma aquí, es parte de un engranaje vital. La educación no es solo un servicio: es un proyecto colectivo. Es lo que define el tipo de sociedad que queremos ser. Y en Pereira, esa apuesta por el conocimiento tiene historia, presente y sobre todo, mucho futuro.
Hoy que hablamos tanto de desarrollo, miremos con atención nuestras aulas. Invirtamos en ellas. Respetemos a quienes enseñan. Escuchemos a quienes aprenden. Y pongamos a la educación en el centro de todas nuestras políticas. Porque si algo tiene claro esta ciudad, es que formar talento es la mejor manera de construir equidad.
Pereira, ciudad de saberes, ciudad de talentos, ciudad de futuro. Esa es una marca que vale la pena defender. La educación es la mejor bandera para el desarrollo y el futuro de una ciudad, de una región, de un país.