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ActualidadEl control de la pandemia…,¡nos enloquece!

El control de la pandemia…,¡nos enloquece!

James Fonseca, Vigía Cívica

Así no sea un asunto fiscal, que son los que tratamos habitualmente en nuestras columnas, nos referirnos hoy a las irracionales diferencias en las normas de aislamiento que debemos soportar los habitantes de la conurbación Pereira, Dosquebradas, originadas en las medidas, disímiles y hasta contrapuestas, que han tomado las administraciones de los dos municipios vecinos, cuya población habita y demanda bienes y servicios, indistintamente en las dos ciudades, lo que las hace económicamente interdependientes.

Muchas habitantes de Dosquebradas trabajan o estudian en Pereira, la mayoría de los vecinos de Dosquebradas son atendidos por servicios de salud de Pereira, inclusive en la coyuntura actual, cuando cualquier contagiado grave de Dosquebradas tendrá que ser hospitalizado en Pereira pues aquel municipio carece de UU.CC. II. y también, un sinnúmero de vecinos de Pereira tiene sus negocios o sus empleos en Dosquebradas.

Pero, mientras Pereira permitía que, alternadas entre números pares e impares en el último de la cédula, las personas pudieran salir, día de por medio, a las actividades permitidas por el decreto nacional; Dosquebradas, con menor población y mucho menor riesgo por aglomeraciones humanas, restringió ese movimiento a un día entre semana y uno de fin de semana. Una medida, evidentemente contraproducente, pues concentra en supermercados y farmacias, durante el sábado o el domingo, a la mitad de la población urbana y a toda la población rural, que pueden circular.

Esto ha desencadenado situaciones en las que las personas no tienen alternativa distinta a violar los decretos para resolver problemas generados por la incongruencia de las normas.

Un habitante de Dosquebradas, dueño de un taller de motocicletas en Pereira, aprovechando que en esta ciudad ya no hay restricción de movimiento y puede reabrir su negocio, debe atravesar Dosquebradas, aun en los días en los que no le está permitido movilizarse allí, para poder ganar el sustento de su familia en Pereira.

Una ama de casa, sin la astucia de los delincuentes y que tuvo un problema con un giro enviado a Dosquebradas, debió burlar la vigilancia policial, para ir a Pereira a recuperar su dinero. Un residente de Pereira que debió correr a Dosquebradas para auxiliar a miembros de su familia en problemas, fue detenido en un reten y amenazado con comparendo, porque ese día no podía circular en Dosquebradas.

Estos episodios y otros similares, alteran los nervios de los ciudadanos, tanto como la pandemia y nos generan tres preguntas: ¿Habrá una razón, diferente al ego de los gobernantes de Dosquebradas, para que las medidas de prevención del contagio en ese municipio sean diferentes a las de Pereira? ¿Así generen dificultades inútiles a los ciudadanos de los dos municipios? y, ¿La normalización de actividades en Dosquebradas tendrá tiempos diferentes a la de Pereira?

1 COMENTARIO

  1. Describe el autor, un panorama que se observa también en Manizales, donde los mandatarios de poblaciones cercanas al igual que el de la capital, no actúan en concordancia, en el bien, común.
    Hacen de sus mandatos , un ejercicio individual, egoísta.
    Donde queda la misión: propender por consolidar un área metropolitana?
    Dónde están generando bienestar, y no alimentando su poderío , su ego?

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