Por HERNANDO AYALA MELGAREJO
- Lejos muy lejos de la restitución de garantías para los más vulnerados.
- Nadie rinde cuentas sobre la cooperación internacional que las naciones aportantes sitúan para reparar daños a la humanidad.
Más de nueve millones de colombianos vulnerados en sus derechos, dignidad, sin garantías de mínimos vitales, configuran la infamia mayor de un sistema con nombre contrario a la realidad: Estado Social de Derecho, Democracia sólida estable en Suramérica. ¿Dónde va a parar el dinero de la cooperación internacional que en nombre de la paz y las víctimas aportan las naciones con mayores avances en derechos humanos? Desconocimiento total, nadie rinde cuentas, nadie pregunta, nadie examina, nadie sabe. La “gobernabilidad” acomodada por quienes controlan el ajedrez burocrático en el Estado colombiano, estableció un cerco unánime donde todos los controles posibles están neutralizados por el régimen y ningún examen de la gestión pública es creíble. La olla a presión sigue acumulando su potencial explosión de una población asfixiada sin miramientos.
Cifras oficiales hablan de un millón de víctimas reparadas por el Estado, sin claridad sobre el tipo de reparación que no atiende lo básico en el daño recibido por más de ocho millones despojados y desplazados por el conflicto. No han sido reparados 87 de cada cien colombianos victimas sin reparación como ordena la Ley 1448 que dejará de surtir efecto al final de este gobierno. A cada víctima “reparada” le han entregado en promedio dos y medio millones de pesos, después de haber sido despojadas de su territorio, vivienda, tierra productiva.
La semana del reconocimiento de las víctimas en su realidad, también de la lucha contra las minas antipersona, del tercer pico del gran anestesiador de esta realidad insostenible, la pandemia, trascurrió en el ruido mediático con el cacareo de los impuestos a los alimentos para suplir el hueco de un erario saqueado de la manera cómo transcurre el tiempo de lo que hay como gobierno.
Los únicos estables en la pandemia, los empleados fijos de la nómina estatal, encabezados por los elegidos en sus cargos, entre ellos el primer empleado de la nación, siguen jugando la perversidad de su “gobernabilidad” venal que consiste en neutralizar a punta de erario a los tomadores de decisiones, los legisladores o los controladores judiciales, disciplinarios y del fisco, “todos a una” bajo control, en componenda segura con nombre de gobernabilidad. Estos en su juego burocrático tienen como dogma de fe que todo es cuestión de desinformar, manipular, maquillar a través de los medios alineados con el gobierno por el pedazo asignado para cada cual. El presentador que cobra el primer sueldo de la nación se dedicó a la farándula y cree que todo está bajo control en el desastre que preside.
La llamada “gobernabilidad” del Estado colombiano se caracteriza por ser una burla permanente a los derechos de los más vulnerados y a pasar con toda la pena maquillada, mimetizada, en su ego espejo cápsula mediática, “espejito, espejito …” convencido de que ni la población hambrienta confrontada en los mayores niveles de criminalidad, ni el mundo, ven nada de toda la vergüenza de deshumanización que inunda al territorio colombiano. Es ofensivo el espectáculo de indolencia, iniquidad, insolencia, del aparato burocrático y sus manipuladores de este tiempo. ¿Dónde está el dinero de la cooperación para las víctimas? Nadie responde.
El manoseo a víctimas y héroes como son llamados los excombatientes de la fuerza pública que en su mayoría siguen sin derechos garantizados, efectivos, materializados en inclusión real, tienen que conformarse con lo que dejan caer los expertos acaparadores del erario y los recursos de cooperación del mundo. Los elegidos para todo este panorama aspiran a ser ratificados en cuerpo ajeno. Lo más terrible es el inminente riesgo de que así ocurra. Se viven tiempos de infamia irremediable.
FEDESIR 21. A propósito de heroísmo e inclusión real, el deporte ha sido una de las herramientas para reconciliar con la vida y luchar por inclusión verídica en un nuevo proyecto de vida de colombianos con discapacidad desde el conflicto armado. Muchos de ellos con otros atletas, han tenido en FEDESIR Federación Colombiana de Deportistas con Discapacidad Física, una puerta real durante 42 años de existencia cumplidos el 9 de abril desde su creación en 1979, clave 9 para un nuevo comienzo de una institución con mucha historia. Muchas víctimas han podido evolucionar desde el deporte con FEDESIR que inició con deportes sobre silla de ruedas. Reconocimiento a toda esta comunidad deportiva que está renovando su hoja de ruta para ampliar el horizonte por el derecho al deporte inclusivo de todos los colombianos con discapacidad, más del 95% de ellos excluidos de la práctica deportiva.
Proceso #EMPATE_21 Integridad Juego Limpio #EticaDiversidad. Humanizar humanidad.
Escrito por Hernando Ayala M. Periodista Proceso DISNNET SOCIEDAD PARA TODOS 30_DS.