La muerte física es el final de la jornada vital de cada individuo: después de ella, nada queda. ¿O es apenas el inicio de un largo peregrinar del ser en otras dimensiones en las que alcanza su perfeccionamiento a través de encarnaciones sucesivas en otros cuerpos hasta que logra el desprendimiento definitivo de envolturas materiales? Lo que sucede inmediatamente después de la muerte física es y seguirá siendo uno de los grandes misterios para quienes a lo largo de la historia se han formulado preguntas denominadas existenciales. En un artículo reciente afirmaba que quienes más se han preocupado por indagar e inclusive proponer la ruta que sigue este proceso de la vida y la muerte han sido las tradiciones espirituales y las corrientes filosóficas, a través de sus representantes más influyentes. La pregunta fundamental es qué sucede después de la muerte física. Para la filosofía materialista, con figuras como Epicuro, Pierre Gassendi, Ludwig Feuerbach, Friedrich Engels y Karl Marx, el asunto se resuelve afirmando que después de la muerte física no hay nada más, porque la conciencia, la mente y el ser humano son producto de la actividad del cerebro, y por eso todo termina cuando este órgano deja de funcionar. Los idealistas, representados por Platón, Immanuel Kant, George Berkeley y Friedrich Schelling, consideran que la muerte física es una transformación hacia una nueva realidad espiritual o trascendental, profunda y eterna, en la que el individuo puede continuar su desarrollo y evolución personales.
Dicha pregunta no ha sido ajena a quienes se han considerado dotados de cierta capacidad psíquica, que les permite conectarse con esferas trascendentales e interactuar con espíritus de seres ya fallecidos, ni a aquellos estudiosos de la mente, que han trabajado con pacientes en estados no ordinarios (como en los trances meditativos o hipnóticos) y han develado hallazgos muchas veces inesperados. En el primer caso se puede mencionar al médium estadounidense Edgar Cayce (1877 – 1945), llamado por sus seguidores “el profeta durmiente”, porque tenía la habilidad de responder preguntas sobre reencarnación e inmortalidad cuando se encontraba en trance hipnoide. Con respecto a investigadores con formación en psicología que se han dado a la tarea de observar el fenómeno de la vida después de la muerte utilizando diversos procedimientos como la regresión es importante mencionar a Brian Weiss (1944 -). Este médico y psiquiatra igualmente estadounidense le ha dado un gran impulso al tema a través de numerosas publicaciones sobre reencarnación, regresión de vidas pasadas, progresión en vidas futuras y la supervivencia de la energía o el alma del ser humano que trasciende el acto físico de la muerte. Como resultado de estas posturas, se abre un gran interrogante: ¿es posible sobrevivir a la muerte física? Las evidencias desde el punto de vista clínico y observacional abren un infinito campo de debate que perdurará por siempre.
¡Estoy totalmente de acuerdo contigo! Eso es lo que sucede de acuerdo a lo que han estudiado algunas disciplinas de la mente que han indagado acerca del destino de esa alma o energía. Gracias. Saludo cordial
Siendo atrevida, sin ser profesional o experta en la materia, una simple opinión: considero que al dejar el cuerpo físico, el alma, o espíritu, yo diría energía vital, se une ala energía cósmica, a esa energía que creadora que es contante en el tiempo; es volver al origen.