Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadQUE EL CUCHO NO NEGOCIE CON LAS VIUDAS

QUE EL CUCHO NO NEGOCIE CON LAS VIUDAS

La tranquilidad de un pequeño municipio cafetero se ve interrumpida inesperadamente. El asesinato de dos de sus habitantes se convierte en un trágico aviso del inicio de la VIOLENCIA POLÍTICA DE COLOMBIA (1950), una guerra civil no declarada en un país de guerras desde el momento mismo de su «INDEPENDIENCIA», hace ya más de 200 años, que arrojó una cifra escalofriante de más de 300 mil muertos y millones de desplazados.
Muchos campesinos fueron muertos u obligados a vender sus fincas ante el asedio permanente que fueron sometidos por avariciosos hombres como don Roberto Rico, que se mostraban como benefactores, sin dejarle otra opción a los humildes campesinos que hacer un mal negocio vendiendo sus fincas por los pocos pesos que les ofrecían y marcharse de la tierra que habían labrado por años o convertirse en nuevas víctimas de tan irracional conflicto.
Roberto Rico, un individuo con todos los atributos de una mala persona: codicioso, machista, acosador, misógino, violento, vengativo, violador; va sometiendo a todos los pobladores de Villa Rica de Alegría, un pintoresco pueblo encajado entre montañas sembradas de café, en donde nada puede acontecer sin que él dé su aprobación.  Con la Bonanza Cafetera de los años 70 del siglo XX, tan singular personaje, incrementó rápidamente su patrimonio, no a punta de pistola (como ya se había vivido), sino por medio de la usura que, por deudas impagables, cada día extendía los límites de sus tierras, sin que nadie pudiera intervenir, pues ninguna autoridad se pronunciaba en beneficio de quienes sufrían esta expoliación.
El río Cauca, con sus turbias aguas, se convierte en un testigo silencioso que encierra mucho de lo que será el nuevo episodio del inicio de una otra forma de confrontación de una guerra sin fin…  Así transcurre el relato de la novela NO ME PONGA A NEGOCIAR CON VIUDA…
La lucha por el dominio de la tierra ha sido la constante de la existencia de la humanidad.  La invasión de territorios habitados por pueblos ancestrales, el desalojo, las muertes selectivas, las masacres, los desplazamientos masivos, la acumulación de grandes extensiones de tierra, la depredación de los recursos renovables y no renovables, etc., siempre han estado acompañados de sentimientos mezquinos de sus promotores que utilizan todos los medios que estén en sus manos y hacen alianzas, llegando incluso a pactos con viejos enemigos, unidos en un interés común: la ostentación del poder.
En el mundo se están viviendo situaciones horribles con la aceptación de los que ejercen mayor influencia de sus pueblos y con la complicidad de la mayoría de los medios de comunicación que hacen eco a los pronunciamientos discordantes con la verdad, mientras tapan sus oídos y cierran sus ojos ante los gritos de desesperanza y dolor o las imágenes de los miles de heridos y muertos como lo que pasa hoy en Palestina o en la República del Congo o en Siria o en Yemen; o como se ha vivido aquí mismo en Colombia, en donde se sigue negando la ocurrencia de los 6.402 asesinados por fuerzas del Estado y presentados cínicamente con el  eufemismo de «Falsos Positivos», o como es el caso que se ha venido denunciando desde el año 2002, cuando se produjo la «Operación Orión», una intervención militar con la participación de las Fuerzas Armadas en unión execrable con paramilitares, que dejó como resultado un número no esclarecido de muertos y desaparecidos que vienen siendo llorados, denunciados y reclamados por decenas de madres, sin que por más de 20 años se les hubiera prestado atención ni ser escuchadas, tal y como aconteció con las Madres de Soacha y de otras regiones del país  que imploraban respuesta ante un Estado y una sociedad insensible con el dolor de los más pobres.
