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ActualidadLugares comunes IV. Poemas de Florencia. Homenaje a Marsilio Ficino.

Lugares comunes IV. Poemas de Florencia. Homenaje a Marsilio Ficino.

Selección realizada por Jesús Albeiro Zuluaga López.

El presente pretende recordar al jamás olvidado Marsilio Ficino, nacido 589 años atrás con respecto a hoy, el 19 de octubre de 1433, en la ciudad italiana renacentista por excelencia: Florencia. Este sacerdote, filólogo, médico y filósofo florentino fue el encargado, financiado por los Médicis, de realizar las primeras traducciones de las obras platónicas al latín, y así mismo de otros autores neoplatónicos cómo Plotino. Fue precursor y líder de la Academia Platónica florentina, que trajo nuevamente la filosofía de Grecia. Del diálogo El Banquete, Ficino extrajo el hoy muy mentado amor platónico: aquel amor que exalta la beldad de la virtud del otro, más allá de su belleza física. Así es que no, un amor platónico no es uno al que no se puede acceder.

Y venga pues, el lugar a aquellas plumas que hicieron lugar común en su escritura con las traducciones y demás grandes aportes del homenajeado.


Que venga primero, por fuerza mayor, el reconocido por la historia como mayor poeta de Florencia: Dante Alighieri. Además de la poesía, lo ocupó la política. Su obra cumbre, La Divina Comedia, que escribió en 1320, actúa como paso del pensamiento medieval al pensamiento renacentista.

Dante Alighieri (Marxist.com)

Al igual que dicha creación, una buena parte de su obra gira en torno de la figura de Beatriz, con quien no materializó su amor y antes de ello la vio muerta.

Susceptible de ubicar entre los cantos más bellos al amor, su soneto:

Soneto

Amor brilla en los ojos de mi amada,

y se torna gentil cuando ella mira:

donde pasa, todo hombre a verla gira

y a quien ve tiembla el alma enamorada.

Anochece si esconde su mirada,

y por volverla a ver todo suspira:

ante ella la soberbia huye y la ira;

bellas, honrad conmigo a mi adorada.

Feliz mil veces quien la ve y la siente;

al nacerle el alma al punto empieza

todo humilde pensar, toda dulzura,

y no sabe, al mirarla sonriente,

si en ella se excedió naturaleza,

o el milagro gentil tanta hermosura.

Versión de: Alejandro Araoz Frazer

Sea el segundo en hacer lugar común con Ficino, atraído profundamente por el primero; y junto con este y quien les sigue, considerado padre de la literatura italiana: Giovanni Boccaccio. Poeta y estudioso de las lenguas, fue el primer biógrafo importante de Dante Alighieri. Fue dedicado crítico literario y defensor definido de la lengua italiana.

Estatua de G. Boccaccio ubicada en el exterior de lo galería Uffizi, en Florencia. (Wikipedia).

Un poema del autor de El Decamerón (de una reunión de poemas suyos publicada por la editorial Almadía y la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM):

LXXIV [LXXIV]

Si en los lazos, Amor, caer pudieses

en los que a tantos has enmarañado

los brazos rotos séante y obtusas

las garras, y las alas desplumadas

y quitado el vigor, tu culto horrendo

sea aquel que nacerá y ha ya nacido,

rotos séante el arco y los venablos

y que tu nombre siempre dolor sea.

Fraudulento, desleal y mentiroso,

falso, ladrón, asesino y sicario,

cruel, tirano y homicida perjuro.

Luego de mi servir tan largo y vano

pusiste antes de mí a quien menos vale.

¡Que caiga en ti una flecha y que te mate!

Boccaccio y su poema dan paso a quien fuera su maestro, Francesco Petrarca. El erudito y poeta italiano es considerado como el padre del Humanismo, y por tanto uno de los predecesores principales del Renacimiento. Como Dante, Petrarca tendría un amor idealizado que le moviera la pluma a la hora de escribir, como una musa ausente. Fue coronado poeta de Roma en 1341.

Francesco Petrarca (Historia Universal).

De su Cancionero, uno de los poemas a Laura:

Fragmento XC:

Era el cabello alaura desatado

Que en mil nudos de oro entretejía;

Y en la mirada sin medida ardía

Aquel hermoso brillo, hoy ya apagado;

El gesto, de gentil favor pintado,

Fuese sincero o falso, lo creía;

Ya que amorosa yesca en mí escondía,

¿a quién espanta el verme así abrasado?

No era su andar cosa mortal grosera,

Sino hechura de ángel; y sonaba

Su voz como no suena voz humana:

Un espíritu celeste, un sol miraba

Cuando la vi; y si ahora tal no fuera,

No porque afloje el arco el daño sana.

Tengan ustedes buenas lecturas.

P.D:

Quiero compartirles uno de mis insumos para la investigación de esta columna. La parte de los hechos históricos la tomo de “Calendario Histórico”, una aplicación que otorga información diaria acerca de hechos históricos relacionados con cada día que pasa. Se las recomiendo. La pueden encontrar en Google Play.

Referencias:

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