¿Sería posible alguna vez sacar la democracia real de las garras de los políticos venales?
¿Está condenada la política a vivir atrapada por una casta que demuestra una y otra vez de manera sucesiva que no es la voluntad ciudadana la que decide autónoma?
El caos criminal con la impunidad del 94% exacerbada por agentes caracterizados de la mediocracia política siglo veinte en Colombia incrustados en el servicio público de la justicia del Estado, es el instrumento útil para armar un infierno de antidemocracia y manipulación en la recuperación del control del erario nación por los parásitos de la tradición en el negocio de la política envalentonados con su gesta electoral de octubre pasado.
Los de esa «raza» concertados en ese aparato van a armar en los siguientes veinte meses el más desquiciado caos del engaño antidemocracia para volver a su normalidad de captores controladores por cuotas de la cosa pública, solidarios todos a una por la afrenta de haber sido derrotados en partida doble en las dos vueltas de la elección 2022 por la chequera del gobierno nacional, con el oxígeno recuperado, declarados victoriosos en el control de la chequera de municipios y departamentos. El fin de la pelea por el poder.
«La culebra no está muerta y aún puede revivir si no se le aplasta la cabeza» es la consigna recíproca de la bipolaridad en el negocio y retaliación electoral. La justicia abochornada después del cartel de la toga con los dos fiscales vergonzosos en los últimos ocho años en indigencia moral, ética, intelectual e incompetencia con desmadre impresentable del saliente psicótico mandadero de sus patrones. Vulgar.
La polarización va a ser escalada a su expresión extrema para llevar el odio hasta la carne viva porque el tiempo actual de la humanidad en occidente y el epicentro en medio oriente tiene encendidos a todo volumen los clarines de la guerra en modo venganza, ley del talión precepto bíblico de origen hebreo, retaliación, justicia cero. Ojo por ojo, muchas vidas por cada vida, el mundo enceguecido está de regreso en la barbarie desatada en los focos de conflicto caos social. Arrasar es la sed como en Gaza y Ucrania.
En su codicia la fórmula es obvia, predecible para trepadores oportunistas del negocio con las urnas, exacerbar pasiones primarias, odio, miedo, incertidumbre, saturando las pantallas mediáticas con todo el terror inflamado para someter a la masa poblacional inerme, permeable en la ignorancia política abundante sumada al hambre e inseguridad insoportables. Fácil para los mentirosos salvadores.
¿Dónde está la salida del infierno? Dónde permanece dormido el poder real desde que se habla de democracia y es posible realizarla. El único poder y cambio real está en el ciudadano libre por fuera de los rebaños y hordas de fanáticos de bandos y extremos. El ciudadano libre ha demostrado una y otra vez, con decepciones incluidas, que es posible aislar la plaga de la corrupción y sus agentes de empresas electorales traficantes de ignorancia, pasiones y necesidades.
Si pueden los ciudadanos autónomos quitarle de las manos la política a los políticos venales. Ejemplos evidencia realidad hay suficientes. Mikhail Krasnov, hoy alcalde de Tunja. Antanas Mockus, dos veces alcalde Bogotá. Apolinar Salcedo alcalde de Cali. Francia Márquez en su primera elección, antes de la nominación vicepresidencial. El mismo Rodolfo Hernández en la primera vuelta presidencial cuando derrotó al candidato de la maquinaria con la que se unió y no llegó. Hay más casos como Bernardo Hoyos el cura anti establecimiento en Barranquilla dos veces. Lucho Díaz el concejal instrumentado en Bogotá. Raúl Franco un alcalde decepción en Villavicencio. Estos casos fueron actos electorales libres cumplidos por voluntad ciudadana contra maquinarias. Algunos decepcionaron la voluntad ciudadana como ciertos «manguitos podridos» que llaman a quienes se hacen elegir independientes y en perfidia se voltean con partidos maquinarias.
Para reemplazar al mandatario que antecedió al actual en la presidencia de Colombia, llegó a sumarse una lista de hasta cincuenta aspirantes. Es posible que para la aspiración 2026 hagan ruido más número de trepadores oportunistas que se disfrazaran de justicieros Bukele, Milei, Bolsonaro y Trump como es costumbre sin que haga falta el ignorante que haga su papelón de Netanyahu invocando el sionismo. Para todos los pelambres hay.
La gente de conciencia libre, autónoma, pensamiento crítico sin jefes parásitos, ciudadanos formados en su respeto propio, debe asumir el compromiso y desafío de luchar por convencer a muchos de quitarle la política, lo público, a los clanes del negocio erario afectados en su ecosistema de marrullas corrupción, modus vivendi único que entiende ésa clase. Sin ideologías de ningún lado, sin bipolaridad derecha izquierda, hay que zafarse del juego envenenado de retaliación, vindicta política, ley del talión en la enfermedad psiquiátrica fanática de fichas como el anti fiscal saliente. Es el momento de la conciencia libre y autónoma sin más mesianismos de ningún color. Gente libre tiene el remedio.