Hace 532 años, un grupo de españoles despistados al mando del italiano Cristóbal Colón, buscando el camino para reanudar el comercio de especias, seda, azúcar entre otros productos que algunas ciudades italianas compraban en China (camino cerrado, por la invasión musulmana extendida desde el norte de África hasta España), se encontraron de sopetón con América.
Pasados más de cinco siglos, aún se discute cuál es el nombre apropiado para para este evento, “Aunque antes se hablaba del “descubrimiento de América por Cristóbal Colón”, mucho se ha discutido este concepto, pues el continente ya estaba habitado por millones de personas, por lo que este evento no fue un descubrimiento, sino el comienzo de un proceso de transformación política, económica, social y cultural de América y Europa” (senalcolombia.ty 07/ 10/ 2024). Algunos hablan de la leyenda negra de la conquista de América “un movimiento de propaganda antiespañola promovido a partir del siglo XVI por ingleses, holandeses y franceses, entre otros, con el objetivo de desprestigiar al imperio español” (www.bbc.com 17 marzo 2019), o la leyenda rosa que buscaba combatir la leyenda negra, y que pinta un papel más benigno de España en el nuevo mundo: “surgió en el siglo XVIII con publicaciones de los historiadores españoles como Juan Nuix de Perpina” (prezi.com). Desde luego ambas posiciones tienen argumentos ciertos en parte, y rebatibles en parte.
Uno de los colombianos con más autoridad para hablar sobre esa fecha, escritor de varios libros con una contundente posición americanista, en la que demuestra que el mundo actual, con la globalización del comercio, las culturas, los saberes, no existiría sin este “Encuentro de dos mundos”, como él lo llamó, es el maestro Germán Arciniegas (Foto 1): “Nosotros hemos hecho del 12 de octubre una fecha americana: este es error continental. Los europeos no le dan importancia alguna: esta es estupidez insigne. Se trata de un día que es todo lo contrario de lo que el mundo piensa: no es americano: es europeo” , “Es prodigioso como el destino de América empieza a cumplirse desde el primer momento. Aquí se vinieron, a veces en masa, colonias de judíos que no se sentían seguros en España a raíz de los feroces edictos de los piadosos Reyes Católicos. Aquí se vinieron los que leían a Erasmo. En la exploración de la Guayana buscó la manera de escapar de la torre de Londres sir Walter Raleigh. Los perseguidos por la iglesia de Inglaterra buscaron refugio en las Antillas, en las Bermudas, en la Nueva Inglaterra. Hay cuatro siglos de historia de estas migraciones. Migraciones europeas, historia europea” (Nota 1). Arciniegas, fue excluido de manera chapucera y descomedida del comité de celebración de los 500 años de esa fecha. Este escrito es un tardío e inútil homenaje al gran maestro, un reconocimiento a sus saberes y méritos; aunque el maestro Arciniegas nunca la conocerá, esta es mi reparación por esa injusta exclusión.
“Lo que hace Colón es unir dos hemisferios que venían funcionando en el vacío. Los une y completa la esfera y desde ese momento, lo que durante veinte siglos no había ocurrido se produce: Europa deja de ser un mundo pequeño, encerrado dentro de unas fronteras limitadas y entra a funcionar dentro de la esfera del planeta” . “Llega a Guanahani y cree que es una isla de Japón. Le muestran a Cuba, cree que es China. Lleva un escribano y hace jurar a todos que se encuentran en China, y al que contradiga eso en diez años que le corten la lengua. Era un poco fuerte en las determinaciones y no admitía que le contradijeran. Cuando llega a las bocas del Orinoco, creyó que era el Ganges; como al frente al Orinoco hay una pequeña isla, la de Margarita que tiene la peculiaridad de una montaña donde el creador modeló los senos de una mujer (se le dice “Las tetas de María Guevara”), dijo: “Pues este es el paraíso”. Murió absolutamente convencido de que él era el virrey de la tierra firme de Asia y así firmaba cinco meses antes de morir. Abre el camino que comunicaba los dos hemisferios y esa es su gloria y esa es en realidad su contribución. Cambia la historia” (Otra cara del encuentro de dos mundos, El morral de los descubridores, Lecturas Dominicales “El Tiempo”, 4 de octubre de 1992, páginas 5,6,7 Germán Arciniegas).
