ESCAMPAVIA.
La fundación Carter, la ONU, la OEA, la Unión Europea y todos los países democráticos de nuestra América no reconocen el triunfo que reclama Maduro, (para ilustrar lo dicho escuchen al embajador de Uruguay en la OEA), de ellos se apartan los países que son víctimas de los gobiernos dictatoriales como: Cuba la de los Castro, Nicaragua el de Ortega y Bolivia la de Evo y de los que no se han podido enterar del fraude, como nuestra vicepresidente, quien, para apoyar al tirano, declara no saber que pasó en los comicios en Venezuela.
Las elecciones son el único medio lícito para acceder al poder, la actuación del CNE, la autoridad electoral venezolana, no presentó una sola evidencia del triunfo de Maduro y por el contrario realizó una burda falsificación de resultados, un atraco a la democracia y lo peor el dictador está violando todos los derechos humanos, secuestrando y encarcelando a quienes reclaman justicia, sacando a la calle a los motociclistas paramilitares asesinos y a la tropa para que dispare contra los indefensos ciudadanos.
La propuesta de los tres mosqueteros de Maduro, quienes toman distancia de los presidentes democráticos de izquierda, Arévalo de Guatemala y Boris de Chile, quienes no reconocen a Maduro, ante la imposibilidad de dar como cierto lo que reclama el tramposo, ahora le proponen que repita las elecciones, alternativa de la que ya se bajó el mexicano, y que ni Maduro ni Corina aceptan, el primero porque sabe qué dirá el pueblo si se hacen unos comicios sin trampas y la segunda porque la oposición ya ganó ampliamente, a pesar de las cortapisas y amenazas y porque si te roban una vez no es tu culpa pero si lo hacen de nuevo, los mismos con las mismas, si es estupidez de tu parte.
La propuesta de Lula y Petro deja interrogantes ¿ se harían por parte de la misma autoridad electoral que ya demostró que es corrupta, y se dejará votar a los millones de emigrantes, y si con sus propuestas muestran que continúan sin condenar al genocida?; ahora, con el portazo que les han tirado en las narices ¿qué van a decir ante la violencia desatada por el genocida, que podrán argumentar a favor de un gobierno que se apoya en los fusiles como lo hacen los Talibanes, que amordaza a la oposición y que tortura, desaparece y asesina, que pasa por encima de la ley electoral que ordena entregar los resultados y las actas sin demoras?.
Nos aterra cuando miramos lo que ocurre en el vecindario, ya que no olvidamos que si allá le birlaron el triunfo al pueblo, aquí también lo hicieron, lo de allá con una grosera tergiversación de los resultados, validados por “las botas sobre los jazmines”; allá les faltó la marrulla y el manejo artero con el que también aquí lograron pasar por encima de la voluntad expresada por los colombianos, maniobra con la que el presidente Santos convirtió una derrota electoral en un sainete que bautizaron con un rimbombante nombre de Fast Track, figura que no existía en las normas vigentes en Colombia y que se utilizó para eliminar los debates con los que la Constitución y las leyes garantizan la trasparencia y la oportunidad de debatir las propuestas, antes de que se conviertan en norma y más cuando lo que se trata es de modificar la Constitución Política, que es la ley de leyes, esta maroma la manejó el entonces ministro Cristo, quien regresa a la palestra, llamado por el Presidente Petro, para repetir la dosis.
La violencia, los asesinatos, los suicidios y la desaparición de evidencias, son otros temas en los que encontramos similitudes y analizaremos en otra oportunidad.



De lo único que estoy convencido es que usted ni lo es no lo ha sido. Un liberal nunca será un bodeguero del gobierno
Liberal gavirista y liberal uribista como usted, pocos lo han sido.
Usted, en otros tiempos, se llamó a sí mismo liberal.
¿Sabe qué significa ser liberal en política?