Que la comida sea tu alimento, y el alimento, tu medicina. Este aforismo atribuido al padre de la medicina occidental, Hipócrates de Cos (460 – 370 a.C.), apunta a reconocer un principio esencial para tener una vida satisfactoria y longeva: alimentarse adecuadamente para conservar la salud y prevenir muchas de las enfermedades que aquejan al ser humano. En este momento, el sobrepeso y la obesidad son uno de los más grandes retos que tienen que enfrentar las autoridades sanitarias a nivel global, sobre todo, porque traen consigo los mayores factores de riesgo de enfermedad y muerte: hipertensión arterial, aumento del colesterol, diabetes tipo 2, enfermedad coronaria, ataque o derrame cerebral, problemas respiratorios y problemas asociados al sueño. Según un estudio realizado en 2022 por la Federación Mundial de Obesidad, WOF, más de la mitad de la población en el mundo se verá afectada por sobrepeso y obesidad en el 2035, ¡y esta tendencia se incrementará en casi un 94 % al cabo de 15 años!
Respecto a este tema, la Organización Mundial de la Salud, OMS, en su último informe dice que desde 1975 la obesidad se ha triplicado y que en 2016 más de 1900 millones de adultos mayores de 18 años tenían sobrepeso, de los cuales 650 millones eran obesos. En América, los países más afectados, en su orden, han sido EE. UU. (36.2 % de toda su población), México, Argentina y Perú. Hoy por hoy las dietas para bajar de peso son incontables; cada una de ellas propone alimentos que deben ser consumidos o no en determinadas proporciones y horas del día. Pero el problema sigue. ¿Qué hacer, entonces, ante este panorama tan desalentador? El astrofísico y demógrafo belga Michel Poulain (1947 – ) con un grupo de profesionales comenzó a investigar regiones en el mundo donde las personas no solo tenían una mejor salud, sino mayor longevidad; a estas áreas las llamó zonas azules. Posteriormente, el periodista estadounidense Dan Buettner (1960 – ) complementó dichos hallazgos y describió los cinco lugares en el mundo donde las personas tienen mejor calidad de vida y son más longevas: Cerdeña (Italia), Okinawa (Japón), Nicoya (Costa Rica), Isla Icaria (Grecia) y comunidad adventista de Loma Linda (USA). Son zonas azules.
¿La alimentación fue el primer factor que se consideró para evaluar la calidad de vida y su longevidad? ¡No! Estos lugares compartían los siguientes: tener un propósito de vida, cultivar vínculos familiares, reducir el estrés y comer balanceado sin llegar a la saciedad. Estos resultados, que por supuesto pueden ser controversiales, demuestran un precepto que se ha esbozado desde la antigüedad: la mejor dieta para no tener sobrepeso y obesidad es conservar una actitud ante la vida en la cual se privilegie la serenidad interior, la autoestima, un propósito vital, el contacto interhumano, el servicio a los demás y sólidos principios éticos y morales para la convivencia en comunidad. www.urielescobar.com.co