Diez años después, Américo Vespucio que recorrió la costa Caribe hasta el Cabo de la Vela, recorrió América Central, y por la costa de Suramérica llegó por Brasil hasta la Patagonia, dijo: “esta no es Asia, este es otro continente”, cambiando así lo que había dicho Colón; esa noticia impresionó más que la redondez de la tierra, que no era tan desconocida, afirma Arciniegas. “En esos diez años se cambia la idea que se tenía de la tierra: aparece un nuevo continente y viene a resolverse una crisis de Europa que era decisiva. Hacia 1.500, Europa estaba en una crisis inmensa. Un europeo, si no estaba metido en guerras, ocupaba una posición muy difícil. Europa en su mayoría estaba compuesta de gente muy pobre; las hambres diezmaban la población; la parte verdaderamente rica era la de las ciudades del Mediterráneo, que comerciaban con las ciudades importantes de Europa. Una ciudad importante era una ciudad de cien mil habitantes, pero que tenía comercio intenso con Oriente, particularmente las italianas” (Otra cara del encuentro de dos mundos, El morral de los descubridores, Lecturas Dominicales “El Tiempo”, 4 de octubre de 1992, páginas 5,6,7 Germán Arciniegas).
Los comerciantes eran poderosos y tenían sucursales en ciudades como Sevilla y Estambul, eran comunes las letras de cambio, había seguros para las mercancías enviadas, tal como en la actualidad; en vísperas del descubrimiento el papa era Inocencio VIII, de la familia Chivo, eran banqueros y eso le permitió comprar el voto de los cardenales; “el hijo del papa, se casó con la hija de Lorenzo el Magnífico, que era el banquero más rico de Florencia. Y en la oficina del papa, lo que se manejaba eran los intereses de los banqueros y de la familia Chivo y de la familia de Lorenzo el Magnífico” asegura Arciniegas.
El papa Inocencio tenía en su oficina unos mapas, donde se había compilado lo que se conocía por los viajeros, especialmente europeos: “los chinos que habían viajado por oriente hasta llegar a América del Sur y, en el planisferio de Orterios – un alemán que trabajaba para el papa-, tenían sobre esos mapas representados el Amazonas, el Orinoco, el Plata y el Paraná, la costa de Chile y el Perú, y la costa sobre el Atlántico de la Argentina. De modo que en 1490 en la oficina del papa se planeó con conocimiento de Bartolomé Colón, un primer debate sobre el viaje. Otro que conoció el mapa fue Yáñez Pinzón, compañero de Colón, que era propietario de la Santa María, porque tenía negocios, inclusive tenía listas dos carabelas para cruzar primero el Atlántico. Los florentinos fueron los que primeros exploraron la posibilidad de mirar a Occidente. Otro de familia de comerciantes, Toscanelli, geógrafo y comerciante, exploró la posibilidad de que viajando hacia el Occidente se llega al Oriente” (Otra cara del encuentro de dos mundos, El morral de los descubridores, Lecturas Dominicales “El Tiempo”, 4 de octubre de 1992, páginas 5,6,7 Germán Arciniegas).
Vespucio describe al Nuevo Mundo: “Sobre esa pintura que está llena de optimismo, se consolida la idea de que América es una tierra más o menos despoblada, donde las partes pobladas están habitadas por unos indios que son al revés del europeo: el oro no tiene valor, no hay propiedad privada, no hay reyes que impidan las cosas, hay un sentido de la justicia como en Europa, es decir, hay una tierra de libertad que empiezan a convertir en una especie de tierra ideal para el hombre libre. Entonces los que en Europa no tienen tierra, no tienen títulos, no tienen aproximación a las clases pudientes, empiezan a verla como la tierra ideal para emigrar”.
Acerca de los europeos llegados a América buscando refugio, dice el maestro: “La Academia de Historia está llena de crédulos que creen que una cantidad de nobles son nuestros tatarabuelos. ¡Mentira ¡Somos descendientes de los desgraciados que cuidaban puercos en Extremadura. Cuento siempre mi experiencia cuando fui a buscar en el pueblo de Arciniegas, en el país vasco, y no encontré ningún Arciniegas Había toda clase de apellidos vascos menos Arciniegas: me imagino que de allá salió don Eladio, el primero, y le habrán preguntado en la Casa de Contratación: ¿Eladio qué? ¿yo? de Arciniegas, y ahí quedamos con el DE. Quedamos como nobles. ¡Pura paja¡ Era un desgraciado que no tenía nada, si de casualidad era de buena familia: no era el hijo mayor, porque al mayor lo casaban bien, le daban anillo, casa con escudo y ese se quedaba con muebles, espejos, retratos. El que se vino, ni retrato siquiera. Se venían de miserables y paraban bien, como estamos nosotros, porque naturalmente el que llega aquí sin nada tiene que hacer algo” (Otra cara del encuentro de dos mundos, El morral de los descubridores, Lecturas Dominicales “El Tiempo”, 4 de octubre de 1992, páginas 5,6,7 Germán Arciniegas).
