La solución es un paro nacional.

VICENTE ZULUAGA OSORIO

Si los  líderes de la oposición  no se ponen de acuerdo en la escogencia del candidato presidencial para apoyarlo sin egoísmos no nos queda otra salida que un gran paro nacional, con participación efectiva de todas las fuerzas vivas del país pero sobre todo  de los camioneros, porque si ninguno se presta a traer alimentos a las capitales se mueren del susto el títere y el titiritero y todos los seguidores del expresidente más criminal del país, esto es: los sordos, ciegos, mudos, boquinches, zurdos, garetas, del Centro Democrático y de los partidos conservador, liberal,  Cambio Radical, arrodillados al  presidente  eterno.

Nos toca esperar con qué mermelada le saldrá el inepto subpresidente a nuestros compatriotas conductores para tratar de hacerlos desistir de esta invaluable herramienta, más poderosa que un francotirador.

Por ahora basta con no creer en las estupideces que se inventan todos los días para hacer creer a los despistados que no hay más remedio. Entre esas barbaridades se cuentan derogar el Acuerdo de La Habana, eliminar la Jurisdicción Especial para la Paz y las Altas Cortes y para acabar de demostrar su ignorancia y su  ineptitud les dio por proponer alargar el período del títere y de sus seguidores en el Congreso, como quien dice “tenga pa´que lleve”, como si no fuera sino soltar esa perla para que todos nosotros nos derritamos  de la risa. Menos mal que ninguna  de las reformas de  la  Constitución Nacional se presta para ese despropósito. Ni el referendo, ni el plebiscito, ni la Asamblea  Nacional Constituyente y muchísimo menos el acto legislativo que sólo procede para una reforma adjetiva no sustancial de la ley de leyes. Lo curioso es que el uribismo y sus secuaces no han querido entender que nosotros ya no tragamos entero y que estamos hastiados de semejantes barbaridades. Los colombianos podemos estar tranquilos, que esa estupidez de la prolongación del período del gobierno más bruto y nefasto de la historia y de los congresistas no pasará. Sería como premiar al más ignorante e inepto de la historia de Colombia.

2. El bombardeo en El Guaviare en donde los menores muertos eran convertidos en “máquinas de guerra” como los describió el Ministro de Defensa, Diego Molano y la reciente masacre de Soacha que dejó 5 muertos, que estarían buscando trabajo en el lenguaje de Álvaro Uribe, y   los ataques a los defensores de los Derechos Humanos, obligaron a la Organización de Naciones Unidas a manifestar su protesta, como un llamado de atención a los demás países del mundo y de paso a exhortar al sub presidente Duque a considerar el peligro  en la utilización del glifosato.

3. Como si todo lo anterior no fuera suficiente motivo de angustia y de vergüenza ahora sale Marìa Fernanda Cabal con la propuesta de derogar por firmas el Premio Nobel de Paz que en franca lid se ganó el ex presidente Juan Manuel Santos.

4. Alguien podría explicar  por qué sigue libre el embajador Sanclemente y el porqué del montaje con participación del Ñoño Elías para hacer creer a la opinión pública que Odebrech inyectó dineros a la campaña presidencial  de  Juan Manuel Santos? Menos mal que el ex Fiscal Néstor Humberto Martínez Neira entregó una grabación en la que asegura que el propio Martorelli afirmó que no se reunió con el ex mandatario.

5. A manera de contraste la Rama Judicial da un paso en firme al condenar a Francisco Ricaurte, cerebro con Leonidas Bustos y Gustavo Malo del Cartel de La Toga, por los delitos de Concierto para Delinquir, Tráfico de Influencias, Cohecho y otros cometidos durante el ejercicio del cargo de Magistrado de la Corte Suprema de Justicia. Mientras  tanto el embajador Sanclemente sigue en libertad y el fiscal de bolsillo Gabriel Jaimes continúa prevaricando.