Por: Danilo Salazar
El título de este ensayo es en realidad un rodeo, para no abusar del que me parece más gráfico, más apropiado y que me gustaba más para describir la época de la humanidad en que creo que empezamos a vivir, otro título ya usado por una reconocida escritora panameña quien escribió «El retorno de los bárbaros».
Empezamos la era del Covid- 19 con una palabra puesta de moda «PANDEMIA» una palabra conocida que ha hecho parte de más de un documental de los innumerables que hacen parte de la literatura apocalíptica y sus implicaciones, difundidos y presentados en más de una ocasión, que nos ponen a temblar pensando cómo será el fin del mundo, si existe, o como será nuestro fin personal, si éste no existe.
Para ponernos en contexto debemos recordar el último de estos episodios, el del célebre calendario Maya, que supondría la desaparición de la especie humana, escenario avizorado con la extinción de los dinosaurios u otras extinciones masivas de especies animales de los cuáles solo quedan recuerdos o fósiles, porque aunque conocíamos la palabra y creíamos saber sus implicaciones, solo con la aparición del coronavirus empezamos a dimensionar lo que es una pandemia y sus consecuencias, como diría mi mamá, empezamos a mirar por un portillo qué es lo que puede pasar.
Independientemente de si el virus es un complot de los chinos para acabar con sus pensionados, un complot chino y ruso para acabar con la preeminencia norteamericana en el mundo, una jugada económica de los chinos para ser la nueva potencia mundial, un experimento social que los dueños del poder y del dinero están realizando para ambientar o ensayar cómo diezmarían a la humanidad para reducirla de tamaño o un evento natural sin manipulación humana, o todas las anteriores juntas, sentimos en carne propia las consecuencias de este juego de poderes de las potencias, que nos vuelven a dejar en claro que no somos ni aliados ni amigos del yanqui, vergonzosamente solo sus lacayos y los consumidores de sus productos, lo que es consecuencia las actuaciones de algunos de nuestros ilustres gobernantes. Apertura económica y retiro de Colombia del Pacto Internacional del Café, Tratado de Libre Comercio en el que la posición firme y erguida de nuestro gobernante fue retratada con la siguiente frase «El T.L.C. con U.S.A. se firma si o si», dejando en claro que no había ninguna negociación bilateral sino una imposición imperial del norte a uno de sus satélites.
Pero esa no ha sido la única ocasión en que otros deciden nuestro futuro sin tomarnos en cuenta; al inicio de nuestra vida republicana se nos asignó la misión de ser proveedores de materias primas, agrícolas y minerales para Europa y los gringos, nunca nuestros héroes republicanos pensaron en la posibilidad de producir industria y hoy estamos aquí, ya no vendemos sino materias primas y minerales. No tenemos un fuerte sector agrícola, aunque tenemos millares de hectáreas y clima que nos permite producir todo el año todo tipo de agricultura, no solo 6 meses como los países con estaciones, no tenemos agricultura porque a algunos de nuestros grandes empresarios les genera más utilidad importar maíz, trigo, cebada etc. que comprársela a nuestros campesinos, mostrando que no tienen ninguna «visión de país», ningún «compromiso social¨, solo el apetito comercial y el afán de ganancia sin importar que nuestra seguridad alimentaria quede en manos de potencias extranjeras que nos ven como lo que somos, solo uno de los tantos compradores de sus mercancías, sin ninguna estima o privilegio especial.
En las épocas antiguas, el asalto por sorpresa y la invasión fueron los medios para adquirir productos que no se tenían o para apropiarse de nuevos territorios, armas más poderosas o mejor capacidad tecnológica posibilitaban mayor capacidad de invasión y dominio de nuevos territorios.
La aparición del comercio representa un avance de civilidad entre seres humanos, que permite conseguir productos que no se tienen o se desean, sin recurrir a la violencia, que se pueden intercambiar por otros en la etapa inicial o conseguir a cambio de dinero en épocas posteriores.
