Nuestra causa es la vida… Toda la vida

Por FERLEY HENAO OSPINA

ferleyhenao@gmail.com

“Nuestra causa es la vida… Toda la vida”es el mensaje que empleamos siempre acompañando nuestras actividades, no es un simple eslogan.

La naturaleza es vida, la flora y la fauna están en principalísimo lugar, comenzamos por emprender acciones concretas encaminadas a revitalizar la producción agrícola empleando el conocimiento para brindarle a las plantas el bienestar que requieren para ser más sanas y como consecuencia de ello, más eficientes, convirtiendo la eficiencia, en ese mismo orden, en la supervivencia, la vida de los agricultores. Tener a los agricultores en condiciones precarias por negarles la capacitación que se requiere para estar actualizados en ciencia, tecnología e innovación, es un modo de desprecio por sus vidas.

La vida contra el feminicidio y el maltrato a la mujer, pero ante todo contra la impunidad, “2020 registró en Colombia 568 casos de feminicidio, 33 de estos casos contra niñas y adolescentes”; “16.473 casos y 6.400 lesiones con presunto delito sexual, aproximadamente 1 de cada 10 víctimas fue violada antes de su asesinato” afirma el boletín difundido por “Taller de vida”. ¡BASTA YA! Concluye.

La vida para indignarnos con relación a las frecuentes masacres y asesinatos selectivos de líderes sociales y ambientales, llevando una estela de terror a todos los rincones de Colombia.

La vida con relación a la pandemia, en el artículo “El desprecio por la vida” publicado aquí en El Opinadero quedó registrado textualmente: “La muerte de 9.000 personas y el contagio de 360.000 adicionales son las crudas cifras estadísticas que arrojan las demoras en el proceso con las que el gobierno colombiano ejecuta las compras de la vacuna para protegernos del Covid-19. ¿Indolencia? ¿Negligencia? ¿Desidia?«

La vida frente a la corrupción, nos ha llevado a una lucha incesante contra ese flagelo que limita y hasta anula las posibilidades de desarrollo y bienestar colectivo, capaz de acciones tan mezquinas que hasta metieron mano en los mercaditos humanitarios destinados a aliviar el hambre de las familias más humildes.

La vida en la prevención de desastres, coincidencia plena con la columna “Evitar más desgracias” de Jaime Cortés Díaz, Presidente de la Comisión Intergremial de Risaralda y expresidente de la Universidad Libre de Pereira quien manifiesta su preocupación con lo que sucede en el macizo sobre el cual se asienta el aeropuerto Matecaña, textualmente:

“¿Qué se está haciendo para atajar esta clase de tragedias cantadas?” “Hay un hecho detectado por resultados ingenieriles, que señalan la parte oriental del talud en fronteras del mencionado barrio Matecaña, como proclive a inestabilidad del suelo en el transcurrir de los años, tal como pasó en los 60, 70 y 2019, lo cual demanda acción inmediata”.

“¿Qué hay de nuevo ahora? Se ha suscitado un intercambio conceptual por parte de la Veeduría ciudadana del AM y de los habitantes del barrio Matecaña, en relación con la propuesta de construir un muro de contención para que no se sucedan más derrumbes“. “…los vecinos y la Veeduría afirman que ello debe complementarse con la conducción canalizada de las aguas que subyacen en los terrenos y de otras que generan dificultades y alarmas potenciales que pueden incluso tocar el aeródromo y acontecer de igual forma la desaparición total de la urbanización como aconteció en el Portal de la Villa. El clamor general es escuchar una problemática que es real; ya existe la experiencia de lo que va y viene sin solución definitiva. Así es de frágil la memoria y lo que llegare fatalmente a suceder es un presagio de destrucción y muerte”.

Conscientes de que el concepto de vida es inmenso, juzgamos que una cruzada ciudadana por la vida en algunas de sus manifestaciones se hace imperativa para encontrar las formas de protegerla, evitar desgracias previniendo riesgos y anticipando acciones de manera seria, responsable, proactiva.

Nuestra causa es y seguirá siendo la vida… Toda la vida.