Saben los lectores que fui candidato a los CMJ, convencido de que esta era la forma de entrada, el primer paso, el peldaño primero para la inclusión de la comunidad joven en las políticas del país. Aún con las limitaciones a las cuales nos condicionaron en caso de llegar a formar dicho consejo (actuación que solo contempla la vigilancia a proyectos juveniles y la concertación entre la juventud y las administraciones), pude creer que su conformación, como he dicho, es significado de vísperas de una participación mayor. Y por supuesto que aún lo creo.
Pero mis congéneres y las generaciones cercanas a la mía no pensaron igual:
- En Santa Rosa de Cabal de 18.560 votantes potenciales, fueron tan solo 2.045 de ellos los que salieron a votar. Lo que corresponde a un ínfimo 11,01% del total.
- A nivel departamental el panorama democrático es aún más macabro. De 238.223 votantes potenciales, fueron tan solo 15.732 jóvenes quienes ejercieron su derecho al voto. Un ínfimo 6,60% del total, apenas.
- Y en todo Colombia el porcentaje tampoco es alentador (lo que nos dice que la apatía no solo es una enfermedad regional): de 12’282.273 votantes potenciales, fueron tan solo 1’279.961 quienes salieron a las urnas.
En suma a esta pobre participación, una buena parte de la misma fue ejercida de manera incorrecta. Detalladamente, usando las mismas tres instancias antes expuestas, el escrutinio general mostró que:
- En Santa Rosa de cabal, 444 de los 2.045 votos efectuados, fueron anulados por invalidez, lo que corresponde a un 21,71% de votos apartados del total sin valor alguno en la democracia. Solo, entonces, 1.601 votos efectivos en el municipio.
- En Risaralda, 4.397 de los 15.732 votos depositados en las urnas fueron nulos, lo que corresponde a un 27,94% de votos que no tuvieron validez. Solo, entonces, 10.468 votos efectivos en el departamento.
- En Colombia, 291.345 del 1’279.961 de votos tuvieron la misma suerte. En este caso, un 22,76% del porcentaje general. Solo, entonces, 927.583 votos efectivos en el país.
Culpables de este fenómeno por supuesto que los hay, y bien los encabeza con vergüenza la Registraduría. Por otro lado están los incautos que atendieron con toda confianza a la atípica indicación de los desinformados jurados de marcar su preferencia en cada uno de los sectores (listas independientes – partidos políticos – prácticas organizativas).
Mientras se hacía el escrutinio, junto a otros candidatos, yo observaba cómo a medida que se daban los informes, escalaba la cifra de votos nulos de manera proporcional a la cantidad de votos contados. Curiosamente la cifra mantenía un porcentaje uniforme con respecto a la generalidad. Admitiendo en la realidad la posibilidad de coincidencias, esto sigue siendo bien particular.
Y ahora volviendo al asunto de la poca participación, intentaba yo descubrir el motivo de aquella apatía, que me resulta tan contraria al ánimo mostrado durante las protestas sociales que vivimos hasta hace poco. Como contra-argumentos encontré el que los jóvenes no confían en la limpieza o en la ausencia de políticos amañados en este proceso, o que los objetivos del Paro Nacional resistido con tanta fuerza no se reducen a esta, una simple veeduría. Y con ambas ideas estoy de acuerdo, pero no puedo aceptar que se rechace esta oportunidad porque hay malos políticos, o porque las aspiraciones son mayores; en ambos casos hay que sumar, no podemos seguir dejando el camino libre a los maleantes que toman por títere a Colombia.
Debe entenderse que aunque pequeña ésta es una piedra en el zapato que los gobernantes de este país se han evitado desde 2013, entonces resulta desilusionante que por diversos motivos personales se renuncia a la responsabilidad social adquirida tras esos ocho años de lucha. Joven, si usted no pensó que el consejero juvenil pudiera hacer gran cosa, ¿qué más da? Ese joven y sus compañeros tienen la buena voluntad de representarlo. Y en un país como el nuestro cualquier recodo de participación hay que tomarlo para siempre exigir más, o nos acusarán de negligentes, ya lo verá usted.
Y bien, a estos, a los que no quisieron, se suman los que manifiestan jamás haberse enterado. ¿Fruto de qué? Fruto del tan bajo interés de las administraciones locales. Las campañas de difusión estuvieron siempre en manos (y solo en las suyas) de los grupos de candidatos que aspiraron a ser consejeros.
