El Senado de la República ha abierto el debate nacional sobre las “regiones autonómicas”. Esta iniciativa fue incluida en el Plan Nacional de Desarrollo con el objetivo de avanzar en la descentralización territorial a través de una nueva organización político-administrativa en el país.
La definición de un nuevo modelo de organización del Estado es un asunto necesario pero controversial, entre otros, porque implica establecer cuál es la mejor delimitación de las regiones. En el caso de Colombia, no debería ser la unión de departamentos o de municipios porque su organización tuvo como principio razones de carácter político y no propósitos para alcanzar el desarrollo social, económico o ambiental de los territorios.
Otro aspecto fundamental es la definición de las fuentes de financiación de las “regiones autonómicas”, de las cuales depende su viabilidad y su sostenibilidad e implica una redistribución diferente de los ingresos en todos los niveles, nacional, departamental y local.
No es la primera vez que en el país se propone una nueva regionalización. Una de las primeras iniciativas fue el Informe Lebret de 1956. Posteriormente, en 1969 se habló de epicentrismo regional y en 1984 el Departamento Nacional de Planeación subdividió el país en cinco regiones de planificación y creo los Consejos Regionales de Planificación Económica y Social (CORPES).
Adicionalmente, la Asamblea Nacional Constituyente en 1991 estableció a través del artículo 306 la posibilidad de crear regiones a partir de la unión de dos o más departamentos y con el artículo 307, su paso de región a entidad territorial. Recientemente, se han creado las Regiones de Administrativas de Planificación (RAP) en diferentes zonas del territorio nacional.
El Plan Nacional de Desarrollo en su artículo 28 se establece la posibilidad de impulsar las “regiones autonómicas”. Este tema se está discutiendo por todo el país con la coordinación del presidente del Congreso, Iván Name. El próximo 9 de mayo el turno es para el Eje Cafetero en el municipio de Montenegro.
El debate es de gran importancia nacional y regional por la falta de cohesión social del país y por los impedimentos al desarrollo local y estratégico de los territorios como consecuencia del excesivo centralismo.