Por: Hugo Ocampo Villegas
Alberto Duque Duque hizo del deporte su forma de vida con un propósito de servicio a la comunidad sin buscar contraprestación alguna. La ciudad y el departamento a los que sirvió tendrán que recordarlo por su invaluable aporte como docente, entrenador, dirigente y periodista deportivo.
Desde joven, como deportista formado en el atletismo cuando aún Pereira hacía parte de Caldas, en cuya representación compitió en campeonatos nacionales, mostró su pasión por esta actividad y su indeclinable espíritu de servir con carácter cívico.
Se destacó por ser un hombre íntegro y comprometido en todas las causas que defendió y las tareas que asumió en sus diferentes facetas a lo largo de su existencia. De temperamento fuerte, pero noble en medio de sus rabietas. Trabajador incansable, apenas terminaba algo ya estaba ocupado en otra labor.
La docencia fue el primer paso dado para empezar a perfilar su largo peregrinar por el deporte luego que se decidiera por dejar las pistas atléticas y el baloncesto lo transformase en entrenador. Fue el profesor de educación física en el Liceo Pereira, en donde llegó a ejercer el cargo de vicerrector.
Como instructor su trayectoria la ejerció en los deportes del atletismo y el baloncesto, pero primordialmente en este último en el que dejó una huella significativa que también le dio una identidad propia en el campo de la dirigencia deportiva. En esta labor ejerció cargos directivos en las ligas de atletismo, de boxeo y de baloncesto de Risaralda, siendo presidente de esta última.
En la madurez de su vida se desempeñó en el ejercicio del periodismo, en su condición de comentarista en medios radiales de la ciudad, inicialmente en el baloncesto y luego en el boxeo y fútbol. Pero sus conocimientos le dieron autoridad para hablar de las más practicadas disciplinas deportivas en el departamento. Su voz se escuchó en Ecos de Risaralda, Todelar y RCN.
El resto de su existencia lo dedicó a este oficio, resaltando su espíritu gremial como presidente que fue por 15 años del Círculo de Periodistas y Comunicadores Deportivos –ACORD RISARALDA-, siendo además miembro de la asociación nacional ACORD Colombia, entidad que le reconoció en homenaje póstumo su férreo carácter de gremialista activo y luchador por los derechos del periodista deportivo. Fue alma y nervio de la creación de los Juegos Deportivos de Acord para los periodistas afiliados a la entidad en todo el país.
Desempeñó con toda su eficiencia organizativa el manejo de salas de prensa de múltiples eventos entre los cuales se destacan el Campeonato Suramericano juvenil de baloncesto de 1984, el Campeonato Suramericano juvenil de fútbol de 1987 y fue Jefe de Prensa de los Juegos Nacionales de 1988 en la sede de Pereira y de los Juegos Internacionales del Pacífico 1995 en nuestra ciudad. Fue periodista de la Delegación de Risaralda en los Juegos Nacionales de los años 1992, 1996 y 2.000.
Con todo mérito Acord Risaralda le entregó el Premio Toda una Vida en el Deporte. Su paso por todas esas esferas de la actividad deportiva obliga a un imperecedero reconocimiento. Quienes estuvimos a su lado y compartimos responsabilidades con él en la organización de los eventos propios de nuestra entidad así como de los innumerables certámenes nacionales e internacionales le reconocemos su espíritu indomable e inclaudicable.
Fue Alberto quien, sumando a lo hecho por sus predecesores en la presidencia, consolidó el posicionamiento deportivo de nuestra asociación de periodistas, reconocida a través de su gestión en la convocatoria a comités permanentes para decidir sobre el rumbo del deporte risaraldense así como a través de la representación en los comités organizadores de los grandes citas que tuvo la ciudad.
Con su liderazgo Acord Risaralda fue ganando el espacio que hoy tiene y le es reconocido en la vida institucional del departamento y su capital. Su voz siempre se escuchó, con acentuado tono crítico que sin embargo no escatimó el elogio cuando se hacía merecedor.
Paz en su tumba