Una muy buena muestra de este desinterés se evidencia en la denuncia pública elevada por el concejal santarrosano Juan Manuel Martín: al señor gobernador Víctor Manuel Tamayo, le da por hacer unos juegos departamentales para el mismo fin de semana de las elecciones, que es de importancia decir, fueron anunciadas con precisión desde 5 meses atrás. En estos juegos departamentales, hasta 500 jóvenes se quedaron sin la posibilidad de ejercer su voto.
Un informe a última hora de posibles cambios de lugar de votación para los menores de edad y la colocación de varios puestos de información alejados de sus respectivos centros de voto, fueron otros de los avances de la Registraduría para configurar lo que yo declaro aquí, por esto y lo anterior, como un vil sabotaje, que demuestra cual en poco se tiene al colombiano y a la democracia.
Se juntaron entonces la apatía política del pueblo, el desinterés de las administraciones, la desinformación de los jurados designados y la maña de la principal entidad responsable.
Nota final:
JOVEN: En nuestras manos está el que nuestro país no siga siendo el mismo. Vamos a redimirnos en las próximas elecciones que vengan. Ese 89,58% de abstencionismo nacional es una enfermedad que los de siempre no nos van a perdonar. Miren ustedes mismos como los partidos políticos tradicionales arrasaron en la votación nacional, pasando sobre los partidos alternativos, los procesos y prácticas organizativas y las listas independientes:
Ranking de listas más votadas: https://resultados.registraduria.gov.co/estadisticas
Si Colombia es siempre la misma, es porque son siempre los mismos los que salen a votar.
A mis amigos consejeros de juventud, Les deseo todo el éxito en labores. ¡Fuerza y ánimo! Es común nuestro objetivo.
Hola, el artículo contiene una opinión muy importante sobre la necesidad de utilizar los mecanismos de participación en la política, sin embargo, la radiografía que contiene busca señalar solo a unos culpables; en esto tienen parte también los «alternativos» que no hacen pedagogía, así como los vídeos incendiarios durante las manifestaciones llamaban a las calles hizo falta llenar las redes sociales de llamados a la participación masiva en las votaciones: en los cuales entre otras cosas les enseñaran a los muchachos a votar, porque en Colombia llevan años enseñando a obedecer pero no a elegir. Esto entre otras cosas… Además, el tema de la denuncia de Juan Martín no tiene fundamento. 500 jóvenes no hacen la diferencia, además, los muchachos que están en deporte difícilmente participan de política, este es otro elemento que hay que analizar…
.. Igual que en las elecciones Presidenciales… Preciso caen en mundial y partido de Colombia …. Casualidad?… iQue va!..
Ya ves tú, Richard. Una increíble planeación la que manejan quienes presiden el país para mantener la patria subyugada, e ignorante primeramente.
Completamente de acuerdo, sin duda un resultado muy triste, pues verdaderamente cuando el pueblo no vota, pierde la democracia, más allá de todo, debemos de seguir fomentando estos procesos, pues ejercer vocería y veeduría si bien no son las atribuciones más grandes del mundo, son un pequeño paso para empezar a luchar por los derechos juveniles.
Así es querido consejero, vamos a ejercer una veeduría fuerte y contundente y con las herramientas constitucionales nos vamos a hacer oír de verdad. Vamos escalando. Felicidades por la curul, fruto del buen ejercicio.
Gran opinión. Yo no tenía conocimiento de los juegos departamentales en los que por obvias razones disminuía el número de votantes y, por consiguiente, aumentaría la inactividad política de la juventud por medio del opio (tengamos en cuenta que el deporte es momentáneo, la actitud crítica no). Y no estoy dirigiéndome en contra de los deportistas, solo que su inmersión en el deporte hace que infravaloren las temáticas políticas de las que depende el país para su trascendencia social. Una estrategia de manipulación mediática evidente.
Quisiera anotar, además, que en el párrafo «y en todo Colombia el porcentaje tampoco es alentador (lo que nos dice que la apatía no solo es una enfermedad regional): de 12’282.273 votantes potenciales, fueron tan solo 1’279.961 quienes salieron a las urnas», le cambiaría «apatía» por «inactividad crítica» o «inactividad reflexiva»; porque eso ha demostrado, infortunadamente, la juventud.
En efecto, compañero, la sintomatología de la grave enfermedad de abstención raya lo reflexivo y lo crítico. El gran problema es que es una enfermedad que no solo afecta al enfermo, ¡sino que nos afecta a todos! Un abrazo.
Para que nuestros país no siga siendo el mismo ,realmente necesitamos de ideas nuevas u los jóvenes son Portadores de muchas ,ánimo juntos lo podemos lograr ,muchachos como tú Jesús y cómo muchos son los que necesitamos en Colombia y en la acción
Así es, mami. Y eso se logra tomando los espacios de participación. Gracias por leerme. 🥰