Sinvergüenzadas

Por JAVIER CASTAÑO MEJÍA

Hace un buen rato que decidí no volver a escribir una columna. Razones personales. Pero cuando algo toca las fibras y las querencias no podemos quedarnos de brazos cruzados. La arrogante, matrera, descortés, torpe y además insulsa acción impetrada, no por el Gea, organización de la cual nos sentimos orgullosos los paisas, sino por esquirol a su servicio, quien quizás actuó sin la autorización o beneplácito del grupo, hace que todos los pereiranos salgamos a protestar y actuar contra el esperpento. Desconoce, el esquirol, quizás por la juventud o por falta de conocimiento de la historia, que Juan Guillermo Ángel ha sido durante toda su vida, adalid de las causas cívicas y defensor gratuito de nuestra región y Colombia. Estuvimos en la primera línea cuando, por murmullo escondido de un «pajarito», fue atacado a muerte nada más ni nada menos que por el expresidente Carlos Lleras Restrepo. Había tocado a la Federación Nacional de Cafeteros.  Lo de ahora, papirotazo mezquino, va a lograr que una ciudadanía tolerante se enardezca y se aglutine alrededor de la causa que hoy la mueve: Autopistas del Café. Va siendo hora que las cifras se revisen. Con lo recaudado hasta ahora, deberíamos tener mucho más que esa infraestructura que nos sirve. Ya es hora que se constituya un frente cívico, conformado por personas » al recio empuje de los titanes» y no por gremios acojonados, atornillados y desgastados por la endogamia que profesan sin pudor ni recato. Pereira es más que eso. Los pereiranos somos mucho más que eso. Es hora de sacar la casta. O, de lo contrario, las futuras generaciones serán sólo un remedo de hombres libres y luchadores.

Es hora que esa muchachada que hoy lidera empresas y sector público se toquen. No más complacencias y » deje así». No defender a los veteranos que han demostrado valor y sentido de pertenencia por la tierra, es como dejar abandonados a sus padres y abuelos en las calles de la miseria.

Adjudicada en la agonía del gobierno del elefante, 1998, la concesión obtiene una tasa de retorno alrededor del 14 por ciento cuando las demás de primera generación están en el 10. Y aún así no se les ocurre invertir para mantener el corredor más importante de Colombia. Pero si les alcanza para acallar las voces que protestan contra el atropello. Vaya sinvergüenzada!

*Ingeniero electricista