LAS CUCHAS TIENEN RAZÓN, fue la frase que empezó a llenar los espacios vacíos de los muros de muchas ciudades del país, en referencia directa a la comprobación de las autoridades judiciales de que en la famosa escombrera de la Comuna 13 de Medellín, encontraron estructuras óseas y restos humanos, entre ellos de personas que habían sido reportadas como víctimas de desaparición forzada, y no como afirmó el portento del periodismo Modestor Morales, quien afirmó en los micrófonos de la emisora que dirige que si los restos humanos eran por acciones criminales de actores armados o si los mismos familiares de los muertos los habían enterrado allí.  Miserable.
Como respuesta a la confirmación por parte de las autoridades sobre la verdad en la reclamación de las madres de Medellín, los seguidores del presidente de Colombia de esa época, quien viene siendo señalado desde hace muchos años de múltiples delitos y actualmente es juzgado por aquellos más veniales (soborno de testigos y fraude procesal), trataron de contrarrestar el efecto de las madres reclamantes cubriendo los murales pintados por ellas con el apoyo de la comunidad, pintando sobre los mismos una frase que representa todo lo contrario de lo que quisieron expresar: «si hay problemas llamen al cucho», ignorando que quien está en verdaderos problemas con todo el acervo probatorio en su contra  y a punto de irse a la cárcel es el «Cucho».
La forma ramplona y violenta de robarse las tierras impuesta por don Roberto Rico, el personaje de la novela: NO ME PONGA A NEGOCIAR CON LA VIUDA, es proporcional a la impuesta por el presidente de la cabellera naranja para arrebatarle las valiosas «tierras raras» a Ucrania (después de una guerra fallida financiada por el mismo país del norte y la deuda impagable por todos los pertrechos de guerra gastados), o para sugerir la construcción de una «bella» Riviera Francesa o Costa Azul con sus lujosos hoteles y lugares de esparcimiento para los más ricos, sobre los escombros sangrantes de Gaza sin importarle cuántos muertos queden en el camino.
La forma tenebrosa de don Roberto Rico de extender las cercas de sus propiedades, es muy similar al mecanismo empleado por los grupos paramilitares que expulsaron a centenares de campesinos colombianos según sus propias confesiones ante la JEP (Justicia Especial para la Paz), con la complicidad de un Estado permisivo que miraba para otro lado cuando se producían masacres y se accionaban las motosierras.  Sí, las mismas motosierras que exhibe orgulloso el déspota presidente Milei, y que la candidata Paola Holguín del Centro Democrático promete hacer accionar con el regreso de la extrema derecha a la presidencia de nuestro país.
Hoy el Cucho está cercado.  Con cada día de su juicio (el primero a un presidente en toda la historia de Colombia), las declaraciones de testigos en su contra, las contradicciones de los testigos a favor del Cucho y hasta las autoincriminaciones del propio imputado y de su abogánster, no dejan ninguna duda sobre las múltiples actuaciones dolosas en que ha incurrido.
Yo encuentro muchas similitudes en el comportamiento social de los tres individuos sobre los cuales he hecho referencia y por la maldad que encierran solo me atrevo a afirmar que entre don Roberto Rico, el presidente de la cabellera naranja y el Cucho: que entre el diablo y escoja.
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La tragedia suprema no es la opresión y la crueldad de los malos, sino el silencio que guardan los buenos al respecto.
Martin Luther King, Jr.
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«Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante.»
Ryszard Kapuscinski
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AÑADIDURA 1.  Es muy triste lo que está pasando en Palestina.  Y, peor, la indolencia del mundo que ha visto a través de las imágenes que llegan todos los días el horror del genocidio, sin que los más poderosos actúen para detener esta tragedia.
AÑADIDURA 2.  Es muy probable que el tiempo se agote antes de que alcance a ser condenado el Cucho, pero la sensación de su responsabilidad en múltiples hechos criminales es cada día mayor.  No es sino ver la calidad de personajes que declaran en su favor para hacerle el sumario.
AÑADIDURA 3.  Los interesados en adquirir mi novela: NO ME PONGA A NEGOCIAR CON LA VIUDA, pueden comunicarse conmigo a través de Messenger.

jorge Diego Hernández V.

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