Por JAIME BEDOYA MEDINA.
*Carlos Fernando Galán, ofreció su mea culpa por la indiferencia hacia los marginados de Colombia. Gesto que lo engrandece y que, en su momento, lo hará merecedor del favor popular. A esta iniciativa se sumó Humberto de La Calle que, también reconoce haberse dejado amacizar sin pudor de la indiferencia en un país de 20 millones de pobres y 4 de indigentes. Bueno, y el resto de usufructuarios de impúdicas canonjías. ¿Dónde está el partido liberal, el mayor responsable de la catástrofe? -Por qué, me preguntó alguien, considera al liberalismo el capo de capos en la debacle. -Muy sencillo, porque el liberalismo como doctrina filosófica proclama la justicia social, la libertad en todo su esplendor, la igualdad de los hombres ante la ley y la libre empresa con fuerte intervencionismo de estado para evitar el desmadre del gran capital tan necesario para el desarrollo de las naciones, pero que sin control ya vemos adónde nos lleva. Y le repito que me refiero a la doctrina liberal, que es independiente del partido liberal, otra olla podrida igual a las demás organizaciones políticas tradicionales. A medida que se fueron desvergonzando perdieron los ideales descritos en su himno bello y glorioso. He aquí la primera estrofa:
“Somos liberales, nuestra voz prolonga, el clamor insomne de Uribe y Gaitán. Somos el partido del pueblo irredento y es nuestra consigna libertad y paz”. Claudicaron esos sinvergüenzas, abandonaron las grandes reformas sociales del eximio López Pumarejo. Se dividieron a propósito cuando dos prohombres Gaitán y Gabriel Turbay -nada que ver con el narco-fascista-terrorista-antiliberal Turbay Ayala- aspiraban a la presidencia. Dijeron los jefes: ambos son buenos y con eso echaron la república en manos de la derecha que se venía frotando las manos con la división antes de asaltar el poder. Olvidaron la lección del 30, cuando los conservadores fraccionados, inclinaron la balanza a favor de las ideas liberales. Debieron poner orden en la casa y decir, fila india. Primero x, después y. Así habrían consolidado la república liberal frenada por miedo a la Iglesia y a los conservadores.
Desde entonces murió el liberalismo y cuando nueva sangre como Galán, Lara Bonilla, Parejo, quisieron rescatarlo, los dejaron matar. Cobardes, los recibirá el basurero de la historia.
**Grave que los “paradores” estén fragmentados. Tontos, olvidaron la sentencia bíblica, “todo reino dividido perecerá”. Frenen este desangre de la economía que nos volverá más pobres y cambien esa estrategia desgastada.
***La derecha peruana, amancebada con la hija de Fujimori, el dictador que sumió el país en la desgracia, le vendió armas a las FARC y violó los derechos humanos por lo que paga 25 años de prisión. Ella misma subjúdice para quien piden 30 años de cárcel. Qué bonita familia. Esa maluca derecha se muerde el codo por el triunfo de Pedro Castillo, a quien siguen ensuciando con el cuento trasnochado del castro-chavismo-madurismo que, ya nadie les cree.
Pastrana, Uribe Aznar, Macri, Calderón, Trump y muchos más indeseables, alineados con la bandida. Y, eso sí no es intervenir en los asuntos internos de otros pueblos. Por menos de lo que hace el criminal mandatario de Venezuela se rasgan las vestiduras. Canallas, que aplauden peores fechorías y miran para otro lado.
Jaime Bedoya Medina.