Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadEl conocedor

El conocedor

Ese mismo que vive dentro de cada quien, que sabe mucho más que todo aquello que podríamos comprender, el que sabe la verdad el que conoce quién es quién. El conocedor, he de decirle, de sabiduría milenaria, de tradiciones ancestrales, el que sabe de magia y de cristales. Ese que conoce, vive dentro de mí, y por supuesto que sabe quién soy. No puedo engañarle,  conoce mis secretos más oscuros, los lugares más dulces; toda la miel y toda la hiel, lo que es suave y lo que no lo es, lo que tengo de bueno y lo de cruel. Y luego está el pensador, el que se alimenta de ideas incesantes y construcciones mentales, quien vive de rumiar entre los recuerdos y sus detalles o la imaginación de tiempos que aún no llegan, de futuros improbables.

Soy el conocedor y soy el que piensa, el que tiene una idea y quien le da mil vueltas, el mismo sobre el que gira la rueda. No soy dos personas, soy todo presencia, y ausencia de conocimiento cuando la mente a mi alma releva. Me hago constantemente la pregunta que se supone es toda una quimera… ¿cuál es el sentido de mi existencia? Trato de responderla con lo que he leído en libros, con lo que aprendí en la escuela, pero tener argumentos para esto viene mucho más allá de lo que se enseña. Quizá no tengo todo el conocimiento que supone darle una respuesta, y entonces me detengo a ver quién tomó la vocería, el conocedor o el que piensa. El conocedor ha de saber responderla, todo lo sabe, porque lo siente, no porque lo crea; pero me gusta más escuchar la voz de aquel que sin saberlo, lo intenta. Por intentarlo divaga y por divagar, me retarda; mientras uno es un caballero, al otro le encanta tomarse la palabra.

El pensador es aquel que cuenta, quien castiga y emite juicios sin vergüenza; le queda fácil señalar, determinar el castigo y la pena. Llevar al acusado a la muerte o buscar en cambio, a quien descargarle toda su pena. El conocedor en cambio, es más justo, no le atribuye  a nadie cargas ajenas, cada quien sufre únicamente por sus propias penas.

Si soy todos dos, el conocedor y el que piensa, para qué necesito de la mente, que todo lo maquina, que todo lo enreda. En ella no está la sabiduría, se halla allí más bien toda la fuente de miseria, pues nos creemos lo que no somos, y aceptar lo que sí somos, nos cuesta. El que piensa intenta definir  a su compañero, con un prototipo, con una forma que no es del todo cierta, y el otro no necesita definición, es atemporal, no tiene forma ni presencia. Cuando haya ansiedad en tu vida, es porque le has dado la dirección a la fuerza incorrecta, la mente solo te sirve para distraerte mientras intentas permanecer anclado  a la tierra.

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1 COMENTARIO

  1. Hola Maritza, he llegado a ti a través de tu columna en El Diario, y me vine siguiendo las huellas de tus pasos hasta El Opinadero, me gusta el camino que haces y veo coincidencia con el mío, al menos en este trayecto que estoy caminando ahora, un abrazo desde Córdobas en España donde vivo hace 6 años, porque vengo y soy de Pereira!

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