INESPERADAS APARICIONES

El colorido “El colorido tiene una influencia poderosa en el alma.”

Henri Matisse

Al llegar al taller de Susana Stanig y Mario Damill, precedido de un camino largo hacia el fondo, buscando el agua, el árbol, el verde atemporal y la belleza intrínseca, ese pequeño mundo que está en relación, arte-cuerpo con la naturaleza. Un encuentro potente llegar a una pintura impresionista latinoamericana; reflectante, pulida, gusto de dos argentinos que hablan, que relatan en sus obras, momentos de esa profundidad que vive en las pequeñas cosas, que aparecen con la pintura y el dibujo automático, nada de la razón. Personas y manchas en espacios distintos, de la misma naturaleza íntima, con estilos diferentes; reflejos de la propincuidad, que no hablan directamente, no se manifiestan en voces o efectos, pero están ahí, ellos las descubren, trabajando en el mismo taller, sin que los colores se clonen o salten de un lado al otro, no, por el contrario, es un complemento colectivo, los distancia los mundos, sus interpretaciones y las experiencias vividas de cada uno. Los une la voz recíproca de admiración después de la jornada.

Mario en una línea diagonal, oblicua, mancha que se rebosa. Volumetría de una materia, tridimensional por capas, describe el objeto, la fruta…Nada. No pinta el retrato de un conocido, sino que procura representar en una persona a muchas semejantes a ella; plasmar bien –con prontitud y veracidad-, digamos, a un hombre o a una mujer, y esto es posible solo cuando uno recuerda a medio centenar de ellos y toma de cada uno los rasgos característicos y fundamentales, es un placer delicado, es la alegría de comprender el pasado sin densidad, una cualidad subjetiva de este artista: su talento, su fuerza de fantasía e imaginación. “…Hay que estar alerta, atento a lo que la obra dice. Yo creo que el pintor es sujeto, pero también es objeto, puesto que recibe de su obra un mensaje o mensajes que el mismo tiene que descifrar y que no siempre entiende del todo…”. Frase disertada con energía por quien pinta.

Palabra por palabra se construyen mundos e ideas que embellecen los sentidos de todos y de ellos mismos, al punto y, pudiera decir que, si las obras plásticas de la estética pictórica no surtieran efecto, las formas literarias igualmente avivan el espíritu, lo transforman, nos ponen a vibrar por dentro como la pintura misma.

Amasijos de ideas almidonadas que calman los deseos de morir.

Por otro lado, Susana en su pintura partida, espectros y lienzos teñidos, tiene un pretexto para engañar el ojo del espectador a través de una pincelada fractal, es una propuesta que delata al creador, ella aparece en alguno de los vidrios-espejos, en metáfora, que no está, empero cumplen el papel de reflejo. Afirma Susana “…Estar en un estado suspendido, entre el silencio y el trabajo, mirar lo que me rodea, cambiar el modo de pensar…”, una frase que nace del afuera que se encuentra a las espaldas pero se condensa en la obra, no es una pintura extraña, es una propuesta que desentraña la arquitectura, que cobija a la artista, que hace que su espíritu incesante, quede impregnado con la luminosidad de sus colores, casi salidos del tubo, ella entre corredores apretujados de su taller, alcanza a dar un paseo por la cotidianidad.

El cuerpo (objetual, natural o seres vivientes) de los dos, son una pieza perfecta un estado de reposo, un movimiento cadente, un complemento total entre el dibujo y la pintura, entre el centro y el contorno, siluetas finamente terminadas. Cada línea un error, cada espacio un aliento de tranquilidad. ¡Nada! nunca cesa. En ellos observan, se revela lo imaginado, se disipa en el lienzo, se condensa lo interpretado, pintura reverberante que acaricia el pensamiento, lo suspende.

Tan cerca, tan lejos, al milímetro, a unas distancias las pieles se cubren, pero no llegan, el punto creador es como un cuenco sagrado donde nacen escrituras construidas de lo social, del ápice o el envés, del amor, de la amistad. También de la rebeldía.

Finalmente. El calado de una hoja es la ventana para descubrir el alma del papel, el taller es una almohada, un cuerpo, del cuerpo infante, sonrisa suave tez que camina sobre una gota de agua.

Inesperadas apariciones se inaugura el próximo viernes 8 de noviembre a partir de las 7:00 pm, sala de exposición Carlos Drews Castro, teatro Santiago Londoño de la secretaría de cultura de Pereira, en el marco de Corto Circuito Escenarios para el arte.

¡Entrada libre!