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SaludSobre la religión y otros demonios

Sobre la religión y otros demonios

Por: Martha Rotavista

Hace siglos y hasta hoy muchas de las grandes disputas de la humanidad tenían como protagonista a Dios. En su nombre murieron (y aún mueren) miles, de miles en todo el globo terráqueo.  Aunque parezca increíble, desde las cruzadas hasta hoy la cosa no es que haya cambiado abismalmente.

Conozco gente ‘muy conservadora’, por llamarlo de alguna manera, que dice amar a Dios sobre todas las cosas, pero juzga a un gay peor que a un asesino en serie, condena a raja tabla el aborto sin escuchar la posición de la mujer, está en contra del feminismo y la igualdad de género (y lo descalifican con toda clase de ‘palabrotas’), considera pecado mortal no ir a misa alguna vez y reacciona de manera bastante violenta si alguien tiene un concepto diferente de su Dios

Sin embargo, del otro lado, conozco ‘ateos’ que obviamente no creen (y están en todo su derecho), pero que atacan cuando alguien manifiesta que tiene fe en algo que no ve, se ríe de una oración, un mensaje de aliento o un simple “Dios lo bendiga” o “Dios se lo pague”. No entiendo si tanto critican a la iglesia y sus seguidores, por qué se vuelven más inquisidores que ella misma.

“Borregos, estúpidos, ignorantes, anticuados” y cosas como esas son las que comúnmente salen de la boca o de las redes de los ‘defensores de la verdad y la ciencia’ como se hacen llamar muchas veces.

Personalmente creo que podemos hablar desde nuestra verdad, desde nuestras convicciones, pero no hay necesidad de ofender al otro, ni tampoco de querer imponer lo que pensamos burlándonos de lo que a bien consideran, su razón. Aclaro que no es no opinar, es no ofender.

A estas alturas de la vida, ninguna persona debería ser maltratada por ninguna iglesia por su condición y tampoco ninguna persona debería maltratar a otra por su fe.

No sé si han visto por casualidad noticias sobre Medio Oriente. En Siria, algunos católicos se refugian en las iglesias para evitar ser asesinados, allí hacen su Semana Santa escondidos, con mucho miedo, pero movidos solo por la esperanza en su Dios, podrían pasar años, incluso la situación podría empeorar, pero eso es lo que lo mantiene vivos en medio de toda la situación, esas ganas, esa fe, eso que algunos no conocen, pero de lo que otros están convencidos ¿Y qué hay de malo en eso?

Es claro que las religiones como instituciones han tenido muchas manchas a lo largo de los años, pero también han tenido historias de heroísmo que no pueden desconocerse.  No podemos echar a todos en el mismo costal, si así fuera desafortunadamente en el exterior nos tratarían a todos todavía como narcotraficantes y cuando no eres eso, pues…no es que guste mucho.

Aquí no se trata de defender tal o cual religión, pero no deberíamos hablar por hablar sin pensar un poco que toda moneda tiene dos caras y que si tanto nos la damos de respetuosos, deberíamos comenzar con el ejemplo, por nosotros mismos.

En general las religiones inventaron demonios para temerle a un más allá, a un infierno…Ahora nosotros hacemos de demonios y tiramos fuego y veneno al que opine lo que no queremos, no reconocemos nada bueno en lo que no compartimos y tampoco empatizamos con otro para saber qué es lo que le ve de bueno… ¡buena herencia nos dejaron!

1 COMENTARIO

  1. Marthica como siempre muy acertada tu crónica. Gran reflexión para todos en estos momentos donde debe reinar la unidad y la solidaridad.

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