Por: JUAN CARLOS PARRA SANABRIA
Rondaban los días de enero del año 2016, cuando los medios de comunicación difundieron como una gran noticia que el alcalde de Soledad Atlántico Joao Herrera, había exigido a sus agentes de tránsito que rebajaran su peso corporal o de lo contrario se tomarían medidas contra estos funcionarios, la organización sindical ANDETT expidió un comunicado y solicitó a medios como Caracol Noticias en su espacio el Defensor del Televidente, para que se diera a conocer una versión diferente y a la luz de la normatividad de la seguridad y la salud en el trabajo.
Hoy en día sabemos que el irrespetuoso alcalde fue sancionado por la procuraduría con una suspensión de cuatro meses, lo irónico es que no fue por el maltrato y el bullyng realizado a los empleados de tránsito, cuyas quejas nunca prosperaron. En este caso triunfó la discriminación impunemente.
Saltando a otra región, llegamos a la ciudad de Bucaramanga, donde el ingeniero Rodolfo Hernández, quien fungía de alcalde de la ciudad bonita, en el mes de marzo de 2019 en su espacio de las redes sociales trató a los bomberos de “gordos y perezosos”, lo dijo en medio de un escenario informal criticando el pago de las horas extras al cuerpo de bomberos, que ellos solo dormían y roncaban tan duro que despertaban a los muertos del cementerio, la declaración fue difundida por los medios de comunicación, dejando en ridículo ante la opinión pública a los trabajadores, es increíble que un tema que se debe trabajar desde el sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo, se entregue a la población para que juzgue, critique y además insulte a los funcionarios, sólo porque el político consideró que pisotear la dignidad de los empleados era la mejor herramienta para lanzarse a la arena política para la presidencia de la república.
Pero los políticos no son los únicos que gozan pisoteando a la humanidad, también existe toda una línea de emprendedores exitosos que para ganar seguidores en sus redes sociales disfrutan ridiculizando a las personas por sus condiciones físicas, como lo hacía la sobrevalorada señora Azcarate.
Los más recientes debates del concejo de la ciudad de Pereira dieron a conocer un tema escandaloso con una profesional a la que por su peso, le han colocado miles de trabas para posesionarse en la empresa Aguas y aguas, luego aprobar todas las etapas de un concurso.
¿Hasta cuándo nuestra sociedad tan agobiada por la exclusión y la desigualdad será testigo silencioso de las arbitrariedades de la ignorante clase política y las empresas dirigidas por ellos?
