En VIGÍA Cívica mantenemos la posición, que hemos sostenido desde hace casi una década, sobre la falta de fundamento a la pretensión de los gobiernos municipales de incluir un privado en el esquema de la prestación del servicio de alumbrado público de Pereira.
Frente a los dos alcaldes anteriores porque la única razón difundida era no endeudar al Municpio para modernizar y expandir el sistema y en el caso del alcalde actual, por ser una decisión que carece de soporte de cualquier índole.
Más allá de la alusión, en dos párrafos, que hace el Estudio Técnico de Referencia, encargado por el Municipio a la empresa GENSA, cuando describe ocho formas de prestación del servicio, no hay en el documento otra mención de la concesión y menos una recomendación para que se adopte en Pereira. Al contrario de lo que afirma el gobierno municipal cuando se refiere a ese documento como fundamento de su decisión de concesionar el alumbrado público.
Sin embargo, cuando ya está convocada la licitación pública para elegir un concesionario, consideramos nuestro deber hacer seguimiento a su desarrollo, aunque, reiterando nuestra advertencia sobre la imposibilidad de blindar, por ningún medio, el proceso, de proponentes indeseables.
En el análisis del proyecto de pliegos de la mencionada licitación encontramos que la experiencia que solicitan a los proponentes la deben haber adquirido en dos contratos, uno de concesión de alumbrado público, con una ejecución de, por lo menos, doce y medio años y otro en el que haya desarrollado actividades de administración, operación, mantenimiento, modernización y expansión de un sistema de alumbrado público, además de iluminación navideña.
La única diferencia en la ejecución de las dos modalidades es quién pide los préstamos para ejecutar los trabajos, por lo que sería más sano calificar la experiencia exclusivamente en actividades técnicas concretas y no en su financiación, que en cualquiera de los dos casos saldrá de los bancos.
La exigencia de haber sido concesionario es excluyente, pues deja por fuera de esta licitación a las mayores empresas que en Colombia tienen la experiencia en administración, operación, mantenimiento, modernización y expansión de los sistema de alumbrado público, que son Empresas Públicas de Medellín, EPM, que opera alumbrados públicos en Medellín, 20 municipios de Antioquia y 18 municipios de otros 6 departamentos y a ENEL, la empresa de CODENSA que cumple con las mismas actividades en Bogotá y algunos municipios de Cundinamarca, donde ha instalado 180.000 luminarias LED, tele gestionadas, como deberán ser las supuestas 35.000 que se deberán instalar en Pereira.
También excluye a la Empresa de Energía de Pereira, que, durante años, aunque de manera intermitente, ha cumplido con esas actividades en el Sistema de Alumbrado Público de Pereira, instalando parte de las 7.000 luminarias LED que ahora tiene la ciudad, cifra que, dicho sea de paso, debería ser descontada de las que están presupuestadas en la licitación. Ninguna de estas tres empresas ha sido concesionarias de un sistema de Alumbrado Público en Colombia, por lo que no podrían ser proponentes ahora.
Las que sí quedan con la puerta abierta serán la firmas que fueron concesionarias del alumbrado público en Villavicencio, Neiva, Cartagena y Barranquilla. Las cuatro con cuestionamientos, inconformidades y en algunos casos involucradas en demandas, en esos municipios.
Para probar la capacidad financiera del proponente, los prepliegos piden indicadores con corte a 31 de diciembre de 2023, los que, en nuestro concepto, carecen de validez para mostrar el panorama finaciero de quien los aporte, si tenemos en cuenta que los Activos Corrientes y los Pasivos Corrientes, se calculan con horizonte de un año, por lo que cualquier indicador generado despues de ese tiempo pierde vigencia para mostrar la imagen que la licitación necesita.
El referido estudio Técnico de Referencia de GENSA, contiene una “Metodología del Diseño de Iluminación del Municipio de Pereira” que incluye un paso a paso para elaborar el diseño de iluminación para la ciudad, de acuerdo con el Reglamento Técnico de Iluminación y Alumbrado Público, RETlLAP, 2024. Pero en los prepliegos de la licitación que analizamos, en el numeral 3.2.2.5., se deja el diseño como optativo, pues aparece: «Metodología: Debe detallar los pasos y procesos que se seguirán para llevar a cabo la modernización. Esto puede incluir: (negrilla nuestra) (…) -Diseño detallado del nuevo sistema de alumbrado (modernizado).»
No se entiende que una actividad que es la base para desarrollar el trabajo objeto de la concesión haya quedado discrecional.
El capital de trabajo que le exigen los prepliegos a los proponentes, la suma de $33.798.591.831, y la liquidez de la empresa, mayor o igual al 2,42, parecen suficientes para, por lo menos, hacer la primera parte de la modernización y la expansión, pero como nada garantiza que los dos indicadores se mantengan durante el lapso en el que deberá hacer la inversión, resulta aconsejable que el municipio busque otras formas de garantizar que el concesionario pueda disponer de los fondos necesarios para cumplir la primera etapa del contrato, como, por ejemplo, exigir cupos de crédito preaprobados por la totalidad del presupuesto calculado para la etapa de modernización que, de acuerdo con los prepliegos, debe ejecutarse en el primer año de la concesión.
Sobre este plazo debemos anotar que, de acuerdo con opiniones expertas que hemos recogido, es muy improbable que, con las tres cuadrillas que exigen los prepliegos, sea suficiente para realizar la modernización y la expansión de todo el sistema, ya que, como lo hemos dicho anteriormente, no se trata sólo de cambiar luminarias de gas por LED.
En nuestro concepto resulta, por lo menos, poco ortodoxo, que una empresa de servicios tenga inmovilizados más de $33.000 millones, que los prepliegos exigen como capital de trabajo.
Estas y otras obseravaciones las hemos compartido con el Comité Intergramial de Risaralda, con la Sociedad de Mejoras de Pereira- ProRisaralda y con un grupo de especialistas de la Universidad Tegnologica de Pereira, esperando poder incidir para que el Municipio corrija los errores anotados.
Muy ilustrativa su columna, Pereira es en comparación, un barrio de Bogotá, es una ciudad por lo menos 20 veces más grande, como para no tenerla en cuenta, igual puede decirse de Medellín. Son empresas con inmenso músculo financiero y con gran experiencia en el sector eléctrico. Tener la condición de que deben ser contratos de concesión es una BARRERA de entrada, y aún más si no está en la recomendaciones del estudio. Dejar a discreción como optativo los diseños, es en mi opinión un error. EPM y la Empresa de Energía de Bogotá han desarrollado proyectos en el sector energético mucho, pero mucho más complejos que actualizar y modernizar un alumbrado público. Son argumentos y barreras de entrada a competidores de grandes ligas.