¡Gracias!

Por Andrés García

_ ¿Será que si asiste gente al lanzamiento de mi libro “El Poder Infinito”? ¿Cuántos realmente de los convocados (as) estarán en disposición de ir, máxime un día sábado, luego de una ardua semana de trabajo? ¿Es el sábado una buena fecha? ¿Qué hace la gente para divertirse el fin de semana? ¿Es la lectura una diversión en los tiempos que corren? ¿Alguna vez lo fue? ¿Quiénes son las personas que participan en este tipo de encuentros, en un país que como Colombia registra tan bajos niveles de lecturabilidad per capita por año?

¿Les interesa a las personas leer? ¿Qué lugar ocupa un libro en la vida del ser humano pensante contemporáneo? ¿Somos seres pensantes? ¿Qué significa ser contemporáneo? ¿En qué invierte la gente su quincena? ¿Cuántos compran un  libro? ¿Qué tipos de libros prefieren? ¿Reemplazó por completo la tecnología, el E Book, al libro físico que conocíamos? ¿A qué huele un E Book? ¿Huele aún la gente los libros? (En el colegio yo lo hacía). ¿Son las librerías, bibliotecas y afines especies de cavernas prehistóricas destinadas a desaparecer o ser, simplemente, escenarios visitados –  eventualmente – por seres extraños, díscolos, “raros”, estrafalarios, friquis (Del inglés Freaky), extravagantes, obsesivos y cada vez más escasos?

Créanme que todas estas y muchas más preguntas me surgieron al momento de alumbrar mi obra, trayéndola a un mundo frívolo, ligero, veleidoso, fútil, vano, inconstante, inconsecuente y cada vez más obsesionado con la evasión superflua, con la frivolidad, lo somero, lo intrascendental. ¿Cómo competir con el licor, la rumba, la droga y el desconecte social a cualquier costo con tal de evadir la realidad, con tal de evadir la propia existencia, eso que algunos consideran su “verdad”?

¡No podía estar más equivocado! Por fortuna sí hay personas y muchas a las que la invitación al lanzamiento de una obra literaria los motiva y, sin importar día ni hora, cuál quijotes de las letras avanzan en su caballería por la llanura de la indiferencia hasta acceder a su Dulcinea del Toboso (Las letras), quien – como en la obra de Cervantes – alimenta su imaginación. Una persona que lee es alguien que es muchos al tiempo. Quien lee es el héroe y el villano, la doncella y la prostituta, la víctima y el victimario, la ofensa y el ofendido, el santo y el pecador, la vida y la muerte, el amor y el miedo, la tranquilidad y la obsesión, la seguridad y la duda. Es todos a la vez y ninguno al mismo tiempo. Para “volar” no hace falta drogarse. Basta con leer. Quien lee entiende tantos universos posibles (Vidas) como personas que existen. Una persona que coge un libro es alguien que le aporta a la paz de este país y del mundo porque jamás encontrará en la violencia el camino para solucionar sus diferencias o conflictos.

¡Gracias, gracias, gracias! Gracias a las más de 200 personas que este sábado llenaron con su presencia el auditorio principal de la Biblioteca Pública de Pereira Ramón Correa Mejía, en el Centro Cultural Lucy Tejada, donde fue lanzado mi libro El Poder Infinito, Acuerdo Mente y Espíritu. Gracias a quienes llegaron y, aunque el auditorio estaba lleno, se quedaron hasta el final, así estuviesen de pie. Gracias también a los que no fueron. Quienes lo hicieron ocuparon sus puestos. En nombre propio y de tantas personas que en la región y en Colombia encontramos en las letras una manera muy especial de conectarnos, de pensar y repensar nuestros tiempos, nuestro rol, nuestros pensamientos, nuestras historias, de corazón ¡GRACIAS! www.infinitepowertraining.com