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SociedadEl humor, al botiquín de primeros auxilios

El humor, al botiquín de primeros auxilios

Por: Juan Antonio Ruiz Romero

Pregunté al sicólogo Guillermo Valencia Montoya, las razones por las cuales en medio de una situación de calamidad global, al lado del tapabocas, los guantes desechables y el jabón, incluimos al humor en el botiquín de primeros auxilios.

Con su serenidad a prueba de pandemias, el profe me respondió: “La risa es un paliativo contra la angustia”. Y entonces entendí la razón de la infinita cantidad de memes, en forma de caricaturas, videos, audios, textos e imágenes que circulan por las redes sociales y en donde el humor aparece como antídoto ante la crudeza de la realidad.

También recordé un ensayo, muy en serio, que escribió hace algunos años el siquiatra Osvaldo Castilla Contreras en donde se refiere “a la sensación placentera que se experimenta con el humor”, recuerda “el alivio de tensiones o del efecto terapéutico del triunfo sobre la ansiedad” y menciona que con la risa o la carcajada “aumenta la secreción de endorfinas lo que aumenta los efectos analgésicos”, ya que “la risa es obstáculo para las emociones negativas, disminuye la rabia e inhibe la venganza”.  

O sea que hemos vivido en contravía porque las EPS deberían recetar más carcajadas que calmantes y relajantes musculares. 

La risa es tan poderosa que en el libro El Nombre de la Rosa, de Umberto Eco, un viejo y encorvado personaje, es capaz de matar, envenenar y esconder un libro para evitar que se expandiera ese “invento diabólico”.

Pero, sigamos con las explicaciones del sicólogo Valencia, para quién el humor tiene otra función, mucho más importante. Dice que “las personas que saben gozar están más preparadas para llegar a la segunda forma del humor que es el deleite. El deleite está emparejado con la alegría. Mientras el humor es una relación utilitaria porque me beneficia para prevenirme de una dolencia; en el deleite y la alegría, el sentimiento es más profundo, más espiritual. ¿Y cómo se logra? Conectándose con las pequeñas cosas de la vida. Con eso que tenemos al alcance, porque en el fondo es lo único que tenemos para ser felices: nuestros seres queridos, nuestra mascota, un plato de comida. En eso consiste el deleite”.

Como periodista inquieto que soy, me atreví a contra preguntar: ¿Y en las actuales circunstancias, con tantas amenazas e incertidumbres, si hay tiempo para el deleite?

-Claro. Respondió. “Es otra forma de mostrarle a la crisis que, aún en la adversidad, estamos por encima de ella y más que ponernos a llorar tenemos todavía muchísimas energías para disfrutar y gozar lo que el universo nos brinda en este momento”. 

Gracias, profe. Su positivismo y sabiduría son un auténtico deleite.

4 COMENTARIOS

  1. Mi amigo Juan, le cuento que cuando estaba en la U escribí un ensayo sobre la risa, fue para una asignatura llamada Historia de la Cultura.

    Entre charlas con compañeros de estudio, mi amigo Obed Moreno me dijo lo siguiente: «Cuando se altera la cotidianidad, surge la risa» y ahí entendí que reir es el arma más poderosa para enfrentar cualquier situación.

    Ahora, que he ahondado en el mundo espiritual (sustentando en el Dios de la biblia) me di cuenta que la risa es un arma para destruir las tinieblas.

    Saludos.

  2. Juan tienes toda la razón, el humor es la mejor terapia, fuente de salud y por eso deberīa incluirse en el plan de salud.

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