CONTRACRÍTICA. Con Humor, Amor y… Ardor. Si Maya Se desmaya, ¿ya no es Maya?

Por. CARLOS ALBERTO CARDONA MONTOYA

El absurdo manejo a la emergencia sanitaria dado por las autoridades “legítimamente” elegidas en la ciudad de Pereira, en el que claramente se protege el interés monetario de los financiadores del régimen, por encima de la prioridad constitucional de garantizar la protección a la salud de las personas existentes en los listados de Kontacto (Presuntos electores), y los ciudadanos de segunda (los que votaron por otro), nos está llevando a una aguda crisis mental que, se manifiesta en horrorosas pesadillas que pondrían en pánico al mismo Sigmund Freud.-

Relataré la más horrenda pesadilla, por la cual Carmen (mi esposa) hubo de recurrir a rezos, sahumerios, conjuros, sortilegios y hasta dos canciones de reguetón que parecían “ñarriados” de gato en hoguera diabólica; confieso que fue horrible, muy horrible, más horrible que pensar en lo solidaria y sostenible que es la diabólica reforma tributaria del desgobierno de tuerquita.

En mi horrendo sueño, de repente llegué corriendo al cine en un teatro nuevo en la ciudad, un mafioso era el dueño, no había restricciones por pandemia, y aunque llegué tarde no pude advertir  si los espectadores tenían tapabocas; traté en el sueño, de  encontrar una silla y quedé junto un caballero de aspecto distinguido, tenía “pinta” como de ex alcalde con ojos rojos brillantes codiciosos (como de senador). Atrevidamente le pregunté si podría contarme lo ocurrido en la película  hasta el momento, pues aunque había llegado corriendo, la película ya había avanzado mucho.

YO– Disculpe, ¿Podría resumirme lo ocurrido hasta ahora en la película?

Sujeto: Si, claro, Gilligan Maya, a quien puede ver ahí mismo, ha hecho un pacto con el Diablo.

YO- UUYyyy ¿Cuáles con las condiciones del pacto?

Sujeto: Si, El diablo se compromete a dar riqueza en abundancia a Maya, durante 4 años, naturalmente a cambio de su alma.

YO- ¿Cuatro no más?

Sujeto: Si, aunquepueden renovar el contrato, no hace mucho Gilligan Maya lo firmó con un poco de sangre en unas invasiones de Caimalito y Puerto Caldas.

En mi sueño con la información obtenida podría completar el argumento, pero quería saber más de ese personaje seductor y misterioso, quien de cuando en cuando se tomaba una selfie, en tanto en la pantalla, Maya se llenaba los bolsillos con monedas de oro, crucifijos con esmeraldas y contratos sospechosos; y volví a preguntar:

YO–  y ¿Quién cree usted que de los dos está más comprometido?

Sujeto:  El diablo, créame, el alma de Gilligan Maya no valía mucha cosa cuando la negoció, es un tipo codicioso, mírelo usted gastando dinero a raudales, olvidó su origen humilde, ya es arrogante y derrochador… pero ya le está llegando su cuarto año.

Sentí un gran estremecimiento, en el sueño, el tal Maya me simpatizaba, no resistí la tentación y pregunté al simpático y enigmático acompañante .. tiene usted aspecto señorial, de clase, rico, ¿Ha sido usted pobre alguna vez, como era Maya?

Sujeto: Ignoro el significado de la pobreza, en cambio sé muy bien lo que puede hacerse en cuatro años de riqueza; mientras tanto en la pantalla, Gilligan Maya comenzaba a expresar un tremendo arrepentimiento, me picó la curiosidad y pregunté:

YO- Pero el diablo le ha cumplido, ¿Qué tal si se arrepiente?, mire que ya hay gente en la cárcel, muchos están esperando que les cumpla, mírelo llenando de lujos a su esposa y a otras mujeres.

Sujeto: No sería la primera vez que le salgan mal las cosas al diablo; algunos se le han ido de las manos a pesar del contrato, en eso juegan las influencias de otros demonios, por allá en las cortes.

La película avanzaba y el dinero brotaba en las manos de  Gilligan Maya, pero con la velocidad de la película se le notaba sombrío, la opulencia no bastaba, los lujos a su mujer no le lucían, en los inmensos jardines no crecían flores, solo tristezas y desolación; algunas personas vecinas en el teatro lucían molestas a pesar de que hablábamos en voz baja.- El sujeto me invitó a conversar afuera en el pasillo, podríamos ver la película después. Cuando salíamos, en pantalla, Gilligan Maya le confesaba a su mujer el pacto hecho con el diablo, y su arrepentimiento porque, el diablo, finalizado el contrato, lo llevó a la ruina.

Ya en el pasillo el enigmático sujeto me dijo: “Se que le dices a Carmen, tu mujer, que darías lo que sea por no tener más dificultades económicas, todo eso puede resolverse si tienes algo a cambio como Gilligan Maya, ¿Si me entiendes?, ¿tienes algo para vender? Algo que valga la pena.

YO- Noooo nada, tiene más plata el Chavo en las medias, mire, en la pandemia los políticos por los que votamos nos abandonaron, lo que sé hacer es despreciado donde antes era bien recibido, y una caja de dientes con dos muelas de oro de mi abuela, está en una prendería, no tengo nada para dar.

Sujeto: Jejejeje, A estas alturas resulta innecesaria una presentación, mira cuando llegaste Gilligan Maya no tenía nada, y mira las riquezas que le dí, estoy dispuesto a convertirme en tu cliente, ahora mismo podrías comprarle a Carmen el osito de peluche que le prometiste hace diez años,  y cambiarás esa cáscara de carro por uno último modelo; y sacando un pergamino crujiente, y una pluma de oro, me lo extendió, y dijo, solo tienes que votar por mi para el senado, recuerda tus promesas a Carmen,” haría cualquier cosa por complacerte”.

Yo- Listo, pero con una condición, déjeme ver el final de la película.

En ese momento me ví rodeado de la muchedumbre saliendo de la sala de cine al tiempo que en la pantalla estaba la imagen de Gilligan Maya tras las rejas, sus mujeres en la más inmensa pobreza, y los pobres de su ciudad protestando por que durante la pandemia estuvieron abandonados mientras los recursos se los daban a los ricos, en tanto, el diablo aparecía sonriente detrás de Maya, éste, Maya, se desmayó con un crucifijo de palo en la mano, y de su boca empezaron a salir gusanos, sapos y culebras (las promesas incumplidas) y cuando el diablo se aprestaba  a “enyardarlo” para las próximas elecciones, con su tenedor apuntando en la entrepierna, muy cerquita del escroto del desmayado,  desperté sudoroso, agitado, tembloroso, gritando: “Neeegraaaaa,  Negrita, soñé que el diablo me ofrecía tesoros a cambio de mi alma, solo teníamos que votar por él para el Senado, que horrible, fue infame, asqueroso, humillante  buuuuuu   snif  snif  buuuu”

Carmen:  “Goordo (así me dice con ternura), tu alma y la mía siempre están juntas, y es lo más valioso que tenemos; los políticos son los demonios que nos empobrecen, ya sabes, como en el sueño, Si Maya se desmaya, deja de ser Maya, porque siempre habrá muchos como Maya, que le vendan el alma al diablo a cambio de un momento de poder”.

MORALEJA: Para las próximas elecciones, “Ni en sueños te dejes seducir por los demonios de siempre”.

Feliz semana.