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ActualidadINTELIGENCIA ARTIFICIAL Y COMPUTACIÓN CUÁNTICA: EL REINICIO O EL FINAL

INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y COMPUTACIÓN CUÁNTICA: EL REINICIO O EL FINAL

Por Harold Salazar A

Harari en su último libro Nexus presenta un panorama sombrío para la humanidad, diagnóstico basado en los desarrollos actuales de las redes de información no humanas (RINH), panorama que se puede ensombrecer aún más si lo conectamos con la Supremacía cuántica, obra del científico Michio Kaku y los asombrosos alcances que puede desarrollar un computador con estructura atómica.

La historia de la civilización humana renacerá de nuevo o colapsará dependiendo de las regulaciones que desde hoy mismo se deben estar planeando para que el futuro cercano no sea una noticia trágica. Los tiempos de la civilización se pueden perder como también nuestros recuerdos de infancia: los juegos traviesos, las caminatas por los bosques lluviosos, los paseos matutinos, las miradas de enamorados, la efervescencia de la adolescencia, los cantos alegres de una linda melodía, la comida con buena sazón, el olor de una taza de chocolate, el sonido de un concierto, la nostalgia de una tarde lluviosa, los pasos por las calles empedradas de un pueblo somnoliento y colorido, el canto del pájaro mañanero, es decir, la pérdida de un pasado y un presente a los que no supimos darle futuro.

En Nexus, una breve historia de las redes de información desde la Edad de Piedra hasta la IA, Harari, aborda la hiperconexión de nuestra era y el poder de los algoritmos y las RINH, profetizando el desarrollo de una inteligencia artificial (IA) todopoderosa que si llegara a caer bajo el control de dictadores, gobernantes populistas o multinacionales como Google, Amazon, Facebook —en el orden tecnológico y quienes ya están trabajando en la construcción de computadores cuánticos—, lograría otorgarles un control prácticamente absoluto sobre la humanidad.

Nexus puede leerse como la historia de las redes de información y su impacto en el desarrollo de la civilización.  Una narrativa que recorre los últimos 100.000 años, tiempo que le ha permitido a los sapiens acumular una enorme cantidad de información y con ello un amplio poder. “Pero, a pesar de todos los descubrimientos, inventos y conquistas, ahora nos enfrentamos a una crisis existencial: el mundo está al borde del colapso ecológico, abunda la desinformación y nos precipitamos hacia la era de la I.A.”.

Las redes de información humanas (RIH) según Harari, son las que han permitido brindar gran poder a los individuos, pero cuando esta información es errónea, lo que se está haciendo es sembrar falsas realidades lo que a su vez tiene delicados impactos sobre la sociedad humana.  Cuando las RIH son construidas con falsedades, engaños, mentiras y con propósitos oscuros, por ejemplo, la Biblia, la caza de brujas a principios de la Edad Moderna; el estalinismo y el nazismo, hasta el resurgimiento del populismo en nuestros días, impactan el devenir de la civilización, causando efectos negativos y catastróficos para la sociedad y la vida misma. Se nos ofrece un contexto complejo de asimilar, lo que genera un debate por la relación entre la realidad objetiva y la información, entre poder, sabiduría, mitología y política. En realidad, estas RIH permiten crear la cooperación humana mediante la conexión entre miles de sapiens, pero cuando esta conexión se basa en datos falsos, en relatos ficticios, las consecuencias negativas son a gran escala.

La biblia es la acumulación de muchos relatos de personas de épocas diferentes, sin ninguna convalidación, cada grupo la interpreta, le anexa más texto, censura partes, produce su propia copia, y de esta forma aparecen miles de versiones con relatos distintos, por lo que su objetividad es seriamente cuestionada, por interpretaciones que han conllevado a numerosas guerras y muertes. La cacería de brujas recoge elementos del período 1420 y 1430, basada en relatos ficticios de la biblia, del folclore regional de los Alpes, del legado grecorromano, que se amalgaman gracias al inquisidor Heinrich Kramer, quien acompañado de una tenaz misoginia logra convencer a la iglesia cristiana y así su relato se convierte en una red basada en principios falsos con las consecuencias que se conocen en detalle.

Yuval, analiza cómo las RIH., también han servido para establecer estados dictatoriales como el nazismo, el estalinismo, diferentes sociedades y sistemas políticos que han utilizado la información para lograr sus objetivos e imponer el orden —“su orden”—, como sucede en la actualidad con distintos autócratas y populistas.

