Por Francisco Arias Escudero, PADRE PACHO
Cuando la inteligencia humana empieza a comprender los fenómenos cósmicos, y en ellos empieza a descifrar sus códigos en formulaciones matemáticas, se da cuenta que las leyes del universo, no entran en la lógica del azar o la casualidad. Albert Einstein ya lo expresaba cuando afirmaba que, lo más incomprensible del mundo, es que sea comprensible, por lo que el desarrollo del universo no puede ser desvinculado de una directriz inteligente.
Esa inteligencia mayor, que tiene un papel integrador, abarca desde el macrocosmos hasta el microcosmos, el ser humano y su sistema inmune están allí integrados, en esos códigos que recibimos, de nuestros antepasados y en nuestro proceso de gestación. Cuando nos amamantan, recibimos esa donación de anticuerpos y de microbiotas que nos protegen durante los primeros meses de vida, mientras nuestro propio sistema inmune sigue madurando, y será el responsable de mantenerlos realmente sanos.
El ser humano ha desarrollado básicamente dos medicinas una convencional o alopática, que actúa básicamente sobre el cuerpo físico, por medio de la medicación o la cirugía; y la medicina oriental, orientada más en lo holístico, centrada en una interrelación armónica y sincrónica, fundamentada en a energía y muy asociada con las glándulas endocrinas, y sus centros energéticos asociados con las gandulas suprarrenales, digestivas, pineal y plexo solar.
Esta medicina oriental, habla de unos movimientos que están presentes en cada partícula del universo, un modelo holístico que pretende explicar la realidad desde la perspectiva de la globalidad, la integración de las partes que es más que la simple suma de las mismas. El ser humano es un ser integrado por elementos que interactúan entre sí de forma sistémica. Desde esta perspectiva se destaca la salud del ser humano desde una figura holística, el estar sano no es ausencia de enfermedad sino, el equilibrio que se logra en el buen funcionamiento de las diferentes dimensiones de la persona, como lo son lo físico, lo mental, lo social, emocional y lo espiritual. La manera como interactúan estos elementos o dimensiones, son las que determinan el estado de salud individual o colectivo.
Es claro que existen algunos factores determinantes para perder esa armonía y equilibrio, para una subsistencia saludable. Encontramos factores biológicos, relacionadas con la carga genética, que posibilitan el desarrollo de algunas patologías; factores mentales como experiencias personales, situaciones emocionales, elevados niveles de estrés; factores medioambientales: contaminantes ambientales, los huecos en la capa de ozono, cambios climáticos, concentración de partículas como metales pesados, hidrocarburos; factores biológicos como: virus y bacterias; factores culturales y sociales: como el tipo de alimentación y las diferentes adicciones.
Lo que realmente nos mantiene sanos, respetando tanto la medicina alopática como la medicina alternativa o integral, es nuestro sistema inmune, que fue el que nos trajo hasta aquí en este proceso evolutivo. Si tengo un sistema inmune fuerte debilito a cualquier microorganismo. Tenemos diez veces más células bacterianas y cien veces más, virus y células propias, somos microorganismos más que humanos; es ridículo querer esterilizar todo, o ponerse un trapo sucio en la boca, ¿alguien sabe si ese tapa bocas o barbijo esta estéril, antes de colocarlo? ¿Cuántos organismos pueden existir en ese, tapa bocas y cuantos se van a reproducir? ¿son esos los microrganismos que necesitamos para nuestra, microbiota? Nosotros necesitamos microorganismos de otras personas, cuando abrazamos o besamos se comparten microorganismos necesarios para fortalecer nuestro sistema inmune.
Una Bioquímica con Magister en Inmunología y Neurociencia afirma como ya desde el laboratorio, se sabe cómo quitarles virulencia a los microorganismos, y eso se logra por pasajes sucesivos, de un individuo susceptible a enfermarse hacia otro, que es menos susceptible a enfermarse. Y así sucesivamente hasta que, del último individuo, podemos obtener ese microorganismo sin ningún tipo de virulencia, es el procedimiento que se utilizaba en las antiguas vacunas para atenuar microorganismos.
La OMG está continuamente cambiando definiciones, en el 2020 cambió por ejemplo la definición de “Inmunidad colectiva”, diciendo que este tipo de inmunidad se obtiene solamente a partir de vacunas que venden sus financistas, si esto fuera cierto ¿no hubiera desaparecido la raza humana, antes de la aparición de las vacunas? ¿no hubiéramos desaparecido de la faz de la tierra por alguna epidemia o alguna pandemia, que están registradas en todos los libros históricos? Por qué se miente, ¿por dinero? No solamente el miedo deteriora tu sistema inmune, todas y cada una de las medidas adoptadas, también lo hacen.
Padre Pacho
Excelente Padre Pacho