En días pasados, en noticias Caracol dedicaron varios especiales a hablar de Tomás Carrasquilla y su novela la “Marquesa de Yolombó” que el mismo canal presentó en forma de tele-novela en años pasados. Intentando verificar la veracidad de la historia decidí indagar sobre ella, lo que me dio la oportunidad de traer a colación otro personaje colombiano famoso el “Conde de Cuchicute y Guanentá”, éste de la región santandereana, ambas historias las comparto en este escrito.
Además pude encontrar la historia del primer noble nacido en nuestro suelo: Jorge Miguel Lozano de Peralta ( Santafé Diciembre 1731- Cartagena Agosto 1793) descendiente de aristócratas españoles y heredero de gran fortuna que multiplicó a través de actividades comerciales, también era prestamista, tuvo una destacada carrera en la administración virreinal: fue regidor del cabildo de Santafé, alcalde ordinario de Santafé, alcalde de la Santa Hermandad, diputado de abastos de Santafé entre otros, también se desempeñó como Alférez Real responsable de pasear el estandarte en actos públicos. En 1767 envió al Consejo de Indias en España, una relación de méritos para postularse a un título nobiliario, en 1771 el rey Carlos III autorizó al virrey Messía de la Cerda otorgar dos títulos de Castilla, a quienes el virrey creyera que cumplían con los requisitos de nobleza, rango y fortuna para ostentarlos, uno de los escogidos fue el señor Lozano quien recibió el título de primer Marqués de San Jorge de Bogotá.
Para confirmar su nombramiento, al recién elegido Marqués se le exigió el pago de impuestos, se opuso a la exigencia, pues consideraba que el título era un reconocimiento a sus méritos y servicios, la Real Audiencia lo privó del título, y ante la decisión de Lozano de desobedecer la orden y seguir usando su título, le impusieron una multa. La respuesta del Marqués fue enviar dos cartas al rey protestando por considerarse maltratado y afirmando que la miseria del virreinato se debía a la incompetencia y corrupción de la administración virreinal. El gesto del Marqués fue mal recibido en la corte y ordenan detenerlo en Santafé en 1787, falleció en Cartagena sin regresar a la capital y sin que se definiera su situación en 1793 (es.m.wikipedia.org). Su esposa doña María Tadea González Manrique ostentó el título de Marquesa de San Jorge de Bogotá (www.gente del puerto.com).

Jorge Miguel Lozano de Peralta
Marqués de San Jorge de Bogotá
El más famoso heredero del Marqués fue Jorge Tadeo Lozano y González Manrique (Santafé Enero 1771- ibídem Julio de 1816), vizconde de Pastrana, estudió literatura, filosofía y medicina en el Colegio del Rosario, viajó a Europa y estudio Química en el Real laboratorio de Química de la corte de Madrid, hizo carrera militar en España alcanzando el grado de Capitán; como periodista Fundó el “Correo curioso, erudito, económico y mercantil de Santafé de Bogotá”, dictó cátedra de química en la Universidad del Rosario, fue admitido en la Real expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, investigando en el campo de la zoología, se le considera el primer herpetólogo de Colombia. Tras la Independencia de Colombia, fue presidente del colegio electoral encargado de redactar la Constitución de Cundinamarca, fue el primer presidente del Estado libre de Cundinamarca, considerándose el primer presidente electo de país. Durante la Reconquista de Pablo Morillo se le persiguió, lo despojaron de sus posesiones y arrestaron para finalmente fusilarlo, se le considera mártir y héroe de la independencia de Colombia (es.m.wikipedia.org).

