Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadLas otras realidades de Villa Santana

Las otras realidades de Villa Santana

Conocerla para vivirla

Como muchos otros pereiranos, apenas en el ocaso de mi vida vine a conocer la comuna Villa Santana de Pereira.

Una zona de la que muchos hablan, pero pocos se atreven a visitar porque pesa sobre ella el estigma de la miseria y la inseguridad.

Villa Santana, con cerca de 50.000 pobladores, está ubicada entre el cerro Canceles y el alto del Chocho y su nombre se deriva de uno de los primeros asentamientos, promovido por el congresista Jaime Salazar Robledo y su tío Luis Eduardo, para dotar de techo a familias desposeídas.

Lo habitan en su gran mayoría desplazados de la violencia que construyeron sus humildes viviendas en zona de riesgo, empujados por la miseia y observando las mínimas condiciones de seguridad, sin la menor planeación u ordenamiento del territorio.

Mi primer contacto

Fue en 2017 cuando, por invitación del entonces gerente del cable aéreo Juan Guillermo Ángel Mejía, la administración municipal que presidia Juan Pablo Gallo contrató mis servicios como Comunicador Social para divulgar ese ambicioso proyecto de ciudad. 

El principal objetivo del cable aéreo fue el de propender por la inclusión social de esas personas marginadas del progreso, alejadas una hora y más de la zona céntrica de la ciudad, donde la mayoría laboran en trabajos domésticos o de obreros de la construcción o las manufacturas.

El Megacable se planteaba como un factor para resignificar la vida de un conglomerado tradiconalmente abandonado de la mano del estado.

26 años atrás

Debo confesar que antes de convertir la visita a la comuna en mi rutina diaria, me asaltaban los mismos temores que 26 años atrás, cuando Fabián Arboleda, gerente de Telecafé, me llamó a desempeñar similar función en el naciente canal regional de Televisión en Manizales, cuando acepté el encargo receloso, ya que todavía estaban abiertas las heridas dejadas por la escisión del antiguo Caldas, que dio lugar a la creación del departamento de Risaralda.  Era tal mi desconfianza que prefería viajar diariamente entre ambas ciudades, antes que integrarme con la sociedad manizalita.

Pero la vida no siempre nos pone donde queremos, a veces nos lleva a donde corresponde y tal vez, pienso yo, como castigo a mi actitud prejuiciosa terminé en la soledad de un cuarto de hotel, rumiando mi tristeza y añorando a los míos. 

No me gustaba Manizales.  El frío de las noches me calaba los huesos y para rematar mi molestia los enojosos comentarios de algunos lugareños en contra de la mujer pereirana me crispaban y hacían ingrata mi estadía. 

Pero una noche descubrí que la felicidad está dentro de uno mismo.  Mi hermano Néstor durante una visita a la capital caldense me hizo cambiar mi sesgada percepción.  “Antes de amar u odiar se debe conocer”, me dijo y durante toda la noche recorrimos las empinadas calles de Manizales, observando sus edificaciones patrimoniales, disfrutando sus parques, detallando las vallas publicitarias, disfrutando su vida nocturna y finalmente saboreando los productos de la gastronomía callejera y la bebida espirituosa que contribuyó al sostenimiento del erario público gracias a la Industria Licorera de Caldas 

Llevaba yo meses viviendo allí y sinceramente no conocía Manizales; luego de recorrerla descubrí una ciudad amable, culta y hospitalaria, con una incalculable riqueza cultural, cuna de intelectuales y líderes sociales y políticos.  Terminé fascinado con sus gentes, y me convertí en una especie de embajador de mi ciudad de origen y en promotor de aquella donde me ganaba el sustento. Viví ocho largos y productivos años en Manizales, disfrutando en enero de su tradicional Feria Taurina y promoviendo allá las fiestas de la Cosecha de Pereira.

Retomando el hilo

Algo similar experimenté en 2017 en Villa Santana, cuando, acompañado del equipo social del Cable Aéreo, llegué con la misión de destacar las bondades de este ambicioso proyecto de movilidad urbana y terminé convertido en un frenético admirador de las múltiples manifestaciones culturales que allí parecían ocultas para los extraños que por primera vez la visitábamos.

Hoy, cinco años después, y cuando el Megacable es una realidad, un columnista de esta casa periodística y destacado comunicador social, Juan Antonio Ruiz, se lanza al rescate de esos valores para poner el foco sobre ellos, enseñándonos que solo se puede querer a quien se conoce.