La época imperial o colonial, caracterizada por ser de ser una etapa de dominio impuesto por un país más fuerte sobre otro por lo general más débil militarmente, a las malas, tenía un lado «POSITIVO»: los imperios ejercían su poder por medio de las armas, lo que posibilitaba que los sometidos también pudieran armarse para oponerse a su opresor y hasta derrotarlo militarmente. En la época actual, los tratados de libre comercio al ser aprobados y quedar jurídicamente por encima de la Constitución de cada estado y las instituciones desarrolladas luego de siglos de convivencia social no siempre de manera armónica, rompen la posibilidad de desatarse de ellos y estos tratados, al ser firmados por nuestros gobernantes actuando como cómplices de las grandes potencias y multinacionales, nos dejan en estado de indefensión total frente a los abusos y pretensiones de aquellos con quienes los suscribimos; en ese contexto ya no hay ni estabilidad ni seguridad para el aparato productivo del país débil frente al más fuerte.
El panorama actual del comercio mundial podría parangonarse con la época de las invasiones bárbaras; en aquella era dominio arrasador del más fuerte o más armado, hoy por hoy el dominio de la economía más fuerte frente al país más subdesarrollado, del tercer mundo o como quiera llamársele.
Pero a éste de por si grotesco panorama del comercio mundial, se le añadió el ingrediente fatal de la actual pandemia que ha causado una total informalidad en la sociedad, las reglas cedieron paso al caos. He leído varios escritos de estos días tratando de mostrar las cosas buenas de ésta crisis y que uno podría aceptar como un paliativo para intentar mirarla como una oportunidad de cambio y así soportarla con menos reticencia, pero a mí en lo personal me preocupa el total caos económico mundial, que de nuevo juega en nuestra contra, nuestro pequeño aparato productivo que prácticamente quiebra, nuestra economía sin que tengamos claridad de a quién servimos de peones en éste juego de ajedrez por el poder mundial.
En este momento y gracias al virus, las potencias económicas, incluidas las poderosas multinacionales, han logrado echar por tierra los logros conseguidos por sindicatos y organizaciones sociales que mejoraron las condiciones del trabajo a lo largo de muchos años de movilización y lucha de los trabajadores.
El corona- virus logró lo que ninguna de las flexibilizaciones laborales había logrado: echar abajo todas las regulaciones económicas, volviendo a quedar muchos de los trabajadores en la misma situación de orfandad que se vivió a comienzos de la revolución industrial, acabando con todas las conquistas laborales logradas con sangre de mártires.
Al dejar a todo mundo en condiciones de incertidumbre, los gobiernos actuales lograron el sueño de todos los sátrapas y tiranos que en el mundo han sido, dominar y controlar a sus ciudadanos, obligarlos a cumplir las normas por arbitrarias que parezcan, invocando como mecanismo de presión la disculpa del bien general.
No sé si habrá sonado una de las trompetas del fin de los tiempos o si ya salió a cabalgar uno de los caballos del apocalipsis, pero sé que estamos al inicio de una nueva era, inédita en la historia de la humanidad, en la que una enfermedad sirve para dejarnos al aire, sin ninguna seguridad social, económica o política; estamos de nuevo inermes y desamparados los ciudadanos del mundo, como en la época de las invasiones bárbaras, ya que éstas epidemias usadas como arma política y económica, aunado al control de cualquier tipo de gobierno sobre sus ciudadanos, no permiten avizorar tiempos mejores. Ciertamente de nuevo » Llegaron los bárbaros».
👏👏👏
👏👏👏
Esta muy interesante el artículo
Felicitaciones
Cuando un pueblo es ignorante existen sesgos que le impiden ver más allá de sus narices, gracias por ilustrar de una forma tan sencilla, histórica y actual lo que acontece en el mundo.
Que buen ensayo, los ensayos nos sirven precisamente para avizorar todos los puntos de vista sobre un tema en particular.
Muy bueno y real 👏👏👏
Felicitaciones Danilo.
Excelente discernimiento politicofilosofico .
Estamos de acuerdo , el covid19,es sin duda alguna
una estrategia utilizada por los Que pretenden repartirse el mundo y crear un ser humano sumiso a las
Decis decisiones de quienes ostentan el poder político y económico del globo terráqueo.
Impresionante contexto, que reflexiones tan profundas
Genial!!
Felicitaciones Danilo.
Excelente discernimiento politicofilosofico en contexto.
Estamos de acuerdo , el covid19,es sin duda alguna,
una estrategia utilizada por los Que pretenden repartirse el mundo y crear un ser humano sumiso a las
decisiones de quienes ostentan el poder político y económico del globo terráqueo.
Don Danilo admiro su forma tan precisa de describir el proceso que ha tenido la historia del hombre en cada etapa hasta llegar a la cruda realidad de hoy por hoy. Gracias por sus aportes.
Que buen artículo