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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadHombres fuertes: dictadores y caudillos.

Hombres fuertes: dictadores y caudillos.

Viendo cómo los grandes medios de comunicación, voceros de los grandes capitales desinforman y manipulan a la opinión pública, recuerdo la época de la independencia y de las guerras civiles, época de caudillos sectarios y soberbios defendiendo sus intereses.

“¿Qué es el caudillo?  Caudillo del latín “capitellium” que significa pequeña cabeza o cabecilla, es un término utilizado para referirse al hombre que tiene poder e influencia sobre un grupo importante de personas, encabezando un grupo ya sea político, militar o ideológico” (www.diarioconstitucional.cl).

“Caudillismo es un fenómeno social surgido durante el siglo XIX en Hispanoamérica, consistente en la aparición en cada país de líderes carismáticos cuya forma de acceder al poder y llevar el gobierno estaba basado en el endiosamiento de su persona al hacer creer a sectores importantes de la población que el caudillo podía llegar a solucionar todos los problemas existentes” (enciclopedia financiera).

“El caudillismo fue un fenómeno político ocurrido en América Latina en el siglo XIX después de las guerras independentistas, que dejaron un vacío de poder y debilidad institucional que fue aprovechada por caudillos, líderes militares de estilo personalista y autoritario que se dedicaron a la política después de tomar el poder por la fuerza” (es.m.wikipedia.org).

“¿Qué es un caudillo según la RAE? m. jefe absoluto de un ejército”.

“¿Qué significa el nombre de caudillo? Jefe, líder, adalid” (die.rae.es)”.

En Colombia uno de los caudillos más reconocidos es el general Tomás Cipriano de Mosquera (Foto 1): “ocupa la primera magistratura en varias ocasiones: de 1845 a 1849, 1861 a 1863, 1863 a 1864. 1886 a 1887. En esta última es derrocado por un grupo de civiles respaldados por el estamento militar adverso a Mosquera. En la madrugada del 23 de mayo de 1867, los opositores se presentan en la habitación presidencial del general caucano, en el Palacio de San Carlos rememorando la conspiración septembrina de 1828” (Crisis presidenciales colombianas. Renuncias y derrocamientos, Lecturas Dominicales “El Tiempo” marzo 17 de 1996, páginas 6,7,8 de autoría de Ignacio Arizmendi Posada). Apresado es juzgado por el Congreso que lo destituye de la investidura presidencial cuyo periodo vencía en marzo de 1868.

Tomás Cipriano de Mosquera, foto cortesía Google

En 1856 un grupo de descontentos liberales y conservadores lanzó la candidatura de Mosquera, para oponerse a las de Marino Ospina Rodríguez y la de Manuel Murillo Toro, a los que amenazó de tumbar del poder en caso que le ganaran la elección; cuando Ospina ganó, Mosquera se dio mañas para reconciliarse con Obando, el más prestigioso caudillo liberal de aquellos días. “El 8 de mayo de 1860 Mosquera rompió relaciones con el gobierno central y se declaró Supremo Director de la Guerra y presidente provisional. Con el ánimo de invadir a Antioquia marchó sobre Manizales, en donde trabó combates con los jefes legitimistas Joaquín Posada y Braulio Henao, el 28 de agosto de 1860”, “Llegó a la victoria con la toma de Bogotá el 18 de julio de 1861, en la única revolución general que ha triunfado en Colombia por la fuerza de las armas” (Diccionario de la historia de Colombia, Horacio Gómez A, Círculo de lectores S.A. Bogotá 1985, página 180).

Otro caudillo famoso es José María Obando (Foto 2), quien toma el poder en 1853 sucediendo a su paisano, copartidario y colega de armas José Hilario López; en la capital del país hay inconformidad de los artesanos, el partido liberal está dividido entre partidarios y opositores al mandatario, y el Congreso está en manos de sus enemigos; nombra a José María Melo jefe militar de Cundinamarca, aprovechando la turbulencia política, Melo se presenta en palacio la madrugada del 17 de mayo de 1854: “Le ofrece respaldarlo si se erige en dictador. El mandatario se niega: Melo lo desplaza del poder. Obando luego es juzgado por el Congreso, que sesiona de emergencia en Ibagué. Lo acusa de ser cómplice de Melo en el golpe y lo destituye formalmente de la presidencia. Igual suerte que la corrida por su lejano pariente Tomás Cipriano de Mosquera.  José María Melo, como se indicó antes, llega al poder ejecutivo por golpe contra Obando. La reacción de las fuerzas legítimas no se hace esperar. El designado, general Tomás Herrera, se declara en ejercicio del mando constitucional pocos días después, en Chocontá, Por su parte, los generales Tomás Cipriano de Mosquera, José Hilario López, Pedro Alcántara Herrán y otros comandan la guerra contra Melo. El objetivo militar es llegar a la capital. Así lo hacen los ejércitos legitimistas en fieros combates, casa por casa. El usurpador presenta bandera blanca y se rinde el 4 de diciembre de 1854. Detenido y condenado a prisión, luego es indultado y se va fuera del país” (Crisis presidenciales colombianas. Renuncias y derrocamientos, Lecturas Dominicales “El Tiempo” marzo 17 de 1996, páginas 6,7,8 de autoría de Ignacio Arizmendi Posada).

