Por URIEL ESCOBAR BARRIOS, M.D.
La calidad de vida de una población o un país se mide a partir de indicadores sociales, y la salud mental es uno de los que refleja de forma más sensible la situación que están viviendo las personas. Durante el 2020, como consecuencia de la pandemia, hubo un incremento significativo de las alteraciones mentales. Los estudios realizados en diferentes partes del mundo coinciden en el siguiente hallazgo: hay más trastornos depresivos, ansiosos, de estrés postraumático y de la sensación de incertidumbre. En Colombia, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses reportó que entre enero y mayo de 2020 se suicidaron 917 personas, y esta cifra ascendió a 1051 para el mismo periodo en el 2021. Con base en esta información, la Procuraduría General de la Nación manifestó su preocupación no solo por esta cifra, sino por el deterioro de otros indicadores de la salud mental, lo cual ha repercutido en el aumento de la violencia al interior de las familias, el consumo de sustancias psicoactivas y, como consecuencia, la poca oferta de las instituciones prestadoras de salud para atender dicha problemática.
A este respecto, la Procuraduría, en cabeza de su representante, Margarita Cabello Blanco, afirmó que “las cifras de depresión, estrés y suicidio; así como la incidencia que la salud mental pueda tener en violencia intrafamiliar, riñas y convivencia no pueden seguir pasando inadvertidas para los responsables del sistema de salud y mucho menos para los alcaldes y gobernadores”. Además, recordó la Circular 04 del 14 de abril de 2021, emanada de su despacho, en la cual se solicita dar cumplimiento a lo ordenado por el Ministerio de Salud y Protección Social para velar por la salud mental en Colombia e informar sobre las acciones implementadas atendiendo a estas instrucciones. Finalmente, recalcó que “a partir de la información recaudada por la PGN se pudo evidenciar que no hay un avance significativo en la disponibilidad, suficiencia y pertinencia de servicios de salud mental y por este motivo se exhorta a las autoridades y entidades responsables a responder de manera inmediata al llamado, para atender en forma efectiva y contundente el tema de salud mental”.
El cuidado de la salud mental es igual de relevante que el de la salud física, porque el humano es un ser integral y no puede haber ninguna duda –ha sido demostrado de manera fehaciente por la investigación científica– que una mala o descuidada salud mental tiene profundas repercusiones, como el ya mencionado suicidio, fenómenos de consumo, violencia intrafamiliar y exacerbación de enfermedades físicas de base, solo por mencionar lo de mayor ocurrencia. ¡Así que una buena salud mental mejora la calidad de vida de nuestra población!
Nada más podía esperarse de un siquiatra intelectual como el Dr. Uriel Escobar. Felicitaciones