El relato de los magos que llegan a adorar al niño, es desconcertante, porque a quienes se le revela este Dios en la fragilidad humana, no es a los que se encuentran instalados en el poder o encerrados en la seguridad religiosa, sino a quienes se dejan guiar por pequeñas luces, quienes buscan incansablemente una esperanza para el ser humano en la ternura y la pobreza de la vida.
El ser humano ya no tiene tiempo para detenerse a contemplar despacio a las estrellas, es una época donde es más fácil ver la oscuridad de la noche que los puntos luminosos que brillan en medio de cualquier tiniebla.El viejo escritor cristiano que elabora el relato midráshico de los magos, los imaginó en medio de la noche, siguiendo la pequeña luz de la estrella; toda una inspiración y convicción de los primeros creyentes en la resurrección, donde el pueblo camina en tinieblas, viendo una luz grande, que habita en una tierra de sombras.
Si abrimos la página de la historia descubrimos, que vivimos, en medio de sombras e incertidumbres; se habla del éxito y vivimos en medio de revoluciones que crean nuevas esclavitudes, logros que provocan nuevos problemas, ideales que terminan en soluciones a medias, luchas que acaban en pactos mediocres; una pandemia, con un virus muta apareciendo innumerables cepas; con pronósticos poco alentadores que nos hablan de una posible “normalidad” en siete años.
Cuando estalló esta situación que sumió al mundo en la tiniebla las mega-crisis financieras no estaban tan a la vista, de modo que se podía pensar que la economía crecería, que el progreso continuaría y hasta la misma inequidad podría irse reduciendo; pero, este sismo económico, político, cultural y social, se intensificó en los últimos tres años, con fuertes replicas en el nivel comportamental del ser humano, llevándolo a traumas emocionales sin precedentes en la historia humana.
Será posible volver a ver la estrella, cuando se nos presenta un presente incierto y contingente; cunado los científicos nos previenen por la aparición de nuevos virus mas letales, y el mismo cambio climático, que nos llevará a una crisis mucho mayor, frente a un progreso que ya no es lineal.
Nos hace falta más humildad para vivir en medio de la incertidumbre y dejar a un lado nuestra soberbia, pensando que no necesitamos de una luz de lo alto, que habite en esta tierra de sombras.
Padre Pacho