Hemos pasado de las redes humanas a las redes no humanas, basadas en algoritmos a los que se denomina inteligencia artificial (IA), la cual ha logrado un desarrollo que le permite tomar sus propias decisiones, lo que a su vez incide en los seres humanos. “El hombre corre el riesgo de volverse esclavo de su propia obra” dice el Vaticano sobre la IA., y lamenta que la comunicación hoy en día “despierte miedo y desesperación, prejuicios y rencor, fanatismo e incluso odio”. Desde otra perspectiva, la UNICEF advierte: “Sin duda la juventud es la mayor impulsora de la conectividad a nivel mundial. Un 79 % de los jóvenes de entre 15 y 24 años tenían conexión a internet en 2023, en comparación con el 65% del resto de la población mundial…Los niños también pasan más tiempo en línea que nunca. De hecho, están llegando a edades cada vez más tempranas. ¡En todo el mundo, un niño se conecta a internet por primera vez cada medio segundo!”. Un caldo de cultivo no bien sazonado que genera delicados riesgos para las nuevas generaciones. La IA., ha permitido mayor participación en los diferentes debates globales, ha sido de gran ayuda en campos como la salud, la economía, la agricultura, el transporte, entre otras, son el centro de desarrollo tecnológico a escala mundial y permiten encontrar respuestas a problemáticas de diferentes disciplinas del saber de manera mucho más eficiente.

Los actuales computadores por muy potentes que sean tienen límites para encontrar respuestas en temas como: la biología molecular, la edición genética para hallar soluciones como la curación del cáncer, generar fotosíntesis sintéticas de tal forma que se logre combinar el hidrógeno con el CO2 y generar combustible limpio, resolver el problema de ensayo y error para la producción de fármacos, lo que conlleva muchas décadas de investigación y costos, entre otros. La computación cuántica puede resolver estos temas en poco tiempo, determinar de forma más ágil el asunto de las vacunas, sin recurrir a “engorrosos, largos y costosos ensayos”, o descifrar el sistema inmunitario. Sycamore, el computador cuántico de Google podría resolver en “…doscientos segundos un problema matemático que llevaría diez mil años en el superordenador más rápido del mundo” (Michio Kaku)

Los computadores cuánticos están soportados en la física cuántica bajo estructuras sostenidas en la superposición, entrelazamiento, decoherencia, diferentes a los computadores digitales de la actualidad que están basados en dos estados posibles, 0 y 1, existencia o no del electrón en el circuito. Pero en la física cuántica, por ejemplo, un electrón puede estar en alguno de todos los estados posibles lo que aumenta potencialmente la capacidad de cálculo de un computador. La diferencia de cálculo de un computador actual frente a uno cuántico es abismal. Un solo computador cuántico podrá realizar cálculos más específicos mucho más rápido que todos los computadores clásicos de la actualidad. Esto tiene implicaciones muy desconcertantes para la humanidad.

“Todas las invenciones humanas anteriores han servido para potenciar a los seres humanos, puesto que, independientemente de cuán poderosa fuera la nueva herramienta, las decisiones sobre su uso siempre han quedado en nuestras manos. Las bombas nucleares no deciden por sí solas a quién matar, ni pueden mejorarse o inventar por sí mismas bombas aún más potentes Por lo que concluye con que, si el ser humano no se aniquila tras este avance a sí mismo, probablemente surgirán imperios digitales que acabarán con nuestra privacidad para siempre” (Harari).

La realidad es que tanto la IA., como los computadores cuánticos representan un gran apoyo para el desarrollo de la ciencia, para la sociedad y la civilización, es la entrada a una nueva etapa de la humanidad que con seguridad resolverán problemas de fondo en campos como la salud, la economía, producción de alimentos o fármacos, la esperanza de vida, entre otros.  El escenario pesimista está en que en la actualidad son los monopolios privados quienes con el apoyo de dineros públicos están liderando el desarrollo de estas herramientas tecnológicas: Google, Amazon, Microsoft Azure, con el propósito de incrementar sus cuentas bancarias. Lo que debe plantearse en el mundo es que tanto la Internet, la IA., la computación cuántica son bien común y tal como concluyó la Cumbre de acción sobre IA., realizada en París, estas herramientas deben ser declaradas abiertas, inclusivas, sostenibles y además democráticas y servir de apoyo al mercado laboral y a la seguridad y no para incrementar el abultado bolsillo de las multinacionales, que nada bueno pueden aportar por sus desaforados apetitos financieros, antes que cualquier otra consideración humanística y social.

Harold Salazar A

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