POR JHON JAIME JIMENEZ
Quiero exponer mi punto de vista acerca de lo que nos obliga en el futuro más próximo y principalmente para los actores del desarrollo, quienes tenemos algún grado de decisión o responsabilidad ante los grupos socioeconómicos y ello no es solamente especular o hacer reflexiones, se trata de ir mas allá, es ser realmente un aportante hacia las soluciones
Tres condiciones. La Primera: la salud, la vacuna, su distribución y las medidas de conducción para proteger la colectividad. En ello hemos tenido una gama de opciones que por fortuna han sido asertivas en la mayoría de los casos, incluso con lo nunca vivido por estas generaciones, de encerrar a todo un país con las consecuencias para las familias, sus ingresos, no solo la afectación por el virus, sino otra variable que implica la salud mental y toda una serie de implicaciones que aun no se han dimensionado en sus verdaderos alcances y que se vendrán presentando en lo sucesivo.
La segunda: La Economía, la cual tiene serias afectaciones estructurales que no se solucionarán sino con acciones decididas de mercado, de producto y de precio, para lo cual, por supuesto que el estado tiene una buena porción de la misma, pero el actuar del privado es fundamental para afrontar este reto de la nueva distribución de la economía y de sus estrategias para resurgir y para el efecto hemos observado en Dosquebradas cómo el crecimiento en las matrículas asciende a un poco mas del 23 %, lo cual demuestra que el emprendedor, empresario y desarrollador se han dedicado es a crear prosperidad y el empleo representado en las más de 3000 plazas ofrecidas corrobora que este sector debe continuar siendo actor de primer orden.
Por último la Sociedad, que tiene en todos los aspectos una responsabilidad vital en la identificación y respaldo para la mejor salida, por ello esa pieza fundamental, debe ser protagonista y no observadora y desde el rol que le compete, aportar y no destruir, y es allí donde se encuentra el Desafío de entender que solo acogiendo la premisa del optimismo y de que no es momento de dividir, es la verdadera posibilidad para afrontar estas próximas etapas de la nueva reorganización que viviremos en nuestra región, país y mundo, dentro de ellas el rol de consumidores no solo responsables sino generadores de compras con identidad territorial en lo local y nacional.