A veces, los cambios políticos se tornan irreversibles

Cuando las condiciones políticas, económicas y sociales se hacen insoportables para la mayoría de los habitantes de una nación surge la necesidad imperiosa de un cambio político, entendido como una transformación del sistema político y de sus elementos constitutivos, lo que implica la superación de un estado de cosas precedente por un contexto nuevo que busca superar las condiciones problemáticas generadas en el modelo anterior. Esta transición puede darse por medios pacíficos cuando hay una democracia efectiva que respeta las decisiones de sus mayorías o de lo contrario puede derivar en violencia, cuando no se respeta la carta magna como norma de normas, máxime cuando ella concita la aceptación de todos los contendientes políticos. A este respecto vale retomar lo expresado recientemente por el ex-pre-candidato Alejandro Gaviria en el sentido de que es mejor tener una explosión controlada que embotellar un volcán. Y no se crea que estamos hablando de ficciones, el día 26 de mayo de 2022 el presidente Iván Duque afirmó que: “Estas FF.MM. nunca se van a dejar cooptar por el populismo y la demagogia” (www.rcnradio.com). Además de intervenir en política, como lo ha venido haciendo de manera flagrante e impune el Sr. Presidente, también como lo hizo con la modificación a la ley de garantías para poder participar cómodamente en política y cuyo artículo 124 de la Ley 2159 del 2021 fue de declarado inexequible por la Honorable Corte Constitucional. Lo grave de esta última declaración es que parece insinuar que las fuerzas armadas no van a respaldar a determinados candidatos si ganan en las urnas ya que ellos han sido calificados de populistas y demagogos por el señor Duque. Esta conducta rompería el orden legal y constitucional y podría descarrilar al país hacia una crisis política de hondas repercusiones que fácilmente puede derivar en violencia. Actuaciones dictatoriales como las anunciadas por el Presidente son las que dicen condenar en otros gobiernos como el de Venezuela y Nicaragua, pero resultan buenas si son ejecutadas por los que hoy gobiernan a Colombia. La democracia sí está en peligro y se ha venido deteriorando, no por los que aspiran a ocupar el solio de Libertador Simón Bolívar, sino por los que consideran que su forma de pensar es la única que debe predominar en el ejercicio político, de ahí al totalitarismo solo hay un paso de niño. Por lo anterior, si de verdad creemos en la democracia debemos salir a votar libremente por el candidato que consideremos y exigir a los gobernantes de turno el respeto a la Constitución Política.