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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadMarsella, un verdadero encanto, pero tienen qué creérselo

Marsella, un verdadero encanto, pero tienen qué creérselo

29 kilómetros al noreste de Pereira está localizada Marsella, antes conocida como la Villa de Segovia, donde esta semana, con el patrocinio de Comfamiliar Risaralda, se celebró el Festival del Libro y la Biodiversidad Cafetera.

Hasta allí, por generosa invitación de nuestro columnista José Danilo Salazar Ríos, nos desplazamos en su campero para disfrutar de esta fiesta de la cultura al lado de sus pobladores y visitantes.

El recorrido, en un permanente zigzag a lo largo de la cordillera Central, se constituye en uno de sus principales atractivos, tanto por la belleza del paisaje, rico en guayacanes florecidos que asemejan colonias de mariposas amarillas, como por la exquisitez de su gastronomía autóctona, en especial el nacionalmente famoso sudado de pescuezo de gallina.

Al llegar, el jardín Botánico Alejandro Humboldt y el cementerio municipal, joya patrimonial célebre por su arquitectura, mezcla del barroco, el gótico, el romántico y el corintio.

Nuestro punto de llegada fue la plaza principal, donde se yergue majestuosa la Iglesia María Inmaculada, erigida en 1905 con el nombre de parroquia de Segovia, donde la primera misa la celebró el padre Jesús María Estrada. (foto 1)

Y a un costado, la emblemática edificación de la Casa de la Cultura, alrededor de la cual giran las tradiciones y la actividad social de este municipio, históricamente reconocido por su vocación ambientalista y el cultivo de las artes, el deporte ciencia y el tenis de mesa, estos últimos los principales pasatiempos de las juventudes locales. (Foto 2 .  Casa de la Cultura)

Entre las personalidades de Marsella que han trascendido se destacan: Don Tomás Issa, cuya hospitalidad sin límites nos permitió en más de una oportunidad ingresar al interior de su hogar para maravillarnos con la impecable conservación del inmueble que habitaba; don Manuel Salazar, reconocido por las Naciones Unidas por haber sembrado en su finca un gran bosque para proteger la biodiversidad; los hermanos Carlos Arturo y Gilberto López Ángel, el primero ex congresista y ex gobernador de Risaralda y el segundo fundador de la Casa de la Cultura y Mario Salazar, director del único periódico impreso en los municipios risaraldenses, que se resiste a morir a manos del progreso y la tecnología digital.  (Foto 3 y 4 Periodista Mario Salazar)

Allí, arrobados por la belleza de las fachadas y los balcones floridos, que sirvieron de marco a la telenovela Las Hermanitas Calle, hallamos unas gentes sencillas y laboriosas que acogen al visitante con amor.  (Danilo Salazar, disfrutando del paisaje y las atenciones)

Uno de los actos centrales de estas festividades fue el conversatorio La Marsella que queremos con el ex mandatario risaraldense Carlos Arturo López, donde los asistentes buscaban luces sobre el quehacer de la comarca para garantizar su sostenibilidad. (foto 5.  Auditorio))

Allí escuchamos experiencias significativas, como la de un ciudadano que de su propio peculio sostiene una sala de exposiciones donde el pago del visitante en estampar su firma en un libro de registro; este hombre se niega a vender las obras, “porque no tendría nada qué mostrar después”.

También fuimos testigos del orgullo con que un docente y líder de la etnia embera en el resguardo Suratena se refiere a los positivos resultados de la etnoeducación y su aporte a la cultura marsellesa, por lo que propone incluirla entre los atractivos a mostrarle al visitante.  Asi mismo escuchamos la voz de un historiador que nos llevó a un recorrido por el aporte económico y social del viejo Caldas y los colonizadores antioqueños a la actual población.

Cada uno, con sus ideas y ejemplos, ofreció su cosmovisión de la Marsella de hoy y la que quieren a futuro para legarles a las futuras generaciones un mejor vividero, destacándose los proyectos propuestos por López Ángel para que la Casa de la Cultura se una al Jardín Botánico por medio de un puente peatonal, y la consolidación de la escuela de Música (de donde, dice, han salido egresados a enriquecer la industria musical en Colombia y el exterior).

Pero fue un visitante, y para sorpresa de todos, un periodista, quien desde su visión llamó la atención de los marselleses para que se apropien de su patrimonio.

“Uno ve estas bellas edificaciones que enriquecen el paisaje cultural cafetero declarado por la Unesco como patrimonio de la humanidad, un municipio que por su belleza y la amabilidad de sus gentes ha sido escogido como escenario para rodar series de la televisión como las Hermanitas Calle y muy pronto la vida de Darío Gómez, pero duele, perdonden que se los diga,  que los mismos marselleses no se lo crean”, dijo ante la nutrida concurrencia el periodista Fabio Castaño, quien por doce años ha dirigido la revista Destino Café, un impreso de excelente factura dedicado a la promoción del turismo colombiano.

“En mis frecuentes recorridos por ferias y eventos nacionales e internacionales he escuchado a turistas pidiendo que los lleven al Quindío “para conocer el pueblo donde rodaron las Hermanitas Calle”, y me ha tocado decirles:  NO, señor, eso no es en el Quindío, ese es Marsella, Risaralda, un bello municipio que tiene su propio encanto”.

Marsella, pues, es un atractivo turístico inigualable en el corazón del Paisaje Cultural Cafetero, pero requiere, además de cultivar el medio ambiente, las artes, la educación y el civismo, una gran dosis de promoción turística para que en Colombia y el resto del mundo sepan de su existencia y lo conviertan en ruta y destino de sus sueños.

 

 

 

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2 COMENTARIOS

  1. Que crónica tan detallada de nuestra visita, destaca UD Fernando muy bien las bellezas de mi pueblo natal y los personajes importantes de esta ciudad llena de historias por contar, como cuando extranjeros propusieron trasladar el pueblo para dar paso a la explotación del oro, una de cuyas vetas aseguraban se extendían hasta el zurrumbo, dónde mis abuelos tenían su tierra, es de anotar que nuestros abuelos rechazaron la propuesta y prefirieron seguir siendo agricultores y cafeteros, por lo que el pueblo aun no ha desaparecido en medio de contaminación e ignominia. Mil saludos y bendiciones.

    • Reitero mis agradecimientos por su generosa invitación; espero con ansias su crónica sobre ese suceso que pudo haberse convertido en un punto de quiebre en la historia de ese bello municipio, su patria chica.

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