El proyecto “Villa Santana, procesos en cámara”, parte de una dolorosa realidad, y es que cuando la comuna Villa Santa de Pereira sale en las noticias, es por titulares sobre derrumbes de barrios de invasión, noticias relacionadas con el microtráfico y el desplazamiento.

Juan Antonio Ruiz, periodista bogotano radicado en Pereira, se propone y logra contar otras historias, las de cinco iniciativas artísticas y pedagógicas que celebran la vida a punta de autogestión comunitaria y a través del teatro, la percusión, la danza y el ajedrez. 

Estas son: 

EL RETUMBAR DE LOS TAMBORES

La Batucada Social Indígena Piquiñas del Chango les ofrece a los jóvenes del barrio la comunión de la música, el ritmo de los tambores que se unen en una gran fiesta. El grupo, liderado por un joven del pueblo embera, es un proyecto educativo autosugestionado que celebra la diversidad de Villa Santana y llena sus calles de percusión.  

ENTRE DAMAS, REYES Y PEONES

Esta es la historia de Angella Cristina Ocampo, quien descubrió su pasión por el ajedrez en el Colegio Jorge Salazar Robledo de Villa Santana. Con el apoyo de sus profesores, se convirtió en maestra de la Federación Internacional de Ajedrez. Su ejemplo inspiró a varios niños que hoy se perfilan como grandes ajedrecistas. 

EXPRESIÓN, DANZAS Y ENSEÑANZAS

La Fundación Formate funciona en una casa del barrio Las Brisas, comuna Villa Santan. En ese pequeño espacio, gestionado por los padres de familia y los fundadores de la fundación, niños y jóvenes han encontrado un lugar para explorar la danza. El sueño de todos es un colegio artístico grande y equipado para toda la comuna. 

SOMBRAS, LUCES E HISTORIAS

Hace 26 años, Alonso Marulanda, veterano dramaturgo, decidió fundar el Grupo de Teatro Blanco & Negro en Villa Santana. Desde entonces, ha sido para los estudiantes un espacio de conexión, exploración y expresión artística.

ALABAOS Y CANTORAS

La Corporación Impacto Juvenil nació como un homenaje a Jhony Campaña, un gestor cultural de la comunidad afro de Villa Santana que fue asesinado. Sus amigos se unieron para celebrar la cultura del pacífico colombiano a través de la música, la danza, la gastronomía y el teatro. 

Corolario

Este descubrimiento no pretende soslayar una dura realidad social, pero sí dejar en evidencia que en Villa Santana sí hay futuro.  Lo construyen los colectivos culturales que forman a las nuevas generaciones de indígenas, afros y mestizos en el amor por las bellas artes y que transforman el imaginario para comunicarnos otras realidades y que construye nuevos tejidos sociales, donde lo único que reclaman es visibilidad para que su lucha no se quede sepultada por cien años de olvido.

Para finalizar, les comparto este video que resume este bello proyecto ciudadano:

Una muestra del trabajo realizado en Villa Santana por nuestro colega y columnista de El Opinadero Juan Antonio Ruiz.

6 COMENTARIOS

  1. Respetado Director:
    Una crónica especial, humana que visibiliza las acciones que ejecuta la sociedad civil, política, cultural, que nos evidencia procesos de creación y desarrollo .
    Una crónica que nos pone en sensibilidad hacia el conocimiento del otro, de los otros
    Gracias.

  2. Alonso merece sin dudas más oportunidades como está. Es un trabajador por el teatro y el surgimiento de una nueva conciencia colectiva, trabajando con las uñas así como el corazón. Merece respeto pero sobre todo, apoyo. Ojalá podamos hacer algo entre todos.

  3. Muy oportuno descubrimiento de un sector del municipio además de estigmatizado desconocido,maravilloso que la misma comunidad salga de su cotidianidad de sector con problemáticas sociales a semillero de nuevos horizontes y futuros, esto reafirma nuestra fé en que la salvación está en nosotros y no en mesías imaginados.

    • Gracias, don Danilo. La mejor manera de amar es a través del conocimiento. Los prejuicios sobre esa comunidad provienen de aquellos que jamás la han visitado y solo conocen de oídas, no de quienes hemos apreciado sus expresiones más sensibles.

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