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Ciencia y Tecnología“La mente de Dios”

“La mente de Dios”

Por Francisco Arias Escudero, padre Pacho

Cuando leemos a grandes cosmólogos y astrofísicos como Stephan Hawking, S. Weinberg, M. Rees y B. Swimme, entre otros, nos damos cuenta de que están siempre dando vueltas a tres grandes cuestiones: ¿cuáles fueron las condiciones iniciales del universo, que le han permitido llegar hasta aquí? ¿Hay vida en otros planetas? ¿Es posible una «Teoría del Todo», que explique en una fórmula sencilla todo lo que existe, ¿y permita captar la mente de Dios?

Hoy la ciencia quiere cuestionar toda religión que en su doctrina tenga como principio, un acto creador del universo, argumentando que lo único cierto es que somos polvo y en polvo nos convertiremos.

La famosa sonda WMAP lanzada en 2001, que escaneó todo el universo visible, permitió la siguiente constatación: sólo el 4% del universo es visible, y, por eso, cognoscible. El 96% es de una oscuridad total, e invisible. De ese 96%, el 23% es materia oscura, cuya gravedad tendría la función de impedir que las galaxias escapen una de otra, y el otro 73% es de energía oscura, que aceleraría la expansión del universo. Se sabe también que, en los primerísimos momentos siguientes a la gran explosión, ocurrió un choque formidable entre materia y antimateria. Casi se aniquilaron una a otra, quedando apenas una pequeñísima sobra de protones del orden de 1,000.000.001 del cual se originó el actual universo. Originalmente había un 75% de hidrógeno y un 25% de helio; el resto se formó dentro de las grandes estrellas rojas.

El astrofísico Steven Weinberg calculó lo que habría ocurrido en los tres primeros minutos y sus consecuencias hasta los días de hoy. Dice: «si fuese demasiado ligera, la masa se habría expandido excesivamente y no habría condensación suficiente para formar las estrellas y con ello permitir la vida. Si fuese demasiado densa, el universo se retiraría en sucesivas explosiones y los cuerpos no podrían surgir».

Si las energías nucleares hubiesen sido demasiado débiles, no habrían ocasionado la formación de los elementos pesados como el carbono, el oxígeno y otros, necesarios para la formación de la vida. El universo estaría compuesto sólo de hidrógeno.

Si estas energías hubiesen sido demasiado fuertes, habría sólo átomos pesados, y no habría hidrógeno para alimentar las estrellas.

Si la fuerza gravitacional fuese un poco más fuerte, las estrellas habrían consumido rápidamente su energía nuclear interna, habrían tenido una vida más corta, no habrían formado dentro de ellas los elementos pesados, y la vida sería imposible. ¿Qué concluimos de todo esto? Que el universo combinó refinadísimamente todos estos factores para que pudiese surgir la vida y los seres inteligentes.

En 1963 Francis Crick recibió el Premio Nobel de medicina por su descubrimiento de la composición química del DNA, el software químico que contiene la inteligencia necesaria para guiar, crear, y operar las formas vivas. Si aceptamos el concepto de que hay un sistema de información dentro de nuestras células, ¿por qué es tan difícil de aceptar que haya un sistema de información dentro de la naturaleza, en la misma materia?

Esto no es un intento de crear una ecuación uniendo lo divino con lo humano. Hay una diferencia entre lo divino y lo humano. Pero no tiene que haber una diferencia entre energía física y poder espiritual. Materia y espíritu son diferentes palabras que expresan diferentes aspectos de la misma realidad, una realidad que es dócil a un escrutinio científico. Cada descubrimiento científico nos da una mejor comprensión de como Dios creó al hombre del limo de la tierra.

La Humanidad y el mundo no están hechos de una colección de cosas e individuos aislados, sino de una integrada red de actividad que está interconectada e interdependiente remodelándose constantemente, siempre adaptándose a las circunstancias cambiantes y siempre moviéndose hacia adelante en la dirección de más alta complejidad. Por más que muchos científicos se consideren agnósticos y quieran evitar alguna teología (algún fin, algún propósito), no pueden escapar de esta lógica de las cosas.

El día que científicos y teólogos encontremos una respuesta a esta pregunta de por qué, el universo y nosotros, existimos, llegaríamos al triunfo último de la razón humana, porque entonces conoceríamos la mente de Dios».

Padre Pacho  

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5 COMENTARIOS

  1. A propósito de tener la mente de Dios, la vez que lo leí – 1Co. 2:16 – no lo pude creer, pues «tener la mente de Cristo es un gran privilegio, pero es también una grave responsabilidad, por cuanto el pecado que todavía reside (aunque no reine) en nosotros, se opone a la mentalidad de Cristo que es la del Espíritu de Dios» (Matthew Henry).
    Por otro lado no sobra recordar lo que dice DEUTERONOMIO 29:28 – Las cosas ocultas son para el Señor, nuestro Dios… -.

  2. Como nos hace de falta, ser portadores de La Palabra de Dios, en acciones, en obras, en el aquí y el ahora.
    Reconocer en mis padres, hijos, amigos, vecinos y demás projimos la presencia de Dios viva., para así no permitir distanciamientos con ellos, para hacer misericordia con ellos, para escucharlos, para llamarlos , para buscarlos .
    Cuantos Padrenuestros , hacen y no tienen sabor a Dios, en acciones, para unir la familia.

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