José María Obando, foto cortesía Google

Aunque no fue un caudillo en el sentido estricto de la palabra debo incluir en esta reseña a Rafael Núñez, cartagenero y fallecido en su ciudad, célebre por sus volteretas políticas como Cualquier Roy Barreras: “fue un abogado, periodista, escritor, político y militar colombiano. Presidente de Colombia en cuatro periodos entre 1880 y 1882, entre 1884 y 1886, entre 1887 y 1888 y finalmente entre 1892 y 1894. Fue primero miembro del partido liberal colombiano y luego líder del Partido Nacional, una coalición bipartidista. Núñez fue a nombre propio presidente del país en 3 ocasiones, y fue clave para el ascenso político de figuras como Miguel Antonio caro, Carlos Holguín, Eliseo Payan, Francisco Javier Zaldúa, entre otros importantes personajes. También fue clave para el regreso de los conservadores al poder, en lo que se conoce como la hegemonía conservadora” (es.m.wikipedia.org).

Por su frágil salud gobernó poco, dejando a un encargado; es el político que más victorias electorales ha logrado en Colombia. Lideró el movimiento de conservatización del país, llamado la Regeneración, dando fin a la época del liberalismo radical cuando el país tomó el nombre de Estados Unidos de Colombia y tuvo régimen federal, redactó junto con Caro la constitución de 1886 y es autor de la letra del Himno Nacional.

Lo malo del caudillismo, es que termina siendo excluyente y sectario “La historia bicentenaria de América Latina está repleta de caudillos. Desde el rio Bravo en el norte de México hasta la Patagonia en el extremo sur de Argentina, por razones de seguridad frente a la a anarquía, para salvaguardar intereses privados, en alianza con Estados Unidos contra el comunismo o por legítimo mesianismo esotérico o religioso, nunca han faltado los gobernantes extremos. Reconocidos como “restauradores” o “verdaderos demócratas”, con vigor o laboriosidad sin parangón, todos tuvieron comienzos aplaudidos, pero aferrados al poder se convirtieron en tiranos” (Un gen oculto en América Latina. Delirio y abuso de los caudillos, “El espectador” 2010, página 28), son ilegibles el día y el mes de este artículo.

Algunos de los más famosos caudillos de este artículo son:

– El mexicano Antonio López de Santa Ana, llegado a la presidencia por primera vez a sus 39 años en abril de 1833, fue presidente 11 veces más, cambiando de partido sin sonrojarse; perdió con Estados Unidos los territorios de Texas, Nuevo México, California, Colorado, Arizona y Nevada, se salvó de ser fusilado, se casó con una jovencita, terminó exiliado en Turbaco (Colombia) y regresó octogenario y desconocido a su país.

– José Gaspar Rodríguez de Francia, que asumió como dictador supremo en Paraguay en 1813, “Impuso una de las primeras versiones del estado policiaco de la historia” (Un gen oculto en América Latina. Delirio y abuso de los caudillos, “El Espectador” 2010, página 28), vivió inmerso en el ocultismo, ignoró al poder judicial, durante 25 años prohibió los periódicos.

Un siglo después, durante 35 años, entre 1954 y 1989 en el mismo Paraguay el general Alfredo Stroessner  (Foto3), hizo a su manera lo mismo, se mantuvo en el poder por elecciones fraudulentas y un régimen de terror que dejó mas de 32.000 desaparecidos: “El Stroessner público, encubridor de oficiales nazis -como el caso de Joseph Mengele-, el mejor aliado de E.U. en el cono sur en la guerra fría y uno de los coautores y ejecutores del Plan Cóndor -para acabar con os opositores chilenos, argentinos, uruguayos, brasileños y paraguayos en los años 70-, era la consecuencia directa de más de un siglo político en Paraguay infectado por dictaduras de todo orden y cortos gobiernos dudosamente constitucionales”. “Íntimo amigo y aliado de Juan Domingo Perón- a quien recibió en Asunción tras su derrocamiento en Argentina en 1955-, Stroessner era el espejo en que mejor se miraba Augusto Pinochet, y el “protector” de su par nicaragüense Anastasio “Tachito” Somoza en 1979, asesinado un año después en Asunción” (Stroessner: fin impune de un dictador, José Vales, “El Tiempo” jueves 17 de agosto de 2006, página 1-7).

Alfredo Strosner, Paraguay

Siempre he pensado, que vamos repitiendo los desarrollos políticos del cono sur del continente, allí hubo sangrientas dictaduras de derechas que dieron paso a gobiernos democráticos de izquierda. ¿Tendremos qué repetir la historia de Chile y Argentina?  ¿O con las atrocidades de los dos oscuros gobiernos de Uribe, pasamos la página? ¿Habrá que reconfigurar violentamente al país con una dictadura de derecha?

Al parecer, al menos la mitad de la población colombiana, añora a los gobernantes al estilo de las guerras civiles, terratenientes que obligaban a sus campesinos a luchar contra los gobiernos de turno, que implantaban disciplina para perros, mano fuerte y el abuso contra los débiles.

Los mandatarios del país en los últimos años, han querido (y en buena parte, Uribe lo logró) gobernar como caudillos.

 

2 COMENTARIOS

  1. Hola Danilo. No había sacado tiempo para leer tus artículos. Estaba de visita en España y Alemania.
    Hoy leo sobre el caudillismo, la retrospectiva histórica que narras.

    • Hola querido amigo mil felicitaciones por su viaje ¡Qué envidia! Eso de los caudillos es como el culto a la personalidad (que según los marxistas no se podía dar), según ellos no hay grandes hombres, sino las circunstancias propicias para los cambios sociales,es decir condiciones objetivas, y en ese contexto alguien lideraba los cambios,curiosamente en China, Rusia y otros países marxistas adoraron a Lenín, Mao, Pol Pot. Mil saludos y bendiciones.

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