Escampavia.
Los dictadores, gobernantes de los llamados Estados de Bienestar, permanecen en el poder de manera vitalicia, muchos de ellos hasta por treinta años, límite que se ha registrado en los países europeos, es así como el muro de Berlín, construido a lo largo de 46 kilómetros de la infamia, para impedir que los alemanes sometidos se escaparan a la envidiable Alemania Occidental, se cayera 30 años después de construido y muchas muertes de quienes intentaron cruzarlo.
El derrumbe pacífico se inicia con Podemos de Walesa y el amparo del papa Wojtyla, desató una revolución en toda la Europa de Este, la comparación del nivel de vida de los Alemanes de uno y otro lado de la frontera, de los flamantes Mercedes Benz, BMW o Audi, con las cajas grises de los carros comunistas, la escasez de todo y especialmente de la libertad de escoger, un qué hacer, un qué comer, un dónde ir, un dónde vivir, tumba el muro y el gobierno de Kenz, avalancha que derrota y fusila en 1.989 a Nicolae Ceausescu y su esposa Elena, quienes gobernaron por 30 años a Rumania, derrumba en 1.991 a la Yugoslavia de Tito y aparecen cinco nuevas repúblicas, Bulgaria, en noviembre 1,989, termina con 30 años de dictadura de Zhivkov, la Revolución de Terciopelo termina con la Checoeslovaquia invadida en 1.968 con 500.000 hombres del Pacto de Varsovia, y sigue Hungría, también invadida abusivamente en 1.956 con 1.500 tanques de guerra. También cae fusilado Mussolini en 1.945 dos días antes del suicidio de Hitler, mientras que, por contraste, en nuestra América, los gobiernos dictatoriales permanecen de manera vitalicia, así los Castro gobiernan a Cuba desde 1.956, Ortega a Nicaragua desde el 2.007, Evo quien es derrotado en las urnas en 2.016 gobierna desde el 2.006 hasta el 2.019 y desde entonces en cuerpo ajeno, en Argentina los Kirckner gobernaron desde el 2.003 hasta este año y finalmente Venezuela, en poder del Chavismo desde 1.999, a pesar de su demostrada corrupción que transforma a su hija en una de las personas más ricas del mundo y de ungir como su sucesor a Maduro , quien una vez más le hará gambetas a la democracia para perpetuarse en el poder.
Maduro se robará el simulacro de democracia, vestido de legalidad, en un proceso electoral plagado de abusos, derroche de dinero del estado, amparado por autoridades venales y parcializadas y con estrategias como el manejo del hambre y la violencia en contra de la oposición que valerosamente ha luchado en las calles, como lo hicieron por largos e interminables días los muchachos en las calles, los ciudadanos marchando en la avenidas y líderes de la talla de Corina Machado, arbitrariamente eliminada de la contienda.
A pesar del repudio de líderes socialistas como Lula en el Brasil o Boric en Chile, o la doble cara de Petro, de un lado patrocinando a la dictadura y del otro reclamando elecciones justas y con el apoyo irrestricto de impresentables como: Ortega, o los Castro o Evo Morales y con testigos electorales como Samper y Fernández y la expulsión de observadores de todas las nacionalidades, saldrá a reclamar una victoria acompañado de personajes como Padrino el general obsecuente, del agresivo Diosdado y su reciente embajador, manejador de las bolsas de comida y mal habido patrimonio billonario, nuestro paisano Saab, para no abundar con su ministra de Relaciones la impresentable Delsy Rodríguez, todos ellos multimillonarios de cuenta del hambre que ha expulsado a 8 millones de sus compatriotas que deambulan por el mundo optando por un exilio desgraciado.
La pregunta que queda es qué hará Petro ante este atraco a la democracia.


