“EL desafío es que Petro no se quede”.
María Fernanda Cabal.
Lo anunciado por la senadora Cabal hace un año en Medellín: “No hay que dejar que Petro se quede 4 años”, hubiera pasado sin trascendencia, como una frase más, de las que acostumbra a decir la senadora Cabal, en contra del gobierno del presidente Petro, si esta no la replicaran como un estribillo los principales actores de la extrema derecha. Es decir, fue el banderazo para que este tipo de personajes, entendieran que sin importar lo que suceda en el país (así sea su destrucción) lo que de verdad importa es sacar a Petro como sea (a cualquier costo), para que no pueda terminar su período. De eso se trata, y a eso le apuesta la oposición.
Si entendemos que los golpes de Estado ya no los dan las fuerzas militares, que, por fortuna del país, del gobierno y de la democracia, son disciplinadas y leales defensoras del Estado de Derecho; la extrema derecha, le apuesta a sacar a Petro del Palacio de Nariño, por la vía de la argumentación jurídica y parlamentaria amañada: La primera en el CNE, y la segunda en la comisión de acusaciones de la cámara de representantes.
Por fortuna para el país y para el gobierno, la democracia es mucho más resistente que estos intentos fallidos de la extrema derecha, de querer sacar al presidente Petro del Palacio de Nariño, sin que haya cumplido su mandato de 4 años por voluntad del pueblo colombiano.
Recordemos que este conato de golpe, para Petro no es ninguna novedad: siendo alcalde electo de Bogotá, el procurador Ordoñez, quiso sacarlo del cargo a sombrerazos, pero no lo logró. Esta vez tampoco van a lograr un grupo de dirigentes de escritorio, prescindir del Presidente de la República, porque del lado del presidente esta el pueblo colombiano que lo eligió, y las fuerzas militares que están monolíticamente defendiendo la constitución política y la democracia.
Por el bien del país y por la defensa del Estado de Derecho es hora de que la oposición entienda que el presidente Petro fue elegido por 4 años. Su mandato termina en el 2026. Si sus intenciones son las de ganar las próximas elecciones es hora de que sus candidatos empiecen a cambiar el discurso, presentando propuestas que conduzcan a mejorar la economía y la calidad de vida de los colombianos más vulnerables, dejando de lado esas posiciones guerreristas de alimentar la polaridad y querer siempre zanjar las diferencias con la eliminación del contrario.
Colombia debe seguir siendo un país incluyente y tolerante en las diferencias, combatiendo, eso sí, la desigualdad social. No es apostándole a tumbar al presidente. La apuesta debe ser para que al país le vaya bien, corrigiendo lo que sea necesario, en el marco de confrontación civilizada y democrática, manteniendo el camino sin retorno por la paz. Ese es el reto para la oposición: Hacer la campaña dentro de la legalidad, y en un ambiente alejado de los anhelados golpes de Estado. Como decía el presidente López: “El palo no está para cucharas”.
JAIRO ARANGO GAVIRIA
Septiembre 2024