“La historia no se ha hecho como debe hacerse, porque traían un morral con un puñado de trigo, unos cuantos bizcochos, una botella de aceite, un queso. El queso se pudre, el trigo se acabó, se acabó el aceite, pues a comer papa y a comer yuca: se acabó el pan, pues a comer cazabe. Así empieza la agricultura. Dicen que trajeron aquí la lengua, pero el Quijote no se había escrito: en segundo lugar, todos eran mucho más analfabetas que la reina. La reina siquiera había leído el Bocaccio, pero estos no habían leído nada. Habían oído los cuentos de La Celestina, que son groserísimos. Habían oído los cuentos en las ventas y, claro, se los sabían de memoria, porque al analfabeto se le graban muy bien las cosas” . “La cocina ya no es el fogón español sino tres piedras y la leña en el centro. Hasta el problema de leña cambia de carácter, porque la leña era libre la cogían del monte. Eso pasa a ser robo porque era propiedad privada. El indio que toma la leña pasa a ser ladrón. El indio ladrón ya es distinto y después ya no va a dormir en cueros, a tirarse en el suelo, sino en hamaca. Más sabroso. La casa ya no es de mampostería, ni de calicanto, ni cubiertas las tejas de barro, no. La casa es de bahareque y se entra el vientecito que es lo que hace agradable la casa en el Caribe, y el techo es de paja. Todo va formando parte de una cultura llamémosla americana y entonces la cultura americana va transformando la casa, la cama, la dormida, los cueros todo va cambiando” (Otra cara del encuentro de dos mundos, El morral de los descubridores, Lecturas Dominicales “El Tiempo”, 4 de octubre de 1992, páginas 5,6,7 Germán Arciniegas).
Esa visión que puede ser controvertida, no opaca la realidad de la violencia de la invasión española.
Notas:
1-América es otra cosa, Germán Arciniegas, Intermedio Editores/Círculo De Lectores, Santa Fe de Bogotá, primera impresión abril de 1992, páginas 17 y 18.
Buen día Danilo. Excelente escrito.
Esa es la historia que nos han contado. Los Europeos hicieron lo que ya conocemos. El documento es muy interesante ya que se menciona por parte de los vencidos y no por los vencedores como generalmente ocurre.
Los Europeos colonizaron y eso se crítica por su salvajismo pero esto acá no era suavecito ya que las culturas indígenas eran muy violentas como los aztecas con los sacrificios humanos y tantas cosas más cargadas de agresión y de violencia. La Colonización cambió una realidad violenta local por una realidad violenta de imposición extranjera y es difícil reescribir la historia para saber que hubiera sido de este continente sin la colonización Europea.
Otro año más de conmemoración que hace parte de una historia que no se ha dejado olvidar por parte de nuestro continente. Lo único cierto para mí es que el amor al dinero y al poder ha sido desde siempre, liderado por delincuentes con diferentes presentaciones ya sean reyes, gobernantes, militares, soldados rasos, mercenarios , entre otros, «quebrando al que se atraviese» y esto le sucedió a Centro América y Suramérica al igual que norte América pero con la diferencia que en Estados Unidos los Ingleses se instalaron y compartieron toda esa experiencia conquistadora la cual son los cimientos de la potencia militar y tecnológica llamada Estados Unidos.
El descubrimiento es un intercambio de costumbres, de conocimientos, de dolor y sangre, cruce de razas originando mestizos, zambos y mulatos , pero así fueron las cosas. Nada es fácil en este mundo, ensayo y error, aciertos y desaciertos.
Muy interesante el escrito como siempre. Siga escribiendo Danilo.
Mil gracias Isdaen por su comentario: muy acertado, aquí en América también había grandes civilizaciónes, pueblos sometidos a otros que los habían invadido; de esa manera, con la ayuda de los sometidos, los españoles pocos en número lograron derrotar a grandes a esos imperios, que tenían menos capacidad de defensa a las armas de fuego españolas y a sus corazas de defensa.mil saludos y bendiciones.
Excelente periplo con una perspectiva diferente a la que conocía, muy divertida y enriquecedora, me encantó. Muchas gracias por compartir.
Hola Jhon Jairo: Mil gracias por su buen comentario,el maestro Arciniegas es el autor de esa visión sobre el descubrimiento de América,siempre es enriquecedor leerlo y compartir sus ideas.Saludos y bendiciones.
Apreciado Javier: Mil gracias por su generosidad, espero haber logrado el propósito de traer de nuevo a la palestra al maestro Arciniegas y a sus originales ideas. Mil saludos y bendiciones.
Buenísimo, un relato esclarecedor, gracias Danilo.