Jorge Tadeo Lozano
“La Marquesa de Yolombó” es considerada costumbrista; pero es valorada como novela histórica:” Fruto de una investigación de muchos años, la Marquesa de Yolombó es ante todo una espléndida novela histórica”. “Un vasto retablo de la vida cotidiana colonial: “Un pueblo surge a la vida y se hace imaginable merced a esa novela de ochenta personajes; el territorio y la geografía (paisajes y climas, montes y cuencas, vías y asentamientos, flora y fauna), las razas, grupos y familias, la religión y la política, el lenguaje colonial- -especie de paisa-andaluz-afro-castellano– ,las mentalidades; y luego las modas y los usos, los alimentos y hábitos, las tradiciones y leyendas, los oficios y diversiones, los cantos y bailes; las arquitecturas, viviendas y amoblamientos, los oficios y las artes; y en resumen, la historia y el devenir colectivo de Yolombó a fínales del siglo XVIII, en los últimos días de la colonia, quedan reconstruidos con una riqueza descriptiva, con una minucia y un amor por los detalles, con una vivacidad y una elocuencia sencillamente incomparable (revistacredencial.com/h Septiembre de 2016)
La novela es la historia de Doña Bárbara Caballero y Álzate, en una época en que los hombres eran amos y señores, y las mujeres eran despreciadas y ni siquiera recibían educación formal por considerarla innecesaria para ser una buena ama de casa, época de trabajo esclavo en las minas de oro, a la edad de 17 años la joven decide trabajar como minera y pese a la oposición familiar trabaja en las minas durante cuatro años, haciendo amistad con los esclavos, luego administra por años las minas de oro familiares, con el dinero conseguido se dedica a hacer obras sociales: levantar templos, hospicios, administrar escuelas y buscar aceptación para los negros en fiestas religiosa y otros eventos, por su cuenta logró, aprender a leer y escribir, y posteriormente estudio más, teniendo varios maestros: “En fin ,ella se convirtió después de todo en la Marquesa de Yolombó, no solo por el título nobiliario dado a ella por ser hija del alcalde del pueblo, sino por su sapiencia y acciones” (es.m.wikipedia.org). Los materiales del relato los venia acopiando Carrasquilla desde su niñez, por relatos de testigos presenciales de aquella época de oro yolombera, una de las fuentes Martín Moreno, era bisabuelo del escritor, “las historias y consejas acerca de doña Bárbara se evocaban con sumo cariño, y a esas memorias tuvo que apelar el novelista dada la casi total destrucción de archivos y registros que –corroboran historiadores como Joaquín G. Ramírez y Eduardo Zuleta– para reconstruir, sino una “historia” seria y “auténtica”, si una leyenda más verosímil sobre aquella muy notable mujer y su época, incomparable (revistacredencial.com/h Septiembre 2016).

La Marquesa de Yolombó
El último personaje de éste escrito (revistacredencial.com/h 13 Febrero 2013) es otro personaje real de carne y hueso cuyas huellas son más frescas, cuya historia parece obra de ficción; en entrevistas y artículos escritos por él, José María Rueda Gómez, nombre de pila del Conde, relata que nació el 28 de Abril de 1871 descendiente de una familia muy adinerada, sus ancestros habían gozado de inmenso poder económico y político en la región de San Gil y Socorro, su abuelo y padre habían amasado una gran fortuna, y sus haciendas, en las que además de ganado cultivaban tabaco, caña de azúcar e incluso café, también prestaban dinero con hipoteca y distribuían aguardiente en una extensa zona de Santander.
Entre 1822 y 1824 estudió en el Colegio San José de Guanentá de San Gil, fundado por el general Santander y luego deambuló por otros centros educativos, incluidos algunos famosos de Bogotá, siempre fue mediocre estudiante, por su mal rendimiento académico y malas amistades, su padre lo envía a USA con la ilusión de que estudiara Comercio y administrara sus bienes, tampoco se gradúa; regresa al país e intenta suicidarse perdiendo un ojo, posteriormente diría que se lo había sacado para tener algún defecto, pues la sociedad no le perdonaría ser tan perfecto. Lo envían a París, allá inventa varias fantasías con las que luego descrestará a sus paisanos, entre ellas la obtención del título de nobleza de “Conde de Cuchicute y Guanentá” (por unas haciendas propiedad de su familia), como reconocimiento por su accionar militar en favor de España, regresa al país a administrar las haciendas paternas y participa en la guerra de los mil días en el bando liberal.
Después de sus fracasos académicos juveniles, Inicia una etapa de prosperidad empresarial, compra varias haciendas, llegando a ser el mayor productor de café de la región, funda el banco de San Gil. Descuida sus bienes, dejándolos en manos de administradores; viaja a Europa y retorna con desequilibrio mental; cede sus bienes durante 10 años, luego de 16 años de pleito judicial los recupera y regresa a su antigua prosperidad económica; muere en Julio de 1945 apuñaleado por un antiguo empleado suyo.

El Conde de Cuchicute en una de las sesiones en las que posó para el óleo de José Rodríguez Acevedo, 1942.
En síntesis, dos nobles reales: El primer Marqués de San Jorge, precursor de nuestros políticos actuales que quieren vivir como reyes a costillas del pueblo colombiano, y no les gusta pagar impuestos; y su hijo un íntegro héroe de la patria. Dos nobles imaginarios: el Conde, toda una parábola del estilo de vida de las clases pudientes del país y sus ejecutorias; y la Marquesa una minera real que se atrevió a salirse del rol asignado a las mujeres de su época. Hablando de la novela de Carrasquilla: “Eduardo Zalamea Borda la consideró la mejor novela escrita en toda literatura colombiana. Tenía razón, y quizá la tenga todavía. Salvo Macondo, no hallaríamos un pueblo tan bien pintado como Yolombó” (revistacredencial.com/h Septiembre de 2016).
Mil gracias amado hijo, abrazos y bendiciones.
Excelente recorrido histórico… Felicitaciones