“El que borra la memoria es porque teme a la verdad”: Alfredo Mondragón, Representante a la Cámara
El alcalde de Medellín Federico Gutiérrez, al borrar el mural “las cuchas tenían razón”, en un acto de imprudencia, de intolerancia y de sectarismo ideológico, quiso ocultar la memoria de lo que ocurrió en la escombrera con la “operación orión”, donde la JEP está encontrando cadáveres de jóvenes desaparecidos. Dijo el alcalde: “No voy a permitir que nadie ensucie a Medellín”.
Me parece que el alcalde Federico al borrar este mural de arte urbano, cubriéndolo de pintura gris, no solo mostró ante la comunidad nacional su talante arbitrario y sesgado, sino que despertó el león dormido: la solidaridad nacional con las madres de los jóvenes desaparecidos de las comunas de Medellín.
El concepto singular del burgomaestre de Medellín sobre lo que entiende “asear la ciudad”, centrando sus capacidades institucionales 24/7 en acuartelamiento para borrar cualquier mensaje mural que no pase la censura de la administración, muestra que, contrario a lo que debe ser el criterio de inclusión, su sectarismo demostrado con este tipo de actos que violentan la cultura urbana, en vez de ayudar a las madres de los jóvenes desaparecidos y tirados al basurero de la “escombrera”, es un acto demencial que contrario a unir los colectivos culturales y ponerlos al servicio de la memoria de la historia de Medellín, está invitando a una confrontación con los miles de colectivos que a nivel nacional entienden el arte urbano como la forma más democrática de expresión del sentimiento de la gente cuando quieren mostrar una realidad y una verdad que en los medios oficiales no tiene tribuna.
Gracias a la arbitrariedad del alcalde Federico de borrar el grafitis “las cuchas tenían razón”, pronto veremos en las ciudades del país, grafitis como el que el alcalde borró en Medellín. Es que la creatividad de los colectivos culturales en Colombia es infinita. No creo a ciencia cierta que el alcalde haya borrado el letrero; “Las cuchas tenían razón”, la pintura gris opacó el mural físicamente, pero su esencia, su espíritu está vivo en la conciencia y en el corazón de las madres buscadoras de sus hijos y en los colectivos de jóvenes que vieron este acto de salvajismo de Federico, como la mejor oportunidad para hacer murales en distintas ciudades del país, y de esta manera mostrar la solidaridad con las madres y el rechazo a unas medidas inconsultas e incendiarias.
Bien equivocado el alcalde Federico Gutiérrez, al creer que con pintura gris va a tapar la memoria colectiva de lo que con la operación orión pasó en Medellín. Así con tanta intolerancia no se maneja una ciudad. Siento pena ajena con las madres buscadoras. “El cucho Fico, se equivocó”.
JAIRO ARANGO GAVIRIA